Beto hace campeón al Sevilla

Beto hace campeón al Sevilla

AFP

Sufriendo hasta el final y con un héroe portugués llamado Beto, el Sevilla se ha alzado con su tercera Europa League ante un Benfica correoso que opuso una resistencia épica.

En un partido que se hizo eterno y que rebosaba sudor por cada esquina, Sevilla y Benfica pelearon durante 120 minutos hasta llegar sin aire a la tanda de penaltis, que decantó la balanza del lado español.

En la hora del ahora llegó Beto para sostener a su equipo, no con las dos paradas que dan el título al Sevilla en la tanda de penaltis, sino durante todo el encuentro, con actuaciones claves para que los andaluces sean los nuevos campeones de la Europa League.

Fue un partido sin brillo, pero con épica desde el minuto uno. Fue un partido de pocas ocasiones, mucho choque entre futbolistas y triunfo de las defensas.

Vencieron futbolistas como Fazio y Nico Pareja, por el Sevilla, y Garay y Luisao, por el Benfica. Todo intento de los delanteros se veía obligado a un esfuerzo colosal para superar a los zagueros rivales.

Lo buscó el Sevilla con ataques directos durante la primera mitad y los portugueses con balones colgados al área. Y se tornaron los papeles en el segundo tiempo, cuando el Benfica parecía acceder con más facilidad a los espacios a la espalda de la defensa andaluza.

LA HORA DE BETO

Y en todos esos escenarios aparecía un futbolista por encima del resto: Beto. El portero portugués del Sevilla tuvo más labor que su compañero Oblak en el marco luso. A poco de concluir el primer tiempo, el guardameta se lució con una buena mano ante Lima, que se quedó sólo tras un fallo de la defensa.

Fue un aviso de las ocasiones, no muchas pero sí claras, que tendrían los portugueses. Sobre todo otro disparo de Lima, de lo más incisivo del Benfica, que buscó la portería con un gran derechazo. Beto salvó con una buena estirada.

Anticipo estas actuaciones de lo que iba a llegar en la tanda de penaltis. Antes los dos conjuntos habían luchado hasta la última gota de sudor por buscar el arco rival, pero los músculos decían basta. El esfuerzo fue tan descomunal, que dejó imágenes dramáticas, como ver a dos futbolistas tumbados en el suelo mientras los demás peleaban por llevar el balón a la portería contraria. Parecía todo más un campo de batalla que un campo de fútbol.

Por eso los penaltis, un trauma para muchos, fue un alivio para los jugadores, que pudieron respirar y pensar en que sólo los once metros les separaba de la gloria.

Entonces Beto tomó las riendas de la situación. Pese al gol inicial del Benfica, los tiradores del Sevilla demostraron su puntería clavando los cuatro lanzamientos, mientras que el cancerbero portugués se vistió de héroe en Turín y detuvo dos de los cuatro penaltis a los que se enfrentó. Terminó llorando recordando que su padre, fallecido, estaría orgulloso de él. Seguro que sí: ha hecho campeón al Sevilla.