¿Qué es peor: comer una manzana sin lavar o no comerla?

¿Qué es peor: comer una manzana sin lavar o no comerla?

Sales de tu casa corriendo pero antes tomas la rápida y sana decisión de meter una manzana en el bolso. Bien, has hecho lo que debías salvo por un pequeño detalle: se te ha olvidado lavarla y lo más probable es que cuando llegue la hora del snack en la oficina te asalte la duda. En ausencia de un grifo, ¿qué es mejor: comer la manzana sin lavar o no comerla y elegir otro aperitivo en la máquina de vending?

La pregunta parece banal pero lo cierto es que los pesticidas con los que se riegan la mayoría de las frutas que compramos en el supermercados generan muchas preocupaciones de salud. ¿Qué es entonces lo que tenemos que hacer?

Según este vídeo y de acuerdo a la Guía EWG Shopper siempre es más positivo comer frutas y verduras cultivadas convencionalmente que no comerlas. Una manzana siempre es una fuente de nutrientes mucho mayor que la bolsa de patatas de la máquina, independientemente de si hay o no un grifo cerca. Además, según recoge la Agencia de Protección Ambiental (EPA), antes de permitir su uso se fija una una tolerancia, o un límite residual máximo que es la cantidad en la que se permite al residuo de pesticida permanecer en o sobre un producto alimentario de consumo. De modo que si se excede, sería incautado antes de la venta.

En todo caso por mucho que se pueda comer una manzana sin lavar, siempre es mejor echar en el bolso una naranja o fruta similar porque se puede pelar fácilmente dejando fuera los molestos pesticidas. Para hacernos una idea de las frutas más limpias y más sucias podemos recurrir a la guía anual elaborada por el EWG que incluye los 15 alimentos más sucios y los 15 más limpios. Entre las frutas menos peligrosas se incluyen piña, aguacate, papaya, mango, kiwi, pomelo y melón, mientras que la manzana es líder en el grupo de las más sucias. Lo mismo recoge la organización no gubernamental PAN (Pesticide Action Network), que usando datos de la Agencia Europea de Seguridad Alimentaria, situó en 2013 a la manzana como fruta más contaminada por detrás de manzana, pepino y tomate.