La consulta de Ibarretxe, un precedente fracasado para el referéndum de Mas

La consulta de Ibarretxe, un precedente fracasado para el referéndum de Mas

EFE

¿Habrá consulta en Cataluña? ¿Qué va a suceder ahora? Aunque los titulares sugieran que nos enfrentamos a una situación nunca vivida en el ámbito territorial, hace apenas seis años España ya pasó por un momento muy similar pero con el País Vasco como protagonista.

En 2008, el entonces lehendakari, Juan José Ibarretxe, impulsó desde el Palacio de Ajuria Enea una consulta sobre el futuro del País Vasco. Gobernaba entonces en La Moncloa el socialista José Luis Rodríguez Zapatero, que se había opuesto frontalmente unos años antes también al fallido Estatuto de Autonomía del líder peneuvista, que no pasó ni la admisión a trámite del Congreso.

Frustrado por no sacar adelante aquel estatuto (el famoso Plan Ibarretxe) en 2005 -en una legislatura en la que sí se aprobaron otros de ‘segunda generación’ como el catalán, el andaluz o el valenciano-, el lehendakari aprobó en mayo de 2008 en un Consejo extraordinario un proyecto de ley de regulación de una consulta para el 25 de octubre de aquel año.

En concreto, el Gobierno vasco quería plantear dos preguntas: ¿Está usted de acuerdo en apoyar un proceso de final dialogado de la violencia si previamente ETA manifiesta de forma inequívoca su voluntad de poner fin a la misma de una vez y para siempre? y ¿Está usted de acuerdo en que los partidos vascos, sin exclusiones, inicien un proceso de negociación para alcanzar un acuerdo democrático sobre el ejercicio del derecho a decidir del pueblo vasco, y que dicho acuerdo sea sometido a referéndum antes de que finalice el año 2010?.

UN VOTO DE DIFERENCIA

Tras su aprobación por parte del Ejecutivo autonómico, la ley pasó polémicamente por el Parlamento de Vitoria tras admitirse para su tramitación por la vía de urgencia y sin posibilidad de enmiendas. Desde el primer momento, socialistas y populares rechazaron la norma al entender que era inconstitucional.

La ley de la consulta salió adelante en el Parlamento vasco el 27 de junio de 2008 por un solo voto a favor tras horas de debate. En total, consiguió 34 apoyos -correspondientes al PNV, EA, EB, Aralar y PCTV-, mientras que en contra se posicionaron 33 parlamentarios de PP y PSOE. Esta mínima ventaja contrasta con el fuerte apoyo recibido por la ley de consultas en el Parlament catalán.

El Gobierno anunció entonces, en boca de su vicepresidenta, María Teresa Fernández de la Vega, que recurriría la ley en cuanto se publicase oficialmente. Esta es la misma postura que ha avanzado estos días La Moncloa, que tiene preparados los recursos contra la ley de consultas catalana y el decreto de convocatoria de Artur Mas.

Comenzó la batalla jurídica. En cuanto se publicó el 15 de julio en el Boletín Oficial de la Comunidad, el que era Abogado General del Estado, Joaquín de Fuentes Bardají, presentó la impugnación ante el Tribunal Consitucional basando el recurso en que la Constitución solo permite al Gobierno la autorización de un referéndum.

En el escrito, el Gobierno subrayaba que esta consulta suponía la violación de la Constitución porque atribuía la soberanía a solo una parte del pueblo -no a toda la población española- y atentaba contra la unidad del país.

La norma quedó suspendida como toda ley recurrida por el presidente del Gobierno. Además del Ejecutivo, el Partido Popular presentó recurso contra esta ley. Ambas iniciativas fueron admitidas a trámite por el Constitucional apenas dos días después de su presentación.

Justo en ese punto estaríamos ahora en relación a la consulta catalana. Después de la convocatoria de Mas, llega el turno de impugnar y esperar a la resolución del Tribunal Constitucional.

LA “INCONSTITUCIONALIDAD” DE LA CONSULTA

Y el 11 de septiembre de 2008 llegó la resolución final. El Alto Tribunal, entonces presidido por María Emilia Casas, aprobaba por unanimidad declarar inconstitucional ese referéndum porque entendía principalmente que se vulneraban las competencias del Estado.

Los magistrados señalaron que la ley planteaba la posibilidad de una nueva relación entre el Estado y la comunidad vasca, algo que afectaría a todos los ciudadanos del país y no solo a los de Euskadi.

Un argumento similar podría tumbar la consulta que plantea Artur Mas, como han recordado desde el Gobierno y partidos como el PSOE.

Ibarretxe acató la sentencia, pero siguió defendiendo la necesidad de hacer una consulta. Entonces llegaron unos convulsos meses prelectorales en el País Vasco, que concluyeron en los comicios de 2009 y el pacto entre PSOE y PP para que Patxi López fuera el primer lehendakari no nacionalista.

El líder del PNV anunció su marcha de la política durante la sesión de investidura de López. Su deseado 25 de octubre se convirtió en una fecha simbólica para él, una Ítaca a la que nunca llegó. Alejado ya de los focos, quiso en 2010 leer ese mismo día su tesis sobre un nuevo marco de autogobierno de Euskadi en la facultad de Derecho del País Vasco.

Mas ha convocado este sábado la consulta teniendo en mente también este precedente. De hecho, no fue al Congreso a defender la petición de una consulta el pasado mes de abril para no quemarse como le pasó a Ibarretxe cuando acudió al Palacio de San Jerónimo con su propuesta de Estatuto.

¿Está escrito ya el final de la consulta catalana?