Auxiliar de enfermería infectada de ébola: qué sabemos y qué no sobre su contagio

Auxiliar de enfermería infectada de ébola: qué sabemos y qué no sobre su contagio

Emilio Naranjo/EFE

El nombre de la auxiliar de enfermería infectada de ébola en Madrid se desconoce de momento. Pero ya sabemos, por lo que han contado en rueda de prensa Ana Mato, ministra de Sanidad, y el gabinete de crisis reunido por el primer caso de contagio de ébola en Europa, que la paciente está casada.

Formó parte del equipo que trató a los dos misioneros enfermos de ébola que fueron ingresados en aislamiento en el Hospital La Paz-Carlos III de Madrid, donde trabaja. Por los tiempos de la enfermedad -se incuba entre 2 y 21 días después del contacto- fue del misionero Manuel García Viejo de quien se habría contagiado.

Como ha explicado Antonio Alemany, director de Atención Primaria de la Comunidad de Madrid, la enfermera estuvo dos veces en la habitación del religioso, siempre, según él, siguiendo el protocolo de protección que establece la Organización Mundial de la Salud (OMS) y el Centro de Control Europeo de Enfermedades. Llevaba, pues, la ropa y los guantes protectores cuando tuvo que trabajar en su habitación: la primera vez en contacto directo, la segunda para hacer "una recogida" después de su muerte el 25 de septiembre.

Para contagiarse tuvo que haber entrado en contacto directo con las secreciones del paciente fallecido, pero según Alemany, no hubo ninguna situación de riesgo en sus actuaciones. Se está investigando, sin embargo, el vector de contagio. Porque de lo que nadie duda es que de alguna forma hubo contacto.

OBSERVACIÓN 21 DÍAS DESPUÉS

Como personal que trabajó con los enfermos repatriados, debería haber estado bajo observación durante 21 días después, con dos tomas de temperatura al día, y con especial atención a síntomas como debilidad, dolores musculares o vómitos, como estipula el protocolo.

El día después del fallecimiento de García Viejo, es decir, el 26 de septiembre, comenzó sus vacaciones -y así seguía, hasta hoy-, aunque los responsables sanitarios del Ministerio o de la Comunidad de Madrid no han especificado si viajó o se quedó en Madrid.

Cuatro días después, el 30 de septiembre, eso sí lo han dicho, acudió al Servicio de Prevención de Riesgos Laborales con fiebre que no superaba los 38,6. Ese es el límite que marcan los protocolos para, si se supera, realizar análisis en busca del virus. El diario 20 Minutos cuenta otra versión, sin embargo: "Al parecer, llevaba una semana con fiebre y con varias manchas en el cuerpo. Al ir hace unos días a su médico de cabecera, este le aconsejó que si seguía encontrándose mal acudiera a un servicio de urgencias".

Volviendo a la versión de las autoridades sanitarias, como no sobrepasó los 38,6 grados no le hicieron análisis, aunque según Rafael Pérez-Santamaría, director gerente del Hospital La Paz, que estaba también en la rueda de prensa, hay un "periodo silente en el ébola, como en muchos otros virus, en el que no se registra en la analítica". Por eso, incluso aunque si se lo hubieran hecho antes, quizás el resultado no habría sido concluyente, aunque eso ya no lo sabremos. Lo que sí sabemos es que desde que ingresó en la noche del domingo con fiebre alta en el hospital de Alcorcón -que no es el hospital de referencia para este virus en Madrid-, le han hecho dos y en ambos casos el resultado ha sido positivo al ébola.

Las autoridades sanitarias han puesto en marcha un estudio epidemiológico para localizar y estudiar el estado de todas las personas que han podido estar en contacto con la paciente, empezando por su marido y los tres profesionales sanitarios del Summa, el servicio de emergencias de Madrid, que le atendieron de urgencias.