Movimientos populares se rebelan en defensa del patrimonio cultural: "La sociedad ha despertado"

Movimientos populares se rebelan en defensa del patrimonio cultural: "La sociedad ha despertado"

Carlos Morenés lleva años luchando por la conservación del patrimonio cultural español como vicepresidente de la asociación Hispania Nostra. Trabajo no le falta, dado que en los últimos años la inversión en este ámbito se ha derrumbado por la crisis y cientos de monumentos corren el riesgo de caer detrás. “El patrimonio cultural es siempre el hermano pobre. Hace años sufrió con el ladrillo, que arrasó con todo, y ahora sufre con la falta de inversión”, subraya.

Su organización, con base en Madrid, denuncia que hay muchos monumentos que se van a hundir, pero subraya que nadie pone remedio. “Los criterios de intervención en patrimonio están muy basados en motivos electoralistas, así que se restauran monumentos en grandes poblaciones, que pueden afectar a un número importante de gente, pero se olvidan de otros que están en lugares más remotos porque no les trae rentabilidad política”, se queja.

Algo está sucediendo, sin embargo, en los últimos años. Y a Morenés se le alegra la voz cuando habla de ello: “Los movimientos populares están empezando a cobrar mucha fuerza. La sociedad civil se ha despertado y se ha dado cuenta de que el patrimonio es un bien del que no podemos prescindir. Que tenemos que estar agradecidos a quienes nos lo legaron pero estamos obligados a dejarlo porque ahí está nuestra identidad”.

TRES PUENTES ROMANOS A PUNTO DE CAER

Uno de esos movimientos populares, surgido lejos de los focos que iluminan otros grandes monumentos, está en Sasamón, un pueblo de 1.000 habitantes en la provincia de Burgos, y cuya lucha comienza a tener repercusión después de haber aparecido en medios internacionales como RT. Buena parte del mérito lo tiene Daniel Peña, que ha lanzado en las redes sociales la campaña #SaveSasamon, con la que exige que la Junta de Castilla y León “salve” el patrimonio del pueblo.

La localidad es un pequeño tesoro cultural. Fue fundada por los turmogos en el siglo I antes de Cristo y luego se convirtió en una importante base de operaciones lideradas por el propio emperador Octavio Augusto. Entre su amplio patrimonio, que la ha convertido en Bien de Interés Cultural, figura la iglesia de Santa María La Real, el templo más grande de la provincia tras la catedral de Burgos y que presenta importantes desperfectos; una calzada romana completamente cubierta de hierbajos y tres puentes romanos que no se restauran desde la edad media.

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Todo figura en la ‘lista roja’ del patrimonio en riesgo de desaparición que elabora Hispania Nostra, que incluye 750 monumentos y que alerta de que “la próxima riada puede hacer desaparecer cualquiera de los tres puentes”. Y los vecinos no están dispuestos a permitirlo. Por eso, valoran que el Ayuntamiento “hace todo lo que está en sus manos” para conservar el patrimonio, pero advierten de que las competencias las tiene la Junta, que hace continuas promesas de rehabilitación que nunca cumple.

Daniel Peña consiguió que el PSOE preguntara al Gobierno por este tema en el Congreso, pero la respuesta del Ejecutivo fue obvia: la competencia es de las Comunidades. Lo alzó luego a la Comisión Europea, puso quejas en el procurador del común y en el defensor del pueblo… pero el ‘tic-tac’ del reloj sigue jugando en contra del patrimonio de Sasamón. Nadie hace nada salvo los vecinos, que prometen más movilizaciones.

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MIRANDA DEL CASTAÑAR DEFIENDE SU CASTILLO

Movilizaciones con las que también amenazan en Miranda del Castañar, una localidad salmantina de unos 500 habitantes que está en pie de guerra para salvar su castillo, que amaga con venirse abajo. De momento, ya han logrado más de 3.000 firmas para que alguien tome cartas en el asunto y afirman que van a demandar “a todo el que haya que demandar” para impedir que el castillo se convierta en un problema.

Mario Loreto Sanz Robles es presidente de la Fundación Virgen de la Cuesta, una de las cinco asociaciones del pueblo que han creado una plataforma para defender el castillo, levantado en el siglo XIV, declarado Bien de Interés Cultural y “emblema indiscutible del pueblo”. Sanz asegura que hay informes de técnicos de la Diputación que determinan “con claridad” que el edificio, si no se rehabilita en un plazo breve, puede caerse.

Los vecinos subrayan, y las fotografías lo demuestran, que una parte del castillo está ya apuntalada y denuncian que han comenzado a caer piedras que, hace unos meses, estuvieron a punto de golpear a tres viandantes. Por eso, temen que en cualquier momento puede haber una “desgracia tremenda” y reclaman a la Junta que intervenga.

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En este caso, la situación es más complicada porque el castillo es propiedad privada. Pero Sanz Robles cree que eso no es excusa: “Ambas partes lo puede solucionar: el propietario, que nunca se ha preocupado, rehabilitándolo si lo cree oportuno y se lo quiere quedar, y las autoridades pueden perfectamente tomar las decisiones legales. La Junta de Castilla y León, que no ha dado ningún paso para solucionar el problema, puede expropiar el castillo y cederlo al Ayuntamiento”.

Avisa de que los vecinos van a seguir exigiendo que se expropie el castillo “porque se puede hacer, ya que no se puede tener una construcción con un rotundo riesgo de derrumbe”.

En una batalla similar están inmersos los vecinos del barrio de Teatinos, en Oviedo, que han iniciado una campaña, con recogida de firmas y distribución de panfletos incluidas, para que el Principado de Asturias repare la iglesia de la Cadellada, que evidencia un grave deterioro desde hace tiempo.

El edificio, que se acabó de construir en 1944, es propiedad de la Administración del Principado, que siempre ha manifestado su intención de preservarlo. Pero, lejos de cumplir esa promesa, la iglesia sufre un mantenimiento nulo que ha provocado que los muros estén llenos de desconchones y que la flora inunde las fachadas y los tejados. La humedad y la lluvia amenazan, además, con deteriorar un mural interior, como explica La Nueva España.

MANOS A LA OBRA EN CHANDEBRITO

Otros movimientos han pasado directamente a la acción hartos de ver cómo muere su patrimonio. Es el caso de los vecinos de Chandebrito, una parroquia perteneciente al municipio pontevedrés de Nigrán, que están recuperando molinos de agua que están en ruinas. De momento, ya han logrado la rehabilitación de uno y esta primavera comenzarán con el segundo.

Cuentan para ello con el esfuerzo de 15 voluntarios y otras personas que realizan servicios para la comunidad. Carlos Gómez, el responsable del área de medio ambiente de la asociación Chandebrito 1807, indica que también están protegiendo los petroglifos (diseños simbólicos grabados en rocas) de la zona, vallándolos y señalizándolos. Además, explica, han grabado en piedras los topónimos de los lugares de la parroquia.

"Los molinos no están ahora catalogados, no tienen protección legal, y pedimos al Concello y a la Xunta que los cataloguen como Bien de Interés Cultural. Los que reconstruimos estaban totalmente abandonados, parcialmente reduidos, hubo que talar árboles que habían crecido junto a ellos, había 40 centímetros de tierra dentro, hubo que limpiarlo, reforzar la estructura...", explica. Son formas de luchar para conservar lo que la Administración no quiere o no puede proteger.

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