091, la banda que resucitará para volver a morir
En una de sus estancias en Granada, Joe Strummer, el líder de los míticos The Clash, se quedó prendado de una pandilla de jóvenes rockeros. Tanto le gustó aquella banda local, llamada 091, que en 1986 les produjo el disco titulado Más de cien lobos. Aquel grupo, formado en 1982, siguió en activo hasta 1996. En 14 años grabó ocho álbumes y consiguió poner de acuerdo a la crítica especializada, que les calificaba como una de las mejores bandas de rock en español. La opinión de los expertos no fue suficiente, puesto que nunca gozaron del reconocimiento del gran público ni figuraron en las listas de éxitos. Hartos de nadar a contracorriente y de pelearse con las discográficas, ‘Los Cero’ se separaron en 1996 y juraron no volver jamás. Pero jamás ha resultado ser ahora.
El rumor, que sonaba con fuerza por Granada desde hacía meses, se confirmó la semana pasada, cuando los cinco integrantes de la última formación confirmaron a través de un comunicado que volvían a los escenarios. 091 recorrerá España en una gira, llamada ‘Maniobra de resurrección’, que comenzará en enero en Logroño y terminará en diciembre. Aseguran que después no vendrá nada, que ahí se volverá acabar todo como grupo. Algo similar a lo que hicieron Héroes del Silencio en 2007. Suficiente para complacer a su pequeña legión de fieles seguidores, que han removido Roma con Santiago en las redes sociales para que se produjera el reencuentro, negado cien veces por los integrantes del grupo durante años y años.
“Hemos cambiado de opinión, sencillamente. Cuando se va a cumplir el vigésimo aniversario de nuestra despedida, hemos pensado que podríamos celebrarlo de alguna forma, y qué mejor que hacer una gira”, explica a El Huffington Post José Ignacio Lapido, compositor y guitarrista del grupo, que tiene ahora 53 años. En el cambio de opinión, explica, han influido “varios factores”: “Nuestra voluntad de hacerlo, la insistencia de nuestros seguidores, el que hubiera una propuesta profesional adecuada que nos diera garantías y también la sensación de que o lo hacíamos ahora o no lo haríamos nunca”.
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Como si de uno de esos personajes secundarios de sus canciones se tratara -solitarios, perdedores- ‘Los Cero’ no cosecharon éxito en vida, pero desde su separación han cargado con el sambenito de ‘grupo de culto’ o ‘grupo maldito’ que les ha convertido en casi una leyenda para algunos. Ellos, dice Lapido, nunca se fijaron el éxito como fin principal de su carrera: “Creímos, y seguimos creyendo, que el plano artístico era lo que teníamos que valorar por encima de todo”. Quizá sea eso, afirma, lo que ha hecho que “el recuerdo del grupo no se haya deteriorado con el paso del tiempo, sino todo lo contrario”.
"TODO EL MUNDO TE QUIERE CUANDO ESTÁS MUERTO"
José Antonio García, el cantante de la banda que tiene ahora 54 años, camina en la misma línea y afirma que prefiere su público, “muy fiel”, a otro. “A lo mejor, una banda que en un momento dado tuvo éxito, con el tiempo se le ha olvidado a todo el mundo y ha perdido ese público. Nosotros, sin embargo, lo seguimos teniendo”, recuerda, a la vez que atribuye a “las circunstancias” esa falta de éxito en las listas discográficas: “Todo lo que nos rodeó en su momento, la mala gestión de nuestro alrededor, no acertar con las compañías discográficas...”.
Ahora llega el momento de la verdad, de comprobar si todo ese halo que les rodea desde su separación se materializa en salas de conciertos llenas. “Todo el mundo te quiere cuando estás muerto. Pronto vamos a comprobar si ese cariño se extiende también a los resucitados como nosotros”, señala Lapido. Su compañero José Antonio García se lo toma con humor y vaticina más público en los conciertos porque sus seguidores ya son padres e irán a las actuaciones con sus hijos: “A mí ya me vienen críos de 8 o 10 años que se aprenden las canciones y se acercan con el padre a saludarme y el niño se queda diciendo: ‘¿Pero es este?”
Los cinco integrantes de 091 no están escatimando esfuerzos en volver por todo lo alto. Llevan meses ensayando para despejar las dudas que podían tener. Esas que, en las canciones que escribe Lapido, hacen que "las respuestas se evaporen sin más". “No te puedo negar que todos teníamos nuestras reservas sobre cómo podía sonar la cosa veinte años después. Es mucho tiempo y no las tienes todas contigo”, admite el guitarrista, que ha cambiado su forma de tocar en su extensa etapa en solitario, en la que acaba de hacer una gira junto a Quique González.
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Las dudas se despejaron desde el primer ensayo. “Los temas no sonaban como queríamos, pero se veía que no nos habíamos olvidado. Parece que se nos han quedado marcadas esas canciones y las teníamos ahí todavía guardadas. Era como si no hubiera pasado nada y estuviéramos ahí otra vez. Fue una cosa extraña. No sé cómo expresarlo, la verdad”, afirma José Antonio García, que también ha liderado varios grupos desde la desaparición de 091.
"LAS CANCIONES HAN ENVEJECIDO MEJOR QUE YO"
Explican que también ha ayudado que sus viejos temas no hayan pasado de moda. “Estoy convencido de que mis canciones han envejecido mejor que yo”, zanja Lapido, quien en cierta forma da la razón a aquel viejo tango que decía que 20 años no es nada. Afirma que echando un vistazo alrededor, las cosas tampoco han cambiado tanto. “Sin ir más lejos el partido de Gobierno en España es el mismo. Aznar ganó sus primeras elecciones en marzo del 96. Ahora está por ver si Rajoy pierde sus últimas elecciones en diciembre”, recuerda.
“Por lo demás la estupidez generalizada y el gañanismo mediático que antes sólo nos llegaba por la televisión ahora también nos llega por las redes, multiplicados exponencialmente”, remata.
Tampoco han cambiado las mismas dudas que ‘Los Cero’ planteaban en su canciones. Como aquella que hablaba de alguien que no puede recordar jamás cómo acaban los sueños. “No hay respuestas para ese tipo de preguntas, y a mí siempre se me ha dado mejor plantear dudas que resolverlas”, reconoce Lapido. Tampoco José Antonio García tiene la solución, pero… “Lo importante, en el fondo, es poder seguir soñando”. