Instrucciones a los centros de salud: "Te quitas la bata con sentido común y ya está"

Instrucciones a los centros de salud: "Te quitas la bata con sentido común y ya está"

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"Esto está tan mal llevado, tan mal hecho... las reacciones que están teniendo nuestros políticos son para llorar... todo nos da una tristeza tremenda". Habla, entre la la furia y la indignación, una médico de atención primaria de Madrid. Está cansada.

Atiende la llamada de El Huffington Post poco después de tener una reunión en su centro de salud para conocer el protocolo de actuación contra el ébola que acabarán de diseñar en los próximos días sus compañeros y ella.

"El protocolo que se envía desde la Consejería a los centros de atención primaria no es válido para proteger a los pacientes, pero es mucho menos válido para proteger a los médicos. No tiene nada que ver con los de la OMS ni con los que se siguen en África. Lo hemos estado repasando y esto no tiene ni pies ni cabeza, lo mires por donde lo mires", critica.

Por eso, explica, en su centro de salud, como en otros de la Comunidad, son los propios médicos quienes se están dedicando a revisar el protocolo y a adaptarlo a los medios de los que disponen. Tratan, así, de actuar "con la mayor seguridad posible, de estar preparados y entrenados con un poco de sensatez".

Esta doctora subraya que la Consejería de Sanidad está enviando a los centros entre uno y tres "kits" por cada cincuenta trabajadores. La 'suerte', dice irónica, es que es el mismo que les mandaron en los tiempos de la gripe A, de los que aún conservan muchos. Pero, advierte, no protegen lo suficiente contra este virus mortal.

UN EQUIPO QUE "NO PROTEGE GRAN COSA"

Asegura que el equipo está formado por una bata "que no protege gran cosa" y cuya parte trasera no está impermeabilizada; guantes "normales", como los que se usan en las consultas para examinar a los pacientes habitualmente; una mascarilla "de las habituales que para nada son quirúrgicas" y unas gafas "que no cubren toda la zona que tienen que cubrir".

Nada más. Ni botas, ni calzas, ni calzado especial pese a que las batas no cubren hasta abajo. El entrenamiento al que ha sometido a los trabajadores de los centros de salud tampoco han sido precisamente exhaustivo. "Nos han dicho que nos leamos el protocolo y nos han puesto unas diapositivas", afirma esta doctora, quien subraya que les han enseñado "rápidamente" cómo se pone una bata.

"El problema no es ponérsela, sino quitársela, porque para eso sí que hay que adiestrarse perfectamente y no tocar ninguna parte exterior. Pues para quitarla no nos han dado ningún tipo de explicación. Nos han dicho que nos la quitemos y punto. Les hemos preguntado si se necesitaba rociarse con algún tipo de agua clorada o algo y nos han dicho: 'No, te la quitas con sentido común y ya está", critica indignada.

LAS COMPLICACIONES DEL PROTOCOLO

El protocolo marcado por la Comunidad de Madrid tampoco es mucho mejor, dice la doctora. Explica que, según esas instrucciones, cuando un paciente llega con síntomas de ébola hay que avisar al médico que tenga que atenderle, que tiene que ponerse el 'kit' y conducir al enfermo a una sala para que esté aislado. Luego se tiene que avisar al 061.

La realidad, dice la médico, no es tan sencilla: "Si llega un paciente, lo primero que va a hacer es ir a la ventanilla, donde está un administrativo al que el protocolo no le dota de ningún tipo de protección, ni de mascarilla. Y al hablar se sueltan fluidos. Eso es de Primaria. Dicen que por eso no se contagia... ¡Pero si se contagia por todos los fluidos del cuerpo!"

Las complicaciones siguen después, dado que el paciente pasa inmediatamente a una sala de espera porque el administrativo no está autorizado a preguntar al enfermo por sus síntomas.

Por eso, los médicos de atención primaria están adaptando el protocolo "con sensatez". Por eso, la doctora se queja: "En este país no se ha levantado una marea blanca porque a los médicos se nos antoje de golpe. Es que están jugando con la vida de la gente".