Carlos Gorriarán (UPyD) acusa a la izquierda de "reactualizar el clima de la Guerra Civil" por querer condenar el franquismo

Carlos Gorriarán (UPyD) acusa a la izquierda de "reactualizar el clima de la Guerra Civil" por querer condenar el franquismo

Condenar de manera oficial el franquismo es parecido al franquismo. Ese es el punto de vista de Unión Progreso y Democracia (UPyD), que este martes arremetió en el Congreso de los Diputados contra la izquierda del arco parlamentario por pretender la "reactualización del clima de la Guerra Civil" al querer declarar el día 18 de julio como día oficial de condena de la dictadura y memoria de las víctimas.

Según Carlos Gorriarán, diputado de la formación que dirige Rosa Díez, es "intolerable" que la proposición de ley de Izquierda Plural pretenda "imponer un relato histórico" aprovechando "extrañamente" el 18 de julio, día del alzamiento de los rebeldes a la república y jornada también escogida hasta su muerte por Francisco Franco para conmemorar su victoria.

Para Gorriarán, el Congreso no puede sustituir a la sociedad civil y no puede decirle a los ciudadanos lo que deben pensar o cómo transcurrió el devenir histórico, porque ese ejercício los convierte en "súbditos". Y, sobre todo, no puede considerar "sospechosos de franquismo" a los que se opongan a crear un día oficial de condena y recuerdo de las víctimas.

Según él, es "evidente" que su grupo condena "absolutamente" el franquismo, al igual que los crímenes contra la humanidad "del bando republicano", el terrorismo de ETA o el estalinismo.

LEE AQUÍ EL RESUMEN DEL DEBATE

LA PROPOSICIÓN DE LEY

La proposición de ley (aquí en pdf) pedía simplemente declarar el día como la jornada oficial de condena por un "golpe de Estado de Francisco Franco contra el legítimo Gobierno republicano", en "homenaje y reconocimiento de todos los hombres y mujeres que fueron víctimas de la guerra civil española, así como de cuantos padecieron más tarde la represión de la dictadura".

Más allá de darle un nuevo sentido a la efeméride, el grupo parlamentario perseguía que se levantasen "monumentos a la memoria de las víctimas" en las principales capitales españolas.

Según cálculos de diversos historiadores, la represión que siguió a la Guerra Civil se cobró hasta 50.000 muertos.

"La Guerra Civil para Franco y sus acólitos no acabó el 1 de abril de 1939, sino que se prolongó hasta los últimos días de vida del dictador", según la propuesta. Centella criticó que el Valle de los Caídos siga siendo un monumento a la dictadura y que en él Franco yazca con sus víctimas, algo que según él es "indigno".