"Lo que nos proponen es peor que salir del euro"

"Lo que nos proponen es peor que salir del euro"

EFE

"¿Miedo? No tenemos miedo. Sacamos dinero del cajero por si los bancos tienen que cerrar, hasta que nos ordenemos, es prevención. Soy empresario de turismo y tengo que pagar las entradas de mis clientes para Delfos o la Argólida. Lo que ellos querrían (los de Bruselas y los alemanes) es que dejáramos a los turistas tirados y así sembrar más miedo. No lo van a conseguir, no podrán decir: "No vayáis a Grecia, dejan a los turistas tirados".

El tono de Tryfon Kyriakouros es apasionado y rotundo. Está muy "cabreado", aunque este término no lo utiliza hasta que ya hemos avanzado un rato en la conversación. Comparte estado de ánimo con la mayoría de sus compatriotas, con una característica algo diferente. No es un trabajador, ni un parado ni un estudiante indignado. Es un empresario y no le va mal.

Llega a la cita de domingo por la tarde tarde después de un día agitado, pero no por culpa de la amenaza de corralito y el cruce de declaraciones entre el Gobierno griego y Bruselas o el BCE. Su esfuerzo ha estado encaminado a que el numeroso grupo de brasileños que hoy visitaban la Argólida se fuesen contentos, sin un contratiempo pese a las alarmantes noticias. Lo ha logrado.

"Hasta hoy -domingo 28- no ha habido ninguna repercusión en el turismo, no hemos notado cancelaciones. Es más, es uno de los mejores años de los últimos tiempos. A ver a partir de mañana qué pasa. Recibimos a 25 millones de turistas, más del doble de los 11 millones de griegos que somos. Veremos si los acontecimientos de esta semana que entra influyen o no", añade.

Kyriakouros maneja un castellano perfecto. No en vano pasó seis años en Madrid, estudiando Sociología y Política en la Universidad Complutense. De vuelta a su país, el turismo se cruzó en su vida y dejó dos asignaturas pendientes, pero lleva la sociología y la política en la sangre, mezclada con una dosis de querencia por su patria y su historia sin complejos.

"SABÍAN QUE NO ÍBAMOS A PODER PAGAR"

Tiene su propia tesis sobre los objetivos de Bruselas y los alemanes con Grecia. "Para negociar hacen falta dos personas y buena voluntad por las dos partes; para la corrupción hacen falta dos personas, el que da y el que toma y se deja corromper. ¿Cómo es posible que el sistema monetario haya prestado a Grecia, a España, a Italia miles de millones de euros, sabiendo que no íbamos a poder pagar? Nos lo prestaron porque querían que llegásemos a esta situación, que los del sur seamos los camareros de los del Norte. En vuestro país -que es mi segunda patria- se quedaron con Seat, con los autobuses Pegaso, con la mejor industria. Irán a por vosotros si caemos nosotros. Aquí se quedan con los astilleros de los armadores griegos, los quieren los alemanes. Con nuestra industria farmacéutica, que es floreciente. Ya se acabó Kelvinator o Pitsos... ¿Por qué nos prestaban?".

Mientras Tryfon dispara sus palabras, el hall del hotel donde hablamos está tranquilo, con el trasiego normal de los grupos de viajeros que entran como si las noticias no fueran con ellos. Las terrazas están repletas, aunque amenaza tormenta y a veces caen algunas gotas. Entran chinos, muchos. Cada vez hay más por todos los sitios, ya sea en Micenas o en Delfos, por no hablar de las islas.

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"¿Sabes qué nos transmiten los asiáticos? Respeto por nuestra cultura, más que los propios europeos. Saben que la democracia es una palabra griega, un concepto inventado aquí, pero ¿los europeos del norte saben siquiera que la palabra Europa nos la deben? Yo no he votado a Syriza, no me importa decirlo, pero ellos han recuperado nuestra dignidad, nuestro patriotismo. Es mentira que los griegos no queramos pagar la deuda -prosigue el empresario sin darse tregua-, pero para devolver esos 320.000 millones que debemos necesitaríamos crecer con un PIB cercano al 7 o al 8%. Eso solo pueden hacerlo países subdesarrollados. Grecia o España están desarrollados. Lo más que pueden crecer es al 2 o 3%. Ellos los saben ¿cómo vamos a crecer con las medidas que nos quieren volver a imponer, además de las que nos han puesto y mira adonde nos han llevado?".

