Por qué los expertos no tienen miedo al ébola: 11 razones por las que no debe cundir el pánico en España

Por qué los expertos no tienen miedo al ébola: 11 razones por las que no debe cundir el pánico en España

FABIAN BIMMER/REUTERS

"Con aislamiento y control de los contactos, estas epidemias en Europa son contenibles". Este es el mensaje que ha transmitido en la mañana del martes el jefe de la Unidad de Enfermedades Infecciosas del complejo hospitalario La Paz-Carlos III, José Ramón Arribas, después de que este lunes se supiera que una auxiliar de enfermería había contraído el virus en Madrid.

El hipocondríaco que hay en nosotros, sin embargo, empieza a ver el ébola en todas partes. Que no cunda el pánico. El jefe de servicio de Epidemiología del Hospital Clinic de Barcelona, Antoni Trilla, tiene un mensaje para ti:

"Tranquilo, tu vida ha de ser igual de feliz o igual de triste que ayer. Esto no cambia esencialmente nada, y a pesar de que hay mucho ruido mediático –lógico- y las informaciones pueden ser un poco contradictorias o un poco difíciles de entender, la biología del virus, su manera de reproducirse y las condiciones en España hacen que el riesgo para la población general sea absolutamente negligible, o sea, despreciable. No existe".

Los expertos están tranquilos, y estas son las razones por las que no tienen miedo al ébola:

1. En España no hay ébola. "La población general sale a la calle, pasea, come, compra, va al fútbol, y no hay ningún riesgo de que se contagie por ébola. Aquí no hay ébola, no hay el reservorio del virus [en este caso, una especie de murciélago africano que solo en situaciones muy concretas puede contagiar al hombre], no hay nada. Lo único que hay es un paciente, y es personal sanitario". Así de fácil lo ve el doctor Trilla, el hombre que ha puesto en marcha el protocolo de actuación para fiebres hemorrágicas, como el ébola, en el Clínic de Barcelona, que es el de referencia en Cataluña.

2. Tú no eres población de riesgo (si no eres sanitario). Ha habido un contagio, pero precisamente dentro del tipo de población de riesgo, que es el personal sanitario que tiene línea directa con la única fuente posible de contagio: un paciente con ébola. "Intentamos protegernos con trajes, medios de protección y todos los protocolos, pero el riesgo no es cero y muy desafortunadamente en esta ocasión algo ha fallado y se ha producido el contagio", explica Trilla.

3. El virus no se transmite por el aire. Si lo hiciese, "sí sería muy peligroso", según Fernando Almazán, científico experto en virología del Centro Nacional de Biotecnología (CNB) del CISC. "El virus nunca está libre. Este no es un virus que se transmita por el aire y pueda quedar flotando por ahí. Es un virus que necesita un reservorio animal que no tenemos aquí", insiste el doctor Trilla. El virus solo vive en la persona que lo tiene, y la única forma en que se transmite es a través de un contacto directo con secreciones y fluidos, especialmente la sangre.

4. Solo las personas que ya presentan síntomas pueden contagiarlo. Esto significa que aunque la paciente ingresada haya estado con otras personas, solo deberán ser vigiladas y controladas aquellas con las que haya tenido contacto directo próximo y prolongado desde que empezó a tener síntomas, que según se sabe, fue el 30 de septiembre, cuando al tener fiebre acudió por primera vez al médico. Son su marido, el personal sanitario que la atendió, y poco más. Si alguien se la ha cruzado en la calle o en la panadería, o se ha sentado a su lado en el autobús, no habría intercambiado fluidos orgánicos con ella y por lo tanto, no tendría riesgo de contagio.

5. Se contagia por contacto directo a través de secreciones. Sobre todo la sangre, pero también otras como la saliva, orín, heces, vómitos. "La carga viral que puede haber en el sudor, en el contacto de las manos, es muy baja", explica Almazán. ¿Y un estornudo? Ahí sí habría riesgo, pero la persona debería estornudarte a la cara y que tú lo respirases directamente, porque "si se queda en el ambiente el virus se muere".

6. En superficies como una mesa o la barra en la que te apoyas en el metro, el virus se muere. "No tiene la estabilidad del virus de la gripe, por ejemplo, o cualquier otro virus fuera de un organismo", asegura el virólogo del CSIC, que añade: "En este aspecto la transmisión es mucho más baja, si no se habrían infectado muchas personas. Manteniendo los protocolos no debe pasar nada, aunque siempre hay accidentes, o un mal uso de los mismos".

