Nora Ephron: Como pompas de jabón (por Montserrat Domínguez)

Nora Ephron: Como pompas de jabón (por Montserrat Domínguez)

“Elijas ser lo que elijas, igual da los caminos que recorras, sólo espero que NO escojas ser una dama. Espero que encuentres la manera de romper las reglas y montar un pequeño follón. Y también espero que montes ese lío en beneficio de las mujeres”.

Sólo una tipa tan inteligente, ingeniosa, divertida y curiosa como Nora Ephron podría dedicarle estas palabras a las chicas que en 1996 comenzaban el curso en la elitista escuela de Wellesley, de Massachussets. “Sed las heroínas de vuestras vidas, no las víctimas”, le dijo, con esa capacidad inaudita para conectar con otras mujeres y para darles ese pequeño empujón que muchas hemos necesitado, en alguna ocasión, para dar un cambio a nuestras vidas. “Al menos una vez cada diez años hay que preguntarse, aunque sea inconscientemente: ¿y ésto es todo?”. Ella debió preguntárselo muchas veces porque fue capaz de reinventarse como periodista, escritora, guionista, directora de cine… y como bloguera.

Arianna Huffington recuerda y homenajea hoy a quien fuera una de sus grandes aliadas; inversora, entusiasta y editora del Huffpost, se convirtió en bloguera el primer mes de vida del diario cuando Mark Felt confesó públicamente que él era la “Garganta Profunda” que puso sobre la pista del caso Watergate a los jóvenes reporteros del Washington Post Bob Woodward y Carl Bernstein.

Ephron contaba en su primer post que ella conocía la identidad de Garganta Profunda desde hacía años; y no porque se lo hubiera contado su ex marido, Carl Bernstein, o porque tuviera acceso a información privilegiada. Como otros periodistas ya intuían, la identidad de Felt no era difícil de adivinar si se leía con atención toda la información que se había publicado hasta el momento sobre el escándalo que acabó con Nixon, y se ataban cabos. Ephron intuyó el nombre y contó sus sospechas a todos quienes quisieron escucharla…. sin éxito.

En los blogs, Ephron descubrió una manera diferente de escribir, que no estaba pensada para perdurar como sus novelas, artículos o ensayos: “Los blogs son como pompas de jabón. Es la manera de iniciar una conversación y de crear una comunidad que discute sobre lo que has escrito en el blog, en ese momento”. Y se convirtió en una gran bloguera, con cerca de un centenar de post sobre política, divorcios, cultura pop, teatro o gastronomía; todo le interesaba y nada se escapaba a su mirada diferente, punzante y transversal de la actualidad.

En España, el nombre de Nora Ephron era mucho menos conocido que en EEUU, a pesar de la gran popularidad de sus películas como guionista o directora: “Se acabó el pastel” (precisamente sobre el corto, intenso y amargo matrimonio entre Meryl Streep (Nora) y Jack Nicholson (Bernstein), “Silkwood”, “Algo para recodar”, “Tienes un email”, “ Julia & Julia”; y sobre todo, “Cuando Harry encontró a Sally”. Nora Ephron tenía una destreza única para indagar en los sentimientos, en las inseguridades frente al sexo; en el amor y el desamor, en los pequeños triunfos y fracasos de la vida, y lo hacía con tanta ternura como acidez. Era el toque neoyorquino con el que una chica nacida en Beverly Hills supo aliñar sus películas y convertirlas en hits mundiales.

En su último libro, aún no publicado en España, “I remember nothing and other reflections”, Ephron sí recuerda pinceladas de sus inicios en el periodismo como chica para todo en el New York Post, y reflexiona, con ese punto irónico y aparentemente frívolo que siempre la ha caracterizado, sobre los estragos del tiempo. Nora Ephron seguía colaborando activamente en The Huffpost, donde fue la madrina de una de sus secciones más populares, la dedicada a Divorcios. “Los matrimonios vienen y van; pero un divorcio es para siempre”, escribió. También dijo que lo bueno de un mal divorcio es que te ayuda a ser mejor esposa de tu siguiente pareja. Ella debería saberlo, tras veinte años junto a su tercer marido, el escritor y guionista Nicholas Pileggi.

Nora Ephron ha muerto de leucemia este martes en Nueva York, a los 71 años de edad.