Los ocho errores de la lista de propósitos de 2014

Los ocho errores de la lista de propósitos de 2014

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El año acaba de empezar y ya tienes tareas pendientes. Igual que en 2013. Y en 2012. Y también en 2011… Cada año llegamos al 1 de enero con una lista interminable de propósitos para mejorar. Son siempre los mismos porque por mucho que repitamos la lista, raramente la cumplimos. De ser así las empresas de comida basura ya habrían cerrado, tampoco existirían las tabaqueras y habría aumentado el número de gimnasios para hacer frente a tanta demanda.

La realidad es que, según el psicólogo Richard Wiseman, de la Universidad de Hertfordshire, solo el 12% de las personas cumplen con sus objetivos. De hecho, cuando los elaboran, solo la mitad creen que los van a lograr.

Si nueve de cada diez personas fracasan es porque no sabemos cómo realizar el dichoso inventario de Navidad. No es que no haya que hacerlo: se trata de evitar caer en ciertos errores.

1. PROPONÉRSELA EL 1 DE ENERO

El día 1 de enero no es el día ideal para empezar a mejorar. Seamos sinceros: nadie se levanta para ir a correr después de haber pasado la noche de fiesta y muchos empiezan el año desayunando chocolate con churros, y eso tampoco podríamos decir que sea una dieta sana.

No debemos fijar el inicio en el 1 de enero. Ni tampoco el 2, ni el 3, ni siquiera el 4. Elena Borges, psicóloga del Colegio Oficial de Psicólogos de Madrid, asegura que hay que empezar cuanto antes aunque en este caso es mejor dejarlo para el día 7, cuando las fiestas hayan terminado y nosotros volvamos a la rutina. Como señala la también psicóloga Blanca Armijo, del centro Psicoact, "la vuelta de las vacaciones es un momento de cambio hacia la estabilidad".

2. ELABORAR LA LISTA POR COSTUMBRE

Muchas veces no hacemos la lista de propósitos por convencimiento, sino como una tradición navideña. Igual que jugamos al amigo invisible, compramos lotería o ponemos el árbol. Ésa es la principal razón por la que muchos se deciden a apuntar en un papel (aunque sea imaginario) sus metas para el año nuevo. Es más una cuestión social que una cuestión personal.

"En el fondo no queremos hacerlo, lo que ocurre es que socialmente queda mucho mejor decir que vas a dejar de fumar o empezar a comer mejor", explica la psicóloga Carmen Berzosa.

Esto no significa que tener una lista de objetivos sea mala idea, pero sí es cierto que debemos estar convencidos. "Los propósitos de cambio son síntoma evidente de salud y autoestima. Si me propongo alcanzar mi ideal de persona es porque me quiero lo suficiente para visualizarme de esta manera y lucho por conseguir ser más sano, más atractivo o más inteligente", añade Armijo.

3. ESCRIBIRLA A ÚLTIMA HORA

Igual que muchas veces no hacemos la lista con convencimiento, la mayoría de las veces tampoco la escribimos con tiempo. La dejamos para última hora y la pensamos casi sobre la marcha.

"Al llegar estas fechas nos planteamos qué queremos ser y qué tengo que hacer para conseguirlo, aunque lo hacemos de una forma poco reflexiva, sin valorar demasiado la importancia relativa de cada elección", asegura Blanca Armijo, para quien es necesario darse un tiempo y pensar en el "ideal de persona que cada uno tiene en mente y lo que verdaderamente nos proponemos alcanzar". El psicólogo Richard Wiseman advierte que hay que "hay que tomarse un poco de tiempo unos días antes para reflexionar en lo que realmente queremos lograr".

4. QUE SEA INTERMINABLE

¿Por qué escribir una o dos metas cuando podemos apuntar muchas más y asegurarnos así que alguna cumpliremos? Parece un pensamiento lógico, pero los psicólogos señalan que se trata de un error. Aconsejan centrarse en uno o dos objetivos en lugar de 10 o 20. "Hacer una lista interminable es algo poco recomendable y tiene muchas desventajas. Nos perdemos ante tantos objetivos y no sabemos por cuál empezar. Muchas veces nos agobiamos al ver una lista larga y nos frustramos al no ir consiguiendo los primeros", explica Berzosa.

Tampoco es recomendable que sean objetivos demasiado inalcanzables. "No cumplirlos puede llevarnos a tener una sensación de fracaso que en lugar de mejorar la visión de nosotros mismos, mine nuestra autoestima llevándonos a sentimientos de tristeza e irritabilidad", añade Armijo.