7. Los fluidos con mayor carga viral son los de enfermos en fase final. Aunque es cierto que la paciente ingresada podía empezar a contagiar el virus a quienes tuviese muy cerca a partir del 30 de septiembre, cuando empezó a tener fiebre, el riesgo de contagio aumenta conforme avanza la evolución y los síntomas de la enfermedad. "Enfermos en fase terminal y muertos son los que más carga de virus tienen, mientras que enfermos en las fases iniciales, con fiebre y quizás malestar general, son los que menos carga de virus tienen", explica Trilla, que cree que la auxiliar de enfermería se encontraba en un periodo muy poco sintomático y por tanto poco contagioso.

8. La tasa de contagio en las peores circunstancias en África es del 16%. El dato lo ha dado el doctor Arribas en rueda de prensa y ha explicado que cuando habla de "peores circunstancias", se refiere a las que se dan en muchos casos en África: familias que comparten casa y comida con los enfermos, y celebran ritos funerarios que incluyen un fuerte contacto con los fallecidos. "Si se examinan un poco las condiciones en África y las de aquí, empezamos a descontar factores por un lado y costumbres por otro, entonces aquí la tasa tendría que ser cero coma cero cero algo, para entendernos, un riesgo de contagio que no es cero, pero es altamente improbable", deduce el doctor Trilla, que advierte no obstante que no hay ningún estudio lo suficientemente largo que lo haya investigado.

9. Como el riesgo nunca es cero, se ha puesto en marcha el protocolo de vigilancia y aislamiento. En estos momentos están en "seguimiento continuo" 22 contactos de la auxiliar contagiada, entre personas de su entorno y profesionales que la atendieron en el hospital de Alcorcón, y su marido está ingresado para mayor control. Además, se está siguiendo a otros treinta miembros del personal sanitario que atendieron al misionero fallecido.

10. Los hospitales de España están preparados para tratar el virus. Fernando Almazán trabaja con el letal coronavirus SARS -que en 2002 mató a unas 8.000 personas de una neumonía atípica-, en un laboratorio con un nivel de seguridad 3, muy alto, con sistemas de filtrado de aire, de agua, con una presión negativa para que no salga ni entre ningún elemento del laboratorio. Allí tienen que ir con escafandra y con respiración asistida para evitar cualquier tipo de contacto, los trajes se esterilizan y al entrar y al salir se duchan. Cuando se le pregunta si los hospitales donde se tratan enfermos de ébola deberían ser así, tiene claro que no es necesario el mismo nivel de seguridad. Según él, los sanitarios se deben proteger con trajes, guantes y mascarilla o escafandra, pero la dosis viral en la vida real es menor de la que él tiene en su laboratorio. Personal sanitario de Madrid se ha quejado, sin embargo, de la precariedad de sus recursos.

11. Es un virus muy letal, pero sobreviven 4 o 5 personas de cada 10. La tasa de letalidad del virus es de entre el 50 y 60 %, quizás algo más por los casos que no han llegado a los hospitales y no se han registrado, según Miriam Alía, enfermera y experta en ébola de MSF. O en otras palabras, la tasa de supervivencia es de entre el 40 y 50%. La clave es tener al paciente ingresado desde que aparecen los primeros síntomas, y aplicarle un tratamiento sintomático y de apoyo intensivo para que pasen los días y su sistema inmunológico desarrolle anticuerpos del virus. Si todo va bien, unas dos semanas después puede haber conseguido vencerle.

BONUS. El doctor Trilla no está preocupado, igual que el científico Almazán. Pero es importante, dice Trilla, que el Ministerio "elabore lo más rápido posible un informe transparente, riguroso e independiente sobre las condiciones que existen en el hospital y en el personal sanitario para determinar si efectivamente hay fallos o no hay fallos. Hay que garantizar que los protocolos y el material del que disponen son los correctos". Si todo está bien, esta debería ser una cadena de contagio corta que empezase en el fallecido misionero Manuel García Vallejo y terminase con la auxiliar de enfermería que le trató y se infectó. "A partir de aquí no hemos de esperar más casos. Lo lógico es que no haya más", afirma tranquilo.