La negativa de Turquía de unirse a los kurdos frente al EI puede salirles mal (FOTOS)

La negativa de Turquía de unirse a los kurdos frente al EI puede salirles mal (FOTOS)

Hasta hace poco, nunca habíamos oído hablar de Kobane, una ciudad kurda en el norte de Siria muy próxima a la frontera turca. Pero ahora que el Estado Islámico está a punto de tomar la ciudad, Kobane se ha convertido en un enclave específico para todos los kurdos.

Los miembros de la minoría kurda en Turquía afirman que el Gobierno turco apoya tácitamente al EI (Estado Islámico), el grupo de combatientes también conocido como ISIS o ISIL. Esta semana, la tensión ha aumentado hasta el punto de que los manifestantes pro-kurdos se han echado las calles para protestar contra la falta de acción del Gobierno ante la posible caída de Kobane.

El pasado martes, al menos nueve personas habían sido asesinadas en manifestaciones de protesta contra el Estado Islámico y el Gobierno turco, según informaba Reuters. Las protestas pro-kurdas, organizadas en parte por el Partido Democrático del Pueblo, tuvieron lugar en Turquía y en varias ciudades de todo el mundo. El martes, Turquía impuso un toque de queda en cinco provincias, entre ellas Diyarbakir, la mayor ciudad kurda del país.

Durante décadas, se ha desarrollado un conflicto sangriento entre Turquía y su minoría kurda, cuyas peticiones estos años incluían el autogobierno, los derechos básicos y mayores libertades. En 1984, el Partido de los Trabajadores de Kurdistán (PKK), considerado por Estados Unidos como una organización terrorista, anunció un levantamiento kurdo contra el Estado turco. Desde entonces, más de 40.000 personas han sido asesinadas en Turquía como consecuencia del conflicto.

MÁS DE 180.000 KURDOS SIRIOS HAN HUIDO A TURQUÍA

En marzo de 2013, el líder del grupo, Abdullah Ocalan, pidió un alto el fuego desde prisión. Cuando los militantes del PKK abandonaron las montañas iraquíes y surgió un incipiente proceso de paz, el conflicto dio muestras de haber llegado a un punto de inflexión.

Pero, tras un período de relativa paz, la rabia kurda ha vuelto a estallar contra el Estado turco.

Más de 180.000 kurdos sirios han huido desde Kobane a Turquía en las tres últimas semanas. Ahora, desde la relativa seguridad de Turquía (que interrumpen los esporádicos proyectiles lanzados por el EI), ven cómo ascienden las oscuras columnas en su ciudad. El lunes y el martes hubo varios ataques en las zonas del EI; los kurdos en Kobane dijeron que llegaron tarde, pero que esos ataques les ayudaron a mantener el avance de los milicianos. Mientras tanto, los tanques turcos apostados en la frontera no se han desplazado un solo centímetro.

TURQUÍA, CRITICADA DE HACER LA VISTA GORDA ANTE EL EI

Muchos kurdos sirios han estado esperando en la frontera durante días, hasta que les permitieron entrar a Turquía. Los guardias de la frontera también prohibieron el paso a los kurdos turcos dispuestos a ir a Kobane para defender la ciudad del EI. Y los que protestaron en solidaridad con los residentes de Kobane se toparon con gases lacrimógenos lanzados por las autoridades turcas.

Al mismo tiempo, Turquía está siendo criticada por hacer la vista gorda ante los extremistas que cruzan la frontera de Turquía con Siria y reclutan a nuevos combatientes en las ciudades turcas. Muchos extranjeros que quieren unirse al EI vuelan a Estambul. Por otra parte, el país se muestra preocupado por que los kurdos obtengan demasiado poder.

El líder del PKK, Ocalan, que lleva en prisión desde 1999, advirtió la semana pasada que las negociaciones entre Turquía y el PKK terminarían si Kobane acababa en manos del EI. "Si en Turquía no quieren que fracase el proceso, que asuman la responsabilidad", afirmó en un comunicado. "La realidad de Kobane y el proceso de paz no son separables".

"Haremos todo lo que podamos para que Kobane no caiga", declaró el Primer ministro turco, Ahmet Davutoglu. Pero añadió: "Si Kobane cae, no es culpa de Turquía. No tendría que vincularse al proceso de solución".

La semana pasada, el Parlamento turco votó para autorizar que el Gobierno emprenda acciones militares en Irak y Siria, y para que Turquía pueda actuar como base de los ataques contra el EI. Aun así, parece improbable que Turquía utilice sus nuevos poderes de guerra, opina Hugh Pope, director del programa International Crisis Group en Europa y Asia Central.

"Turquía ha dejado claro que no está dispuesta a invadir Siria y, además, hay muchos motivos por los que no lo hará", explicaba Pope a The World Post. Por ejemplo, "la capacidad militar, los obstáculos legales, las sensibilidades políticas internas, las posibles represalias sirias y las obligaciones de la OTAN".