El Gobierno se queda solo tratando de rehuir el rescate

El Gobierno se queda solo tratando de rehuir el rescate

Al Gobierno le irritan lo que considera que son rumores sobre el rescate de la banca española, pero no tiene intención alguna de desmentirlos. Aunque sean de alto voltaje y pongan patas arriba las bolsas. Como consecuencia, en vez de rumores parecen más bien filtraciones.

Soraya Sáenz de Santamaría evitó este viernes, pese a las insistentes preguntas de los periodistas, a confirmar o desmentir la celebración de reuniones europeas de en los próximos días para perfilar la intervención de la eurozona en la banca española.

Su cautela quedó diluida en una corriente no sólo mediática, sino política y de alto nivel. El vicepresidente del Banco Central Europeo, Vitor Constancio, "las conversaciones están en curso". Según Barack Obama, los socios europeos "están debatiendo" cómo recuperar la credibilidad de su sector financiero, especialmente el español. Su consejo es que la eurozona emprenda "acciones claras, cuanto antes, para inyectar capital en los bancos débiles". Ángel Gurría, secretario general de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), aseguró que no sería "un cataclismo". "Por tanto hagámoslo lo más temprano porque el tiempo no es neutral", añadió.

PREGUNTEN A RAJOY

Según la vicepresidenta, que compareció tras la reunión del Consejo de Ministros, todo depende de los plazos exigidos por Mariano Rajoy. "No hay decisiones tomadas", por lo que es mejor "respetar el procedimiento y esperar a conocer la cifra que den los valoradores" de pecados financieros. Son fundamentalmente tres: el Fondo Monetario Internacional, que a lo largo del fin de semana concluirá su informe y cifrará el agujero, y Oliver Wyman y Roland Berger, las dos consultoras privadas harán lo propio en tan sólo unos días. Las cifras varían desde los 30.000 hasta los 120.000 millones, dependiendo de las hipótesis de empeoramiento de la economía que se tomen y también de quién haga el análisis. El FMI podría quedarse en los 40.000 millones.

En el Gobierno escoció la información de Reuters, que a primera hora de la mañana provocó un formidable caos bursátil. "No es periodismo y no es la primera vez que lo hacen", dijeron fuentes del Ejecutivo. Sin embargo, Sáenz de Santamaría sólo desmintió algunos extremos. El Gobierno no ha decidido pedir ayuda, por el momento, y en el calendario no hay ninguna reunión telefónica de los ministros de Economía prevista, aunque otras fuentes la dan por segura. Es más, el presidente del Gobierno tiene previsto asistir este domingo al partido España-Italia, que se celebra en la localidad polaca de Gdansk.

Por el momento.

CUÁNDO, CUÁNTO... O ¿CÓMO?

El debate sobre las fuentes de Reuters es, hasta cierto punto, de una importancia relativa. En la lógica de las autoridades europeas y también del Gobierno ya no es una cuestión de "qué". Y no tanto de "cuándo", aunque importa por la cadencia de citas europeas y las elecciones griegas. Lo que se discute es el "cómo".

Fuentes europeas consultadas por El HuffPost aseguraron estar preparadas para "un sábado muy largo", en el que podría celebrarse al menos una reunión de responsables del Tesoro de la eurozona, aunque fuese por teléfono. La vicepresidenta aseguró que no conoce la previsión de "citas cibernéticas" y que el Gobierno no formalizará su decisión de petición de rescate hasta conocer "al menos una aproximación a qué necesidades tiene el sector financiero español", algo que sin duda ofrecerá el informe del FMI

NO ES (SÓLO) CUESTIÓN DE CIFRAS

Desde Europa se insiste, como el Gobierno, en que es necesario saber la cifra antes de actuar. "Pero cuando la conozcamos, tendremos que actuar muy rápido" para evitar un festival de especulación que dé al traste con la operación. Y la solidaridad europea no es desinteresada, sino que vendrá ligada a una serie de condiciones de las que el Gobierno no habla (porque no hay rescate), pero que se negocian para cuando se tome la decisión.

Entre las condiciones que pondrá Europa se barajan una enésima revisión de la reforma financiera para evitar en el futuro las prácticas irresponsables. Además, está por decidir la modalidad técnica concreta de intervención, que muy probablemente se canalizará a través del Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria. Por último está la cuestión de la supervisión, ya que la eurozona no concede ayudas que no pueda controlar. El BCE o la Comisión Europea podrían pasar a tener silla propia en el FROB para seguir de cerca cualquier desembolso de dinero europeo.

El Gobierno, por el momento, ni confirma ni desmiente. Este sábado, parte de la respuesta.