Menthal, la aplicación creada por científicos para medir la adicción al móvil
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Menthal, la aplicación creada por científicos para medir la adicción al móvil

Psicólogos e informáticos alemanes han creado Menthal, una aplicación para saber si uno es adicto al móvil. La app mide todo lo que hacemos con el teléfono, desde las veces que lo desbloqueamos hasta las fotografías que compartimos. Su objetivo es determinar si existe adicción al móvil y cuando es momento de desconectar.

Menthal, disponible de forma gratuita en la Play Store de Google (los investigadores no piensan sacar una versión para iPhone), registra la actividad de todas las aplicaciones del móvil, incluso las de sistema, como el desbloqueo. Cada día envía toda esa información a unos servidores de la Universidad alemana de Bonn, a la que pertenecen sus creadores.

Para los paranoicos, sus impulsores insisten en que los datos viajan cifrados y, lo que es más importante, sólo registra metadatos, no el contenido en sí. Por ejemplo, de un SMS sólo pueden ver el número de caracteres y la hora de envío. Con toda esa información, los científicos tienen un doble objetivo. Por un lado investigar nuestra relación con los móviles y, por el otro, determinar cuando se está haciendo un uso patológico de los mismos.

"Entiendo que mucha gente ve la adicción a los smartphone o internet como algo que no hay que tomar muy en serio", dice el psicólogo evolutivo de la Universidad de Bonn, Christian Montag, que ha participado en el diseño de Menthal. Sin embargo, también destaca que "el creciente número de publicaciones científicas en este ámbito que demuestran cambios cerebrales debidos a los juegos online o el uso de internet al menos recuerdan que el fenómeno no debería tomarse a la ligera".

A pesar de su omnipresencia en nuestras vidas, aún hay pocas investigaciones sobre el impacto psicológico de los móviles avanzados. "La adicción a los smartphones (la de internet está relacionada, pero es algo diferente), no dispone de diagnóstico oficial todavía", recuerda Montag.

Pero, para él, podría incluir los siguientes síntomas:

- Desarrollo de tolerancia. Como ocurre con las drogas psicoactivas, hay que aumentar las horas conectado para alcanzar el mismo nivel de satisfacción.

- Estar excesivamente pendiente del teléfono, pensando en él incluso cuando no se está usando.

- Una especie de síndrome de abstinencia cuando, por ejemplo, olvidamos el móvil en casa y nos ponemos nerviosos, llegando a sufrir cambios fisiológicos.

- Aislamiento social, concentrando nuestras conexiones sociales principalmente en su versión online.

Menthal necesita estar dos o tres días al menos funcionando para empezar a mostrar datos. Para los investigadores, toda esa información se irá agregando a la de otros miles de participantes y así marcar la frontera. "Nos gustaría saber cuánto uso es normal y a partir de dónde empieza a ser demasiado", explica Montag. Para los que se lo instalen, además de saber algo más de sí mismos, la app crea un perfil psicológico de cada uno (si se es introvertido, dicharachero, neurótico...) y ofrece una especie de dietas para reducir el uso del móvil si empieza a ser excesivo. Menthal está teniendo tal acogida que los investigadores se han visto obligados a ampliar la red de servidores que reciben los datos y, hasta que lo hagan, no pueden recibir nuevas altas.

El terreno que están recorriendo estos científicos es muy nuevo, tanto que apuestan por la expresión psicoinformática para definir su área de estudio. De hecho, Menthal forma parte de un proyecto de investigación más amplio sobre el uso de los móviles. Hasta ahora, la mayoría de los estudios se basaban en encuestas, con el riesgo de subjetividad que supone la autoevaluación. "Menthal ofrecerá datos fiables por primera vez", asegura el profesor de informática y cocreador de la app, Alexander Markowetz. "Esta aplicación puede mostrarnos en detalle cuál es el consumo medio diario de alguien", añade.

Antes de lanzar Menthal al mercado, los investigadores la repartieron entre unos 50 estudiantes de la universidad. Aunque la edad puede suponer un serio sesgo, los resultados fueron sorprendentes. Además de la muerte de los SMS, el estudio mostró como de forma creciente lo que menos se hace con un smartphones hablar por teléfono. Aunque hasta un 25% de los participantes desbloqueaban su móvil cada 12 minutos (unas 80 veces al día) y lo usaban hasta 2 horas diarias, el usuario medio sólo hablaba ocho minutos. Sin embargo, sí siguen comunicándose: la mitad del tiempo se lo pasan intercambiando mensajes en plataformas como WhatsApp o en las redes sociales.