'Ve y pon un centinela', la secuela de 'Matar a un ruiseñor' que contradice el espíritu original

'Ve y pon un centinela', la secuela de 'Matar a un ruiseñor' que contradice el espíritu original

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Título:Ve y pon un centinela

Autor:Harper Lee

Editorial: HarperCollins

Páginas: 269

Precio: 18,90 euros (9,49 en Kindle)

Fecha de lanzamiento: 15 de julio de 2015

¿De qué va?

Scout, la protagonista de Matar a un Ruiseñor, vuelve a Maycomb, como todos los años, para visitar a su familia. Tiene 26 años y se ha independizado en Nueva York. Cuando regresa, se encuentra a su tía en pie de guerra, a Atticus aquejado de artritis y a un insistente pretendiente, antiguo amigo de su hermano Jem.

La joven sufrirá un fuerte choque cultural, al enfrentar su sensibilidad neoyorquina, afinada previamente por la rectitud moral y el idealismo de su padre, con los valores retrógrados, racistas y clasistas de su lugar de nacimiento, en pleno sur de EEUU y en un momento de gran cambio social, sobre todo en lo referente a los derechos de los negros.

¿Por qué se habla tanto de este libro?

Es la "secuela" de Matar a un ruiseñor, obra multipremiada (entre sus galardones se incluye un Pulitzer) y uno de los pilares de la literatura contemporánea. Es, también, el segundo libro de la autora de ambos, Harper Lee, que no volvió a escribir nada después del enorme éxito de la primera.

La adaptación al cine aumentó su fama: consiguió varios Oscars y está considerada una de las mejores películas de la historia. Atticus Finch es uno de los grandes héroes americanos y uno de los personajes más queridos de la ficción.

Ve y pon un centinela ha roto récords de reservas y ventas en Amazon y Barnes and Noble, grandes cadenas estadounidenses, y ha sido descrito como "el acontecimiento literario del año".

El polémico retrato de Atticus y las circunstancias de su publicación han generado aún más curiosidad: medios como The New York Times han planteado dudas sobre la actuación de los editores de Lee, que se podrían estar aprovechando de su extrema vejez, sordera y ceguera, así como de la muerte de su hermana y cuidadora, para publicar un libro que ella jamás habría autorizado.

LEE LAS PRIMERAS PÁGINAS DE VE Y PON UN CENTINELA

¿Quién lo escribe?

Harper Lee nació en 1926 en Alabama, en el sur de Estados Unidos que ha teñido su universo literario. Su padre, en el que se basa ligeramente Atticus Finch, era abogado y hombre muy respetado en su comunidad, de ideas bastante progresistas que lo llevaron a defender ante un tribunal a dos hombres negros acusados de matar a un tendero blanco.

Al crecer, la escritora se trasladó a la universidad y luego a Nueva York, donde finalmente fue fichada por una editorial con la ayuda de su amigo de la infancia, Truman Capote. Presentó un primer borrador en 1957 de una novela semiautobiográfica titulada Ve y pon un centinela, que sirvió como punto de partida para lo que sería después Matar a un ruiseñor.

Sólo había escrito hasta esa fecha relatos cortos, y la elaboración de su primera narración larga fue un arduo proceso de tres años, en los que recibió mucha ayuda de su famosa editora, Tay Hohoff, a la que se atribuyen buena parte de los aciertos de la novela. Hohoff aseguró en su día que detectaba en Lee madera de escritora, pero sus primeros borradores eran una serie de anécdotas, no libros.

El enorme éxito de Matar a un ruiseñor abrumó a Lee, que se recluyó en su hogar sin conceder apenas entrevistas durante décadas y nunca publicó otro libro ni relato. El manuscrito original de Ve y pon un centinelaquedó enterrado en sus archivos hasta 2011 cuando fue reflotado por su abogada.

Actualmente, Lee vive en una residencia confinada a una silla de ruedas y padece problemas de visión y de oído.

¿Quién debería leerlo?

Los amantes de la buena novela, los interesados en ahondar en la historia racial de EEUU, los estudiosos de la escritura, pues supone un interesante estudio debido a sus orígenes como borrador de uno de los libros más emblemáticos de la literatura.

