Por qué Grecia y sus acreedores no se ponen de acuerdo

Por qué Grecia y sus acreedores no se ponen de acuerdo

Grecia no va a aceptar "propuestas extremas" para lograr un pacto, después de los sacrificios que los ciudadanos han tenido que hacer estos años, ha advertido el primer ministro Alexis Tsipras. Por eso, el encuentro que mantuvo con sus acreedores en Bruselas ha terminado sin acuerdo. El líder de Syriza señala además que la propuesta presentada por la antes conocida como troika no incluye los puntos en común alcanzados en las negociaciones de los últimos meses.

La falta de acuerdo, y en consecuencia, de financiación, han impedido que Grecia pudiese afrontar el pago al Fondo Monetario Internacional (FMI) de 305 millones de euros, pero ha conseguido el visto bueno de la entidad financiera internacional para agrupar los cuatro pagos previstos para este mes -por valor de 1.600 millones de euros- en un solo con fecha 30 de junio.

"Todos tenemos que entender que el pueblo griego ha sufrido mucho en los últimos cinco años, y algunos tienen que dejar de jugar a sus espaldas" afirmó Tsipras durante una reunión con su equipo económico para analizar los infructuosos resultados del encuentro en la capital belga. Las fuentes señalaron que, en cambio, el plan presentado por el Ejecutivo de Tsipras "refleja los puntos en común" que se han logrado hasta ahora en las conversaciones con las instituciones acreedoras, la Comisión Europea (CE), el Banco Central Europeo (BCE) y el Fondo Monetario Internacional (FMI).

Apuntaron, además, que de la conversación, que se desarrolló en un "ambiente bueno y constructivo", se desprende el "optimismo" de que "dentro de poco habrá un acuerdo mutuamente beneficioso".

Estos son algunos de los puntos en los que Grecia y sus acreedores discrepan:

IVA. La propuesta formulada por Grecia a sus socios incluye ingresos fiscales por un total de unos 1.900 millones de euros, algo más de mil millones menos de lo que piden las instituciones y recoge tres tipos de IVA, el 6 %, el 11 % y el 23 %, en lugar de los dos que proponen los acreedores, el 11 % y el 23 %.

PRECIO DE LA ELECTRICIDAD. Una de las grandes diferencias entre el plan griego y el de los socios radica en el impuesto sobre la factura de la luz, que el Gobierno sitúa en la tasa media del 11 %, mientras los prestamistas exigen que se aplique el 23 %.

PENSIONES. La propuesta de los socios exige asimismo recortes en las pensiones, específicamente para pensionistas con rentas bajas.

SEGURIDAD SOCIAL. Tsipras tampoco aceptó reducir el gasto de la seguridad social en un 1 % en 2016, lo que podría suponer elevar la edad de jubilación, reducir los salarios públicos o congelar las contrataciones, según fuentes europeas.

Las posiciones de ambas partes en lo que respecta al superávit primario -ingresos menos gastos, antes del pago de la deuda- sí están más cerca. Las instituciones estarían dispuestas a pactar un superávit del 1 % para este año, 2 % en 2016, 3 % en 2017 y 3,5 % en 2018, por debajo de las exigencias que figuran en el actual programa de condiciones asociadas al rescate, que pide a Atenas un 3 % para 2015 y un 4,5 % en 2016.