Si quieres una habitación perfecta, ¿por qué no la tienes?

Si quieres una habitación perfecta, ¿por qué no la tienes?

¿Te acuerdas de cuando montaste tu habitación con toda la ilusión del mundo, pensando que era un proyecto de vida que te iba a definir?

La realidad es que la gente cambia y ese mueble tan grande que antes te gustaba ahora no te transmite nada. Como en su día fue una inversión, no encuentras cómo deshacerte de él. Nuestra realidad social reciente nos ha demostrado que los cambios son necesarios y también posibles. ¿Por qué no hacer uno en aquello que nos repercute los 365 días del año?

Si nos paramos a observar nuestros hogares, encontraremos cosas que no nos gustan, que han quedado obsoletas o desgastadas y de las que, por una razón u otra, no nos desembarazamos. En definitiva, nos alejan de tener la habitación de nuestros sueños.

Si tú no tienes la tuya es porque no quieres.

En algunos aspectos, la relación que tenemos con nuestra casa es como una relación amorosa: hay que alimentarla para que no caiga en la rutina. Nuestro hogar es lo que hace nuestra vida más placentera, el lugar que de verdad significa algo para nosotros.

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Los datos revelan que el 48% de los ciudadanos está de acuerdo en que su dormitorio mejoraría con unos pequeños cambios, el 46% afirma que el humor cambia cuando añade color a sus casas, el 37% que añadiendo accesorios a su hogar eleva su estado de ánimo y el 22% está de acuerdo con que un hogar organizado te hace más feliz. A veces damos prioridad a otras cosas que consideramos más inmediatas o más placenteras (el trabajo, un viaje relámpago) y al final dejamos las cosas esenciales, las más cotidianas, siempre para otro momento.

Se interponen en nuestro objetivo ese cajón que lleva años sin cerrar, la cortina de ducha que es más vieja que la de Psicosis y ese póster de aquel deportivo tan increíble de los años 90. Aprovechar el espacio y sustituir algunas reliquias por nuevos elementos decorativos es más que sencillo. Y si no te lo crees, IKEA te lo demuestra.

Por el mismo precio de una escapada, un spa o cualquier capricho momentáneo, se pueden obrar grandes cambios en nuestro dormitorio o nuestro baño. Encontrar la inspiración que nos ayude a dar con el mueble o el elemento decorativo necesario puede ser más breve que lo que dura la novena secuela del superhéroe de moda.

La gran ventaja entre nuestro dormitorio y la habitación del mejor hotel del mundo es que la nuestra es personal y única ¿Por qué no cuidar lo que mejor nos define, la habitación de todos los días de año?