La venganza contra el asesor del PP que registró la marca 'Guanyem Valencia'

La venganza contra el asesor del PP que registró la marca 'Guanyem Valencia'

La iniciativa de Luis Salom, asesor del PP en el Ayuntamiento de Valencia, de registrar las marcas 'Guanyem Barcelona' y 'Guanyem Valencia' no les ha sentado nada bien a muchos. Y ahora se están cobrando la venganza.

En Barcelona han registrado el dominio www.luissalom.es desde una web de crowfunding en la que se solicita dinero para adueñarse de la 'Marca Gürtel' a través de las donaciones de los usuarios. El objetivo de conseguir 500 euros ya ha sido superado.

En esa web se dice que: "Hoy en día ser español es sinónimo de emprendedor y nosotros somos españoles por los cuatro costados. Ayúdanos a crear una nueva marca, la marca Gürtel. Una marca que define Valencia con sus naranjos, sus playas, sus campeonatos de fórmula 1, sus edificios de Calatrava y sus aeropuertos vacíos. Una marca que debería ser de todos porque define a toda España".

En la misma página se critica que Salom no sólo ha registrado las marcas Guanyem Barcelona y Guanyem Valencia, sino también su logotipo "para intentar usurpar su identidad en un torpe intento de impedir la presentación de dicha candidatura a las próximas elecciones".

Según explican los promotores de la iniciativa, de todo el dinero recaudado se destinarán 121 euros a "crear la Marca Gürtel y registrarla en la Oficina Española de Patentes y Marcas"; 400 a "crear un primer anuncio ilusionante que muestre los beneficios de la Marca Gürtel en la Comunidad Valenciana"; y 19 a "pequeños gastos".

Salom había asegurado que renunciará a registrar las marcas 'Guanyem Valencia' y 'Guanyem Barcelona' de forma gratuita si Ada Colau, portavoz de Guanyem Barcelona, y el líder de Podemos, Pablo Iglesias, donan 10.000 euros por cada una de las marcas a los servicios sociales de la organización Sant Joan de Déu.

En un comunicado, el asesor del PP en el consistorio valenciano afirma que el fin del registro no es lucrativo sino que busca ser "un toque de atención a aquellos que creen que todo el mundo se equivoca y que ellos son los que mejor preparados están para gobernar en las instituciones, pero descuidan un detalle tan básico como el registro de una marca".