Grecia, el día después: "No creo que Tsakalotos tenga los cojones de Varoufakis"

Grecia, el día después: "No creo que Tsakalotos tenga los cojones de Varoufakis"

REUTERS

ATENAS - Este lunes, votantes del "OXI" y del "NAI" volvían a hacer vida normal tras una clara victoria del 'NO' y su celebración la noche anterior. Algunos esperaban la -ya habitual- cola de seis o siete personas en los cajeros desde primera hora de la mañana en Syntagma, aunque a las afueras de la ciudad las filas eran más largas que estos últimos días. Otros se paraban ante los quioscos a leer las portadas de los periódicos y muchos se dirigían a su trabajo como cualquier día normal. La calle Ermou, la más turística de la ciudad, estaba hasta arriba, como toda la semana pasada. Hacia las 9 de la mañana, una última hora: el Ministro de Finanzas, Yanis Varoufakis, ha dimitido para facilitar las negociaciones de su gobierno con el Eurogrupo.

En las calles de Atenas se escuchan opiniones de todo tipo respecto a los últimos acontecimientos. Un par de calles antes de llegar al barrio de Kolonakis, Konstantinos, de 79 años, y su amigo charlan vivamente. "Ojalá que haya unos políticos con lógica. Esperemos que el primer ministro tenga un poco de sentido común y que con la ayuda de la oposición lleguen a un acuerdo por el bien del pueblo griego", afirma. Es ingeniero mecánico y trabaja "desde los 13 años hasta hoy". Estudió mientras trabajaba para pagar su formación. "Voté 'sí' porque sin la ayuda de Europa, nuestro futuro y el de nuestros hijos será muy malo", explica, "pero no tengo ningún problema con los que han votado 'no', tengo muchos amigos que lo han hecho".

Lo mismo piensan otros dos señores que están tomando algo en una de las cafeterías de lujo de Kolonakis: "yo he votado 'nai', pero mi amigo ha votado 'oxi'. Y aquí nos ves, ¿parece que tengamos algún problema?". El que estaba a favor del "sí" perdió su puesto de trabajo hace un año pero se siente muy afortunado: "Mi mujer aún trabaja de enfermera y mi hijo acaba de terminar la universidad y ya tiene un trabajo como ingeniero mecánico; aunque no es habitual que eso pase", explica. Ellos, como el resto de los griegos, esperan expectantes los próximos pasos de Bruselas. Pero tienen algo muy claro: "Somos amigos y se nos ha dado la opción de elegir. Los dos amamos Grecia. Todos los griegos aman Grecia. Estoy seguro de que cada uno ha hecho lo que creía mejor para el país y para todos los griegos, ¿por qué íbamos a tener que echarnos algo en cara hoy?". Respecto a la decisión de Varoufakis, ambos piensan que ha hecho bien: "es un tío muy listo y estamos seguros de que ha hecho lo mejor para el pueblo griego", dicen.

A unos veinte minutos de allí, Eleni opina completamente diferente. Tiene 34 años y está sentada en una marquesina con Accalia, de 83. Ambas esperan el mismo autobús y acaban de conocerse, pero debaten tranquilamente bajo los 34 grados que marcan los termómetros de la ciudad. Eleni votó 'no' y Accalia 'sí' la tarde anterior. Aún así, les interesa lo que tiene que decir la otra. Comparten la opinión de que "es mejor que Varoufakis se haya ido ahora, ya que a los líderes europeos no les cae demasiado bien". "¿Miedo?", preguntan, "miedo no, preocupación. Pero llevo preocupada cuatro años, desde que me quedé en paro", responde la más joven.

"EN TODA GUERRA SE DAN PASOS ATRÁS"

A las dos de la tarde ya sonaba un nombre como nuevo Ministro de Finanzas griego: Euclidis Tsakalotos, que hasta hoy era viceministro de Asuntos Exteriores en el gobierno de Syriza. María, licenciada en Ciencias Políticas, está sentada en un banco a pocos metros del Ministerio de Economía y lee la noticia en el teléfono. "A mí me parece mejor que Dragasakis, que era el otro que se barajaba", dice en muy buen español "pero estoy muy decepcionada con lo de Varoufakis. Creo que a nivel personal Varoufakis tiene más peso. Creo que es un paso atrás para nosotros, pero bueno, en toda guerra se dan pasos atrás". Cuando se le pregunta a qué se refiere con 'más peso a nivel personal' responde entre risas: "En otras palabras, no creo que Tsakalotos tenga los cojones que ha tenido Yanis". Está segura de que, con el resultado del referéndum, "los griegos han ganado mucho". "¿Fuiste anoche a Syntagma? Se respiraba energía, dignidad y libertad. Lo que viene ahora es difícil, claro; pero eso ya lo sabíamos", afirma.

Parecido a María piensa Karis, un señor de 50 años que lee el periódico sentado en la plaza de Monasterakis. Tampoco está contento con la marcha de Varoufakis pero cree que "es una estrategia del Gobierno. Y estos cinco meses les han salido muy bien las estrategias". Presume de que tiene unos dirigentes muy cercanos al pueblo: "¿Dónde se ha visto unos miembros de un Gobierno que se paren a hablar con las personas normales en la calle? ¿Y un país donde haya dos manifestaciones contrarias a unos metros de distancia (refiriéndose al viernes, por el 'OXI' y el 'NAI'), sin policía apenas y que no haya ocurrido ningún altercado? Te recuerdo que los propios ministros pasaron entre la gente para llegar al escenario donde hablaba Tsipras", explica orgulloso. Sobre Tsakalotos no tiene ninguna queja. Según él, era la mejor elección después de Varoufakis, "está muy bien formado y era su mano derecha, sabrá hacerlo bien. Aunque quiere seguir en el euro. Yo también quería, pero nos van a castigar igual, puestos a seguir igual y pasarlo mal... Mejor fuera del euro ¿no?", pregunta.

Antes de despedirse de El Huffington Post, Karis pide decir unas palabras: "La tumba del escritor Nikos Kazantzakis está en Creta y dice lo siguiente: 'No espero nada, no tengo miedo a nada, estoy libre'. Creo que así es como nos sentimos algunos griegos hoy. Ayer el "oxi" ganó con 20 puntos de diferencia. Eso significa algo: no hay que juzgar a los griegos, hay que juzgar a otros. A aquellos que sí que han vivido por encima de sus posibilidades y a los que nadie señala. Ahora exigimos justicia".

El domingo 5 de julio de 2015 será recordado en todo el mundo. Grecia finalmente ha hablado y ha dicho "OXI" a las medidas de austeridad que proponían los socios europeos. Y, como explicó un chico de 26 años a este diario la misma noche de la victoria en Syntagma, los griegos se fueron a dormir "con dignidad". Y parece que se han levantado igual que se acostaron.

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