El etarra Josu Uribetxeberria abandona la huelga de hambre

El etarra Josu Uribetxeberria abandona la huelga de hambre

EFE

El preso de ETA Josu Uribetxebarria Bolinaga, ingresado con cáncer en el Hospital Donostia, ha decidido abandonar la huelga de hambre que comenzó hace 15 días, según ha confirmado el colectivo de apoyo a los reclusos etarras Herrira.

El etarra ha decidido abndonar su ayuno "dada su situación de extrema debilidad".

Según ha informado el portavoz de Herrira Jon Garai, en declaraciones ante el centro penitenciario en el que se encuentra hospitalizado Uribetxebarria, el recluso -condenado por el secuestro de José Antonio Ortega Lara- "ha decididio priorizar su vida".

"Ha sido una decisión personal, aunque los médicos le dijeron desde un principio que en su estado no era conveniente iniciar una huelga de hambre", ha dicho.

También fuera del Hospital Donostia, donde se han concentrado un día más miembros de Herrira, se encontraba el hermano de Uribetxebarria. En esta ocasión, se ha sumado al acto el diputado foral de Medio Ambiente de Gipuzkoa, Iñaki Errazkin (Bildu).

TERCER GRADO

La Secretaría General de Instituciones Penitenciarias le concedía el pasado 17 de agosto el tercer grado, lo que supone que el preso solo esté obligado a acudir a la cárcel para dormir por lo que esta medida no va a variar sustancialmente la situación de Uribetxebarria, ingresado en el Hospital San Sebastián por el cáncer que padece desde 2005 y que le ha producido metástasis.

El etarra fue condenado en junio de 1998 a 32 años de cárcel como responsable del secuestro más largo de la historia de la banda criminal y que mantuvo encerrado en un zulo durante 532 días al funcionario de prisiones, José Antonio Ortega Lara.

La decisión del Departamento de Prisiones llegaba después de conocerse el parte médico del centro sanitario, que pronostica que el etarra tiene un 90% de posibilidades de morir en el plazo de un año dada su enfermedad terminal e irreversible.

La concesión del tercer grado penitenciario obedece a la normativa vigente contemplada en el Reglamento Penitenciario, que en su artículo 104.4 contempla la posibilidad de otorgar el tercer grado a un preso por razones humanitarias o por enfermedad grave.

Una vez aprobado el tercer grado, la situación del interno vuelve a depender de la Junta de Tratamiento de la cárcel de Zaballa que en esta ocasión deberá elaborar un propuesta sobre la idoneidad de otorgarle la libertad condicional que supondría su definitivo traslado a casa.