Kyriakouros recuerda que entre las exigencias del pacto que quieren las instituciones -el eufemismo nuevo de la vieja troika- está la de imponer un 23% de IVA al turismo, "sabiendo como saben que es un sector clave en nuestra economía. Y el 50% al sector farmacéutico, una de nuestras joyas en desarrollo. Eso sí, bien que se llevan a nuestros jóvenes formados, con dos o tres carreras. Quieren crear un estado de opinión pública contrario a los griegos. Que no trabajamos, que no queremos pagar, que todo lo hicimos en el pasado... No es cierto". El sociólogo tira de nombres gloriosos de la actualidad griega, como el de Krimizis en la NASA o Nanopoulos, un astrofísico candidato al Nobel.

"¿DÓNDE ESTABAN ELLOS?"

Pero la historia reciente pesa en Tryfon tanto como la del siglo pasado y no está dispuesto a dejar que se olviden de ello."No sólo es que inventáramos la democracia o venciéramos a Jerjes. Es que en la II Guerra Mundial fuimos los primeros en derrotar a Mussolini y tuvo que venir Hitler. Logramos que tardaran dos meses en ocupar Grecia, dos meses que retrasaron la ofensiva en Rusia que fue clave para el final de la guerra. 600.000 griegos perecieron luchando contra los nazis. ¡Y que daneses, finlandeses o belgas ahora muevan el dedo a Grecia! ¿Dónde estaban ellos?".

Este sentimiento patrio del empresario Tryfon está extendido entre los griegos, pero tampoco olvidan las buenas cosas de Europa. "Dónde están los grandes como Helmuth Schmidt, Mitterand, Delors, los padres de aquella Europa con la que soñábamos? Un día apareció Schmidt con su bastón y les echó una bronca, pero a Merkel o Schauble -el ministro alemàn de Economía- eso les da igual. Como a EEUU, si ellos quisieran hubieran parado los pies ya a la señora Lagarde, la del FMI, que nos dice esas barbaridades."

Mientras habla, pasan argentinos por el hall del hotel. Estos días en Atenas, ya sea en una excursión o en un café, no hay argentino que no se sienta solidario del griego. Son expertos en interpretar al Fondo Monetario desde hace décadas y no entienden la irritación de los de Bruselas con la decisión del gobierno Tsipras de convocar una consulta. Pero Tryfon Kyriakouros tiene una respuesta a la irritación que ha despertado el referéndum. "¿Qué tiene de malo preguntar al pueblo? Los suizos hacen referéndum para todo. Muchos de los miembros de la Unión Europea sometieron a referéndum entrar en esa Unión. Se creen que somos tontos y no sabemos lo que el Gobierno nos pregunta. No, la pregunta no es dracma o euro. Eso es lo que quieren que pensemos.La pregunta es si aceptamos las medidas que nos imponen otra vez los usureros. ¿Por qué nos vamos a ir nosotros del euro, si somos más europeos que nadie? Que se vayan ellos, los hunos. Hay que recordar de dónde vienen. Tenemos una Europa alemana, no una Europa de los pueblos, por eso les pone nerviosos es referéndum", remata Tryfon.

No hay muchas formas de pararle en su apasionamiento, ni en cómo pregunta si hemos visto a alguien en la calle con miedo, ni el recuerdo de la historia que le preocupa más que lo que pase mañana o pasado. "Nos usurpan todo, hasta el nombre de Macedonia, tierra de los dorios, para dárselo a una zona de la antigua Yugoslavia. Y ¿sabes que somos el único país de Europa que mantiene un año de servicio militar obligatorio? Por la frontera turca, como nuestro gasto militar, que hasta hace no mucho afrontábamos solos".

¿Y mañana y pasado? "No sé, pero en mi opinión si las bolsas caen mucho, incluida la griega, será bueno, porque se darán cuenta de que no pueden con nosotros, de que no han sabido valorar nuestra reacción y esto es grave y tiene que cambiar. Si, por el contrario, los mercados no caen mucho y los usureros están intentando sujetarlos con compras, es que esto no va bien para nosotros. No olvides que aceptar la propuesta que nos ofrecen es peor que volver al dracma, pero queremos seguir en el euro, y que conste que el domingo votaré no".

Tryfon Kyriakouros sale como entró, con paso rápido y firme. Su empresa funciona, aunque tuvo que prescindir de dos o tres empleados de los diez que ha llegado a tener. Si la situación de la semana que empieza no lo tuerce, puede que logre volver a la decena que tenía antes. Mañana, de momento, esta dispuesto a volver a la Acrópolis, Delfos o Mecenas con todos aquellos que quieran saber donde está la cuna de Europa.

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