Las cinco claves del referéndum griego

Las cinco claves del referéndum griego

EFE

Ha llegado el momento. En sólo una semana, Grecia ha organizado el trascendental referéndum en el que un total de 10.837.118 ciudadanos están llamados a votar este domingo. Deberán decidir sobre la aceptación o el rechazo a las medidas propuestas por los acreedores. Los primeros resultados fiables estarán disponibles en torno a las nueve de la noche hora local (una hora menos en la España peninsular).

Aquí tratamos de aclararte lo fundamental de una convocatoria en la que Grecia y también la UE se juegan su futuro.

Tras las cinco claves tienes nuestro minuto a minuto, con la cobertura en directo del referéndum.

El Gobierno griego liderado por Alexis Tsipras apostó por el referéndum -ratificado por la mayoría del Parlamento heleno- ya que los términos de la última propuesta realizada por los acreedores internacionales no eran "asumibles" y necesitaban el aval del pueblo. El partido en el Ejecutivo pide a su pueblo que se incline por el "no".

Las condiciones que plantean estos acreedores son:

1) una prórroga de cinco meses de su rescate, hasta noviembre de 2015, y

2) una financiación total de unos 15.500 millones de euros para hacer frente a sus próximos vencimientos de deuda.

Como contrapartida, Grecia debería acatar una nueva rebaja de las pensiones y otra subida del IVA, del 23%, para los restaurantes y los hoteles.

El gobierno griego ha dicho “no” reiteradamente a las reformas, que han agravado la situación que empeora desde el primer rescate, hace ya cinco años. Desde entonces, la deuda ha aumentado un 177%, las pensiones se han visto reducidas en un 45% y el PIB en un 25, tanto la pobreza infantil como las enfermedades y los suicidios han aumentado -un 40 y un 45%, respectivamente- y el paro ha crecido otro 26%.

Más allá de esa consulta específica, el refrendo debe servir como refuerzo para el gabinete de Syriza, erosionado por las negociaciones y los recortes. Ahora busca legitimidad, dejando en manos de los griegos la decisión de seguir el camino marcado por las Instituciones europeas o, por contra, continuar por su lado.

Pese a la indignación y la aparente sorpresa generada por esta convocatoria en Bruselas, lo cierto es que el programa con el que Syriza concurrió y ganó las últimas elecciones generales griegas ya contemplaba claramente que su plan era revertir gran parte de los recortes aplicados por sus predecesores y las medidas de austeridad aprobadas fijadas por la troika. Su consulta casa, además, con su apuesta por una mayor participación de la sociedad en la toma de decisiones.

El único antecedente de una consulta parecida se encuentra en 2011; el entonces primer ministro el socialista Yorgos Papandreu quiso someter a referéndum el programa europeo de refinanciación de la deuda griega, desencadenando una crisis de gobierno que precipitó su dimisión.

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Los tacos de papeletas para el refrendo, recién salidos de la imprenta. (EFE)

Pues es una parrafada casi ininteligible. Frente el Gobierno, la mayoría de los analistas locales avisan de que hay que conocer muy bien la economía y sus términos como para entender qué pregunta exactamente su papeleta. Una encuesta de una radio local, el pasado martes, señalaba que el 83% de los convocados a votar no sabía bien qué quería decir y que había que estar muy al día para tenerlo claro.

Lo que se plantea es esto: “¿Debe aceptarse la propuesta de acuerdo entregada por la Comisión Europea, el Banco Central Europeo (BCE) y el Fondo Monetario Internacional (FMI) en la reunión del Eurogrupo del 25.06.2015 y que consta de dos partes que constituyen una propuesta unitaria?”

Y sigue: “El primer documento se titula Reformas para completar el actual programa y más allá, y el segundo, Análisis preliminar de la deuda”.

Además de la complicada cuestión, la papeleta ha sido criticada por los partidos opositores a Tsipras -los defensores del sí- porque se ha colocado el cuadro para votar “no” por encima del cuadro para votar “sí”, algo poco usual en este tipo de consultas.

En este referéndum no se vota seguir o no en la eurozona, eso no aparece en ningún lado en la papeleta. "La consulta no constituye una ruptura con Europa, pero sí supone romper con las tácticas que ofenden a Europa", dijo el primer ministro Tsipras en su intervención, el domingo pasado, en el Parlamento.

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Esta es la pregunta, con sus respuestas, que se someterá a votación este domingo. (TWITTER)

Los colegios electorales abrirán a las 7 y se cerrarán doce horas después. Según los cálculos del ministerio, debido a que el proceso de recuento se simplifica respecto a las elecciones por haber solo dos posibilidades, está previsto que los primeros resultados estén disponibles entre una y dos horas después del cierre de colegios.

