Cinco pasos para entender una caótica unión bancaria a la alemana

Cinco pasos para entender una caótica unión bancaria a la alemana

REUTERS

El objetivo inicial era aparentemente sencillo. Si lo que pase en un solo país (pequeño como Chipre, grande como España) puede poner en riesgo al euro, el euro debe estar preparado para responder coordinadamente. Si esos problemas vienen además de entidades privadas, de bancos que se lo jugaron todo y perdieron, lo lógico es que no sea el ciudadano el que tenga que pagar la resaca de esa fiesta.

Hasta ahí las buenas intenciones, que la maquinaria comunitaria se ha encargado de fagocitar hasta convertir en lo que en la madrugada de este jueves alumbró la reunión de ministros de Economía de la Unión Europea: la unión bancaria.

1.- ¿Qué es la unión bancaria?

La unión bancaria es conjunto de normas para supervisar de forma común los bancos europeos y, si entran en apuros, permitir que se liquiden minimizando el coste o sean rescatados sin dinero público. El objetivo es saber qué hacer cuando haya problemas y evitar desastres de gestión como el del derrumbe de los bancos de Chipre o las dudas sobre quién y cómo prestaría a España.

Consta de varias patas. La primera de ellas, ya pactada, es que el Banco Central Europeo tendrá la voz cantante en la supervisión de los bancos y dará la voz de alarma.

2.- ¿Por qué se dice que gana Alemania?

Alemania quiere decisiones europeas, pero que los costes los asuma el país que tenga problemas. Ese es el origen de los problemas actuales del euro, una moneda común construida sin cimientos fuertes que resistieran una crisis como la actual. Si la moneda es única, los problemas se comparten y al final los países más grandes o prósperos tienen que arrimar más el hombro.

En el caso de la unión bancaria, Berlín no quiere asumir la responsabilidad de pagar por bancos de otros países. Ese es el origen de un sistema complejo en el que ha ido derivando la proposición original de la Comisión Europea, que apostaba por un gran fondo europeo y decisiones centralizadas.

3.- ¿Cómo funcionará la unión bancaria?

Según el acuerdo logrado por el Ecofin (los ministros de Economía de los 28), el BCE supervisará a partir de noviembre de 2014 los 130 mayores bancos y el mecanismo europeo de resolución bancaria podrá intervenir en esos y otros 200 transfronterizos. Son el grueso del sistema bancario, pero deja fuera a la mayoría de las 6.000 entidades europeas, entre ellas las cajas de ahorro alemanas. Antes de rescatar a un banco se aplicarán nuevas normas que imponen pérdidas a las entidades en apuros para minimizar el coste de ayudas públicas. Según la Comisión Europea, sólo un banco en la crisis (Anglo Irish) habría necesitado dinero del contribuyente si se hubiesen aplicado.

El problema viene con el rescate. La decisión última de reflotar una entidad no la tomará una autoridad europea, como quería la Comisión, sino los Gobiernos, reunidos en un consejo especial con dos órganos, el ejecutivo y el plenario. En caso de problemas graves que impliquen grandes desembolsos, será el órgano plenario el encargado de tomar la decisión. Las reglas de funcionamiento (los votos que hacen falta, los procedimientos) serán reflejadas en un tratado entre Estados al margen por completo del derecho comunitario. Así, Alemania se asegura su capacidad de influencia y las instituciones netamente comunitarias, como la Comisión, se quedarán en un segundo plano. El BCE ha criticado que la excesiva burocracia y participantes puede poner en riesgo la capacidad del sistema, que tiene que ser quien de tomar decisiones muy rápidamente.

4.- ¿Cuánto dinero habrá y cómo se gestionará?

55.000 millones de euros… pero plenamente efectivos en 2026. Sí, 2026. En un primer momento se tratará de compartimentos nacionales hasta que se vaya aportando gradualmente dinero año a año al fondo europeo. Esto quiere decir que, a corto plazo y mientras se va llenando la hucha europea, los países con bancos en apuros podrán recurrir fundamentalmente a su propio dinero o pedir un préstamo al compartimento de otro país. En caso de muchos apuros, podrán pedir dinero al Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE), diseñado para rescatar países, pero a cambio de un programa de reformas, tal y como pedía Alemania.

En resumen: Berlín ha conseguido forzar el diseño de un sistema europeo para que sea lo más nacional posible y evitar hasta el máximo que se asuman responsabilidades de manera conjunta y solidaria. El mecanismo de resolución bancaria estará ahí, y tendrá dinero, pero su utilización será compleja y sus recursos serán, en primer lugar, nacionales. En otras palabras: mejor no tener que recurrir a él.

5.- ¿Qué pasa a partir de ahora?

La reforma tiene que ser consensuada con el Parlamento Europeo, que protesta porque sea un tratado al margen de la UE el que refleje los acuerdos y critica que la Comisión Europea no esté en el centro de las decisiones. En ese sentido, la reforma podría cambiar. Sin embargo, no hay mucho tiempo, ya que el acuerdo definitivo tiene que venir antes de las elecciones europeas de mayo y los Gobiernos quieren cerrar su tratado el 1 de marzo.

Si el primer pilar de la unión bancaria era la supervisión y el segundo la liquidación y rescate, el tercero era establecer un fondo de garantía de depósitos europeo. Alemania ha descartado por completo la opción, por lo que la arquitectura de la unión bancaria está, a falta de unos retoques, cerrada.