Eslovaquia 2-1 España: Debacle de La Roja camino de la Euro 2016

Eslovaquia 2-1 España: Debacle de La Roja camino de la Euro 2016

AFP

En Zilina, España no tardó en hacerse, como es habitual, con el control del esférico. La Roja combinaba ante la presión eslovaca que impedía que la posesión se tradujese en llegadas de peligro a favor de los actuales campeones de Europa. Así, el primer aviso, como si fuese un prólogo de lo que estaría por llegar, se vería en la portería visitante.

Corría el minuto 11 cuando Iker Casillas salvaba a la selección de encajar el primer gol. Tras una buena jugada eslovaca por banda derecha, Pekarík sacó un centro al punto de penalti, desde donde Mak remataba a la media vuelta. El cuero hizo un bote extraño antes de llegar a la posición del guardameta del Real Madrid, que estuvo ágil para variar la dirección de su movimiento y atajar un remate que se había envenenado.

Tras este primer intento, España no perdió la calma y siguió tocando y, poco a poco, llegando a la portería de Kozácik. Diego Costa se mostraba muy participativo, ofreciéndose a sus compañeros y poniendo en aprietos a sus rivales. Solo dos minutos después del intento de Mak, el delantero del Chelsea llegaba a un buen centro desde la derecha de su compañero Cesc Fàbregas, pero no era incapaz de enviar su testarazo a la red. Pasaban los minutos con el balón controlado por los españoles pero sin que los disparos consiguiesen encontrar el camino al interior de los tres palos. Menos le costó a Eslovaquia.

En el minuto 17, Kucka botaba una falta desde la frontal, tras un mínimo toque de Weiss, y encontraba el hueco entre la barrera y un David Silva que se adelantaba a tapar espacios para llegar hasta la línea de gol. Una vez allí, Casillas tuvo la opción de parar un disparo que, aunque iba con mucha fuerza, llegaba franco a su posición, pero aunque lo tocó, el de Móstoles no consiguió evitar el tanto de los eslovacos. A España le tocaba remar a contracorriente el resto del encuentro. Y se pusieron manos a la obra los de Del Bosque. Jugaban por todo el campo con el balón en los pies mientras que ahora sus rivales se limitaban a darse calor y protección en las inmediaciones de su propia área, los once jugadores dedicados a labores defensivas.

La posesión seguía sin traducirse en llegadas claras y el peligro de los españoles llegaba con disparos lejanos -como el Iniesta en el minuto 37, desde fuera del área raso y ajustado al palo que obligó a actuar a Kozacik- o a balón parado –como en los córneres que Albiol, primero, y Busquets, después, estuvieron cerca de igualar la contienda-. Pero ni el juego combinativo, ni las acciones a balón parado darían fruto alguno ante una Eslovaquia seria en defensa y con cierto peligro al contragolpe, centrada en que el tiempo corriera lo más rápido posible más que en ninguna otra cuestión. El descanso llegaba con el 1-0 en el electrónico.

Tras la reanudación, España siguió con su propuesta de control del balón, toque y búsqueda de espacios ante una Eslovaquia si cabe más empeñada que en el primer acto en que estos no existieran, olvidada ya por completo de que al fútbol también se puede jugar en campo contrario. Toda Eslovaquia formaba una cota de malla en torno a Kozácik, impidiendo que España encontrara un lugar desde el que hacer daño. Como en el asedio de un castillo, la Roja trataba de derrotar a su oponente por agotamiento, moviendo y moviendo de un lado al otro del área, esperando a esa mínima rendija que pudiera convertir en una grieta desde la que meter el ariete y romper el muro enemigo. Pero la velocidad de la combinación española iba disminuyendo a medida que los minutos pasaban y eso hacía cada vez más difícil encontrar ocasiones de peligro.

Se llegaba a la recta final y parecía que el 1-0 iba cuajando como resultado defintivo, pero Del Bosque no estaba dispuesto a que el partido se le escapase así como así. Retirando a Albiol y Juanfran para dar entrada a Pedro y Cazorla, además de dando entrada a Alcácer por Silva, el seleccionador seguía buscando llaves con las que abrir el candado eslovaco. Y las encontró. Cuando ya solo los optimistas convencidos creían en la remontada, Paco Alcácer se inventaba un desmarque donde hasta ese momento parecía imposible, en el área de Kozácik. Jordi Alba veía a la perfección el movimiento del jugador valencianista y le enviaba un balón medido para que, sin oposición, no tuviese problema alguno en anotar el 1-1.

Poco duró, sin embargo, esta alegría y las ilusiones de conseguir tres nuevos puntos. Toda La Roja estaba lanzada a por el segundo cuando, solo cinco minutos después del tanto visitante, Stoch volvía a batir a Casillas para sentenciar el encuentro. Hamsik, viendo el desorden defensivo visitante fruto de la búsqueda de un nuevo gol y de la ausencia de defensores puros, más allá de Piqué, armó una buena subida al campo contrario antes de entregarle el balón a Duris que, llegando por banda derecha, envió un centro al segundo palo, apenas en el límite del área pequeña. Allí el centrocampista del PAOK, Miroslav Stoch, no tuvo dificultades para colocar la cabeza y batir a un Iker Casillas impotente ante la tímida marca de un Cazorla fuera de lugar.

Con el segundo tanto eslovaco moría el partido y la racha de partidos sin caer en clasificatorios europeos de un España que no lo hacía desde hace ocho años. De poco sirvieron los 20 remates, los 7 disparos a puerta, los 19 córneres o el 73,3% de la posesión. El único dominio que valía, la única estadística imprescindible, era la de los goles anotados y ahí, Eslovaquia no falló.

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Rodrigo Carretero es Traffic Editor Manager en 'El HuffPost' y trabaja desde Madrid. Licenciado en Periodismo por la Universidad de Valladolid y Máster en Periodismo por la Universidad Autónoma de Madrid, ha trabajado en 'El Día de Valladolid', en 'El País' y en las radios musicales del grupo Prisa. Puedes contactar con él en rodrigo.carretero@elhuffpost.es