Las moscas de la fruta muestran indicio de inteligencia al 'pensar' antes de actuar

Las moscas de la fruta muestran indicio de inteligencia al 'pensar' antes de actuar

El cerebro de las moscas es rapidísimo- más incluso que los ordenadores- y en 100 milisegundos es capaz de decidir cómo escapar del peligro (de ahí que no sea fácil matarlas). Una nueva investigación destaca ahora que, además, las moscas de la fruta "piensan" antes de actuar.

Así lo sugiere un estudio realizado por investigadores del Centro para los Circuitos Neuronales y de Comportamiento de la Universidad de Oxford, en Reino Unido, y que se publica en Science. Los neurocientíficos que realizaron esta investigación mostraron que las moscas de la fruta utilizan más tiempo para tomar decisiones más difíciles.

En experimentos en los que las moscas de la fruta debían distinguir entre concentraciones cada vez más cercanas de un olor, los investigadores vieron que estos insectos no actúan por instinto o impulsivamente. En su lugar, parecen acumular información antes de hacer una elección, una forma de actuar que se ha considerado como un signo de inteligencia superior, como la mostrada por primates y seres humanos.

"La libertad de acción de los impulsos automáticos se considera una característica de la cognición o la inteligencia", dice el profesor Gero Miesenböck, en cuyo laboratorio se realizó la nueva investigación. "Lo que nuestros resultados muestran es que las moscas de la fruta tienen una sorprendente capacidad mental que no se ha reconocido previamente", añade.

EL PROCESO DE TOMA DE DECISIONES

Los científicos también demostraron que el gen FOXP, presente en un pequeño conjunto de alrededor de 200 neuronas, está involucrado en el proceso de toma de decisiones en el cerebro de la mosca de la fruta.

Los investigadores observaron que las moscas de la fruta (Drosophila) hacen una elección entre dos concentraciones de un olor que se les presentan desde extremos opuestos de una estrecha cámara, después de haber sido entrenadas para evitar una de las concentraciones.

Cuando las concentraciones de olores eran muy diferentes y fáciles de distinguir, las moscas tomaban decisiones rápidamente y casi siempre se movieron hasta el lugar correcto de la cámara. Cuando las concentraciones de olores estaban muy cerca y eran difíciles de distinguir, las moscas se tomaron mucho más tiempo para decidir y cometieron más errores.

Los investigadores encontraron que los modelos matemáticos desarrollados para describir los mecanismos de toma de decisiones en los seres humanos y los primates también coincidían con el comportamiento de las moscas de la fruta y descubrieron que este tipo de moscas con mutaciones en un gen llamado FOXP necesitaron más tiempo que las normales para decidir cuando los olores eran difíciles de distinguir, llegando a ser indecisas.

Los autores de este trabajo rastrearon la actividad del gen FOXP en un pequeño grupo de alrededor de 200 neuronas de las 200.000 neuronas en el cerebro de una mosca de la fruta. Esto implica que las moscas utilizaron estas neuronas en las pruebas antes de comprometerse a tomar una decisión. "Antes de que se tome una decisión, los circuitos cerebrales recopilan información como un balde recoge agua. Una vez que la información acumulada se eleva a un cierto nivel, se activa la decisión. Cuando FOXP es defectuoso, el flujo de información en el cubo se reduce al mínimo o el cubo tiene un escape", explica el autor principal del estudio, Shamik Das Gupta.

Las moscas de la fruta poseen un gen FOXP, mientras que los humanos tienen cuatro genes FOXP relacionados. Los FoxP1 y FoxP2 humanos se han asociado previamente con el lenguaje y el desarrollo cognitivo, así como con la capacidad de aprender secuencias de movimientos finos, como tocar el piano.

"No sabemos por qué este gen aparece en diversos procesos mentales, como el idioma, la toma de decisiones y el aprendizaje motor. Una característica común a todos estos procesos es que se desarrollan con el tiempo. FOXP puede ser importante para el cableado de la capacidad para producir y procesar secuencias temporales en el cerebro", argumenta Miesenböck.