Para que el resultado del referéndum sea considerado válido, las normas exigen una participación de al menos el 40% del electorado. No obstante, debido al corto plazo de tiempo con el que ha sido convocado el referéndum, muchos de los votantes expatriados no podrán participar en él.

Los centros electorales serán los mismos que en las elecciones generales del 25 de enero de este año, cuando ganó Syriza, y se usará el mismo censo electoral, incluyendo las actualizaciones introducidas hasta la fecha del 30 de abril.

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Un ciudadano ateniense coloca carteles en favor del no. (EFE)

Para muchos ciudadanos que están empadronados en sus lugares de nacimiento pero viven en las grandes ciudades, esto significará tener que viajar el domingo, pues no es posible votar en el lugar de residencia. También se habilitarán centros electorales para votantes de categorías especiales, como militares, policías y presos, entre otros.

Aquellos que, por las razón que sea, no hayan sido incluidos en el censo, pero tengan derecho a participar, podrán ejercer el voto en el horario normal en cualquier mesa de votación de los registros municipales. Los ciudadanos con discapacidades, además, tendrán "prioridad absoluta" y representantes del poder judicial deberán velar para facilitarles el acceso.

Las comisiones electorales y los representantes judiciales también se repetirán de los comicios de enero. Para esta tarde están previstos en Atenas dos grandes actos de final de esta breve campaña, uno a favor del 'no' organizado por el gubernamental Syriza, y otro en defensa del 'sí' convocado por una plataforma deformaciones políticas, empresarios, sindicatos, alcaldías y movimientos ciudadanos.

Si Grecia vota “sí” -que es opción que defienden la mayoría de los líderes europeos-, la última propuesta de la Comisión Europea obtendría luz verde. Se abren las puertas a retomar de inmediato la negociación entre las partes. La situación actual continuaría con préstamos y devolución de los mismos, esperando un crecimiento económico apoyado en medidas austeras. Sin embargo, el Gobierno heleno ha dicho que, de vencer esta opción, Syriza se marcharía del poder. No se sabe, pues, quién sería el encargado de volver a discutir con Bruselas.

Si Grecia vota “no”, es factible que al país en quiebra técnica por el impago de su deuda y acabe abandonando la eurozona. Se entiende como previsible la dimisión del Gobierno y/o la convocatoria de elecciones anticipadas e incluso la formación de un Ejecutivo de unidad nacional transitorio, que se encargaría de hablar con Europa y prácticamente nada más. Un Ejecutivo de unidad es lo que ya, antes de votar, propone la oposición a Syriza.

La troika, si gana el no, ya no prestaría más dinero a Grecia, que se vería obligada a buscar otros acreedores dispuestos a hacerse cargo de la deuda externa y arriesgarse, también, a un impago. La deuda ya existente aún se debería, aunque se puede declarar "ilegítima". Sería algo así como rechazarla porque no ha dado beneficios a los ciudadanos, que además no habrían aprobado originalmente la deuda contraída por sus gestores, y de ahí nacería la "no obligación" de abonarla.

El primer ministro Tsipras ha garantizado que respetará cualquier resultado. Como defensor del "no", argumenta que ese plante popular "reforzará" la posición del Gobierno en la negociación con los acreedores. Sin embargo, desde Bruselas le replican que sólo volverán a la mesa de diálogo si los griegos votan positivamente en el referéndum.

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Un hombre sostiene una bandera griega durante una manifestación por el "no" en Atenas. (REUTERS)

Si Grecia abandona la zona euro, la primera consecuencia será el impago de la deuda pendiente con los acreedores internacionales, entre ellos la Unión Europea, el Banco Central Europeo y el Fondo Monetario Internacional. Esta situación podría desencadenar una nueva crisis financiera internacional, europea especialmente.

El Banco del Pireo (el central de Grecia) tendría que volver a emitir su moneda pre euro, el dracmahttps://es.wikipedia.org/wiki/Dracma, que cotizaría por un valor inferior al euro. Los griegos perderían, con ello, aún más poder adquisitivo. Frente a esto, se supone que el turismo y las exportaciones locales sí que podrían verse beneficiadas.

La banca griega está a un paso de quedarse seca. La patronal bancaria helena advirtió el viernes de que la liquidez de las entidades financieras se limita a menos de 1.000 millones de euros. Las sucursales podrían quedarse sin efectivo el lunes.

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Unas monedas de euro, entre ellas una acuñada en Grecia, fotografiadas ante el Bundestag de Berlín. (REUTERS)

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