5. QUE PUEDA INTERCAMBIARSE CON LA DE TU VECINO

Perder peso y mantenernos en buena forma, dejar de fumar, aprender algo nuevo, comer sano y tener una dieta equilibrada, saldar las deudas y ahorrar, pasar más tiempo con la familia, viajar, estar menos sometidos a estrés, unirse a algún voluntariado y beber menos alcohol.

No hemos cogido tu lista de propósitos y la hemos plagiado. Son los diez deseos de año nuevo más repetidos. Los tienes tú y también tu vecino, tu primo y hasta si nos ponemos la señora de Wisconsin que ahora mismo está tejiendo un jersey para su hijo que ha vuelto a casa por Navidad. Las listas son tan parecidas que podríamos intercambiarlAs sin que apenas se note y eso denota nuestra falta de interés por hacerla realidad.

6. QUE SEA DEMASIADO ABSTRACTA

Si de verdad queremos lograr objetivos, tenemos que fijar cosas concretas. Muchas veces no lo conseguimos porque son demasiado genéricos y abstractos. "Me puedo plantear estar más sano y eso no sé cuánto de sano es o cuándo alcanzaré dicho objetivo con lo que me sentiré frustrado y fracasado en cuanto lo abandone", explica Blanca Armijo.

Para no fracasar hay que saber cuáles son realmente nuestras metas y cuáles nuestras posibilidades de lograrlas. Así la lista debería estar compuesta de una o dos objetivos concretos y lógicos como cuántos kilos queremos perder, cuántos días por semana pretendemos ir al gimnasio y qué nivel de inglés queremos alcanzar.

7. QUE REPITA PROPÓSITOS

Puedes intercambiar la lista con la señora de Wisconsin que teje el jersey para su hijo (o con su hijo) o también optar por coger la del año 2012 o incluso la de hace diez años cuando todavía ibas A la Universidad. ¿O no querías mejorar tu inglés cuando terminó la última campanada de 2003?

Richard Wiseman recomienda "evitar las metas anteriores porque repetirlas te lleva a la frustración y decepción". Al fin y al cabo, si las vuelves a escribir es porque no las lograste.

8. QUE SEAMOS DEMASIADO ESTRICTOS AL APLICARLA

Que esta semana no hayamos ido al gimnasio no quiere decir que no lograremos nuestro objetivo. A veces tendemos a tirar la toalla demasiado pronto y eso es un error, señala Blanca Armijo.

La psicóloga Elena Borges recomienda que los propósitos sean flexibles, de modo que "no pase nada si un día no podemos cumplirlos, se pueden retomar dos o tres días después". Si son demasiado rígidos es más difícil lograrlos y eso produce sensación de fracaso.

UN ACIERTO: USAR EL CÓDIGO MARTE PARA PREPARARLA

Enumerados los errores, ya podríamos saber cómo sería la lista ideal. Elaborarla o no es un asunto personal y desde luego no es obligatorio pero si nos decidimos a ello es seguir el código MARTE que el psicólogo Rubén Turienzo recoge en su libro Smile:

- M de medible. "No valen los objetivos del tipo ser más feliz o caminar más, hay que ser más concreto y cambiarlos por llamar tres veces a la semana a una persona y sonreír con ella y caminar tres minutos", explica Carmen Berzosa.

- A de alcanzable. "Si nunca he ido al gimnasio no es muy razonable plantearse ir cinco veces a la semana. Quizá puedes empezar por ir dos y si te gusta, ampliar el horario. Podemos guiarnos por lo que ocurrió el año anterior y proponernos una mejora respecto a eso, comparándonos con nosotros mismos. Es mejor que moverse por la ilusión y el ideal", apunta Blanca Armijo.

- R de retador. "Los propósitos deben ser tentadores. El reto activa el elemento de conquista y competición positiva. Si tu objetivo no lo es, dejarás que pasen los días y los años, porque sabes (o crees) que lo podrás conseguir en cualquier momento", recomienda Berzosa.

- T de tiempo. Porque acotando el tiempo ayuda a tener un horizonte claro y es una forma de controlar los refuerzos. 

- E de específico. Para Berzosa, "es muy importante que el objetivo sea lo más concreto posible, si tu objetivo no es específico, gastarás energía en elementos indeseados o innecesarios, y de nuevo aparecerá la frustración".