Algunos de los lectores de Matar a un ruiseñor lo disfrutarán como una digna secuela teñida del desencanto del mundo actual; otros, los que prefieran continuar con el recuerdo idealizado de Atticus Finch, mejor que se mantengan alejados de Ve y pon un centinela.

¿Qué ha dicho la crítica?

La crítica se encuentra dividida en relación a esta novela; algunos ensalzan sus valores como obra escrita y otros no pueden escapar a la sombra que proyecta su famosísima predecesora.

Nuestra opinión:

Ve y pon un centinela es una novela compleja. Bebe mucho de Matar a un ruiseñor, pues apenas se esfuerza en la caracterización ni en situar al lector en Maycomb y sus habitantes, a los que se supone que ya conoce.

Aparte de la familia Finch, salen pocos personajes del libro anterior, y ninguno de ellos suscita el cariño que despertaron en su día los entrañables secundarios de su predecesora. Tampoco los nuevos, entre los que destaca por insulso Henry Clinton, el eterno pretendiente rechazado.

No obstante, esta novela es más ambiciosa que Matar a un ruiseñor. Tiene más capas, más grises y un mensaje más maduro y demoledor. Es un retrato de las tensiones raciales de los 50 (publicado en un momento en que han vuelto a prender en EEUU) y, a la vez, una explicación de la mentalidad sureña. Pero, sobre todo, es un relato que invita a adquirir conciencia propia y a no idealizar a otras personas hasta el punto de perder la identidad.

El estilo es sencillo y poético, y las descripciones de lugares y situaciones son muy evocadoras, aunque se echa en falta mayor detalle en las explicaciones de los cambios que ha atravesado Maycomb en los últimos 18 años, así como menciones a los secundarios más importantes de Matar a un ruiseñor, muchos de ellos directamente desaparecidos.

Los espaciados flashbacks están torpemente insertados pero constituyen algunos de los mejores momentos de la historia. Los diálogos, que con demasiada frecuencia son monólogos que se suceden, resultan excesivamente liosos y algo ambiguos a veces, pero es esa complejidad (podríamos decir hasta contradicción) la que hace tan interesante la obra.

Scout es un personaje poco definido, tan pronto se muestra mujer pícara con Henry como niñata con su familia. La ausencia de Jem y Dill se hace sentir, pero no lastra tanto como cabría esperarse. El punto álgido y de mayor interés del libro es la conversión de Atticus, que supone un shock para el lector y lo ata al punto de vista de Scout, que se siente también profundamente traicionada por su "nuevo" racismo.

Retrospectivamente, y esa es la genialidad de la novela, no es tan nuevo: Matar a un ruiseñor es lo que es porque se publicó cuando se publicó. Hoy en día, se lee a Atticus Finch como un sureño paternalista que no lucha como debería por la igualdad. No planta cara a sus vecinos blancos. El "nuevo" Atticus es sólo el resultado del giro conservador que muchas personas dan en la ancianidad.

Ve y pon un centinela está abrumada por el legado de Matar a un ruiseñor, pero es una secuela digna, una hija de su tiempo como en su día fue aquella; está imbuida de la desilusión y el desengaño de unos tiempos más cínicos que los optimistas años 60 en que se publicó su predecesora.

El primer párrafo:

Desde Atlanta, venía mirando por la ventanilla del vagón restaurante con un deleite casi físico. Mientras se tomaba el café del desayuno, vio cómo quedaban atrás las últimas colinas de Georgia y aparecía la tierra rojiza, y con ella las casas con tejados de chapa en medio de patios bien barridos, y en los patios las inevitables matas de verbena rodeadas de neumáticos encalados. Sonrió cuando vio la primera antena de televisión en una casa de negros sin pintar. Conforme aparecían más y más, se redobló su alegría.

La entrevista

Harper Lee es conocida por su reclusión y ha concedido poquísimas entrevistas desde que publicó Matar a un ruiseñor en 1960. Esta web recoge fragmentos de una, la más extensa, la que concedió al periodista Roy Newquist. La más reciente la consiguió el Daily Mail en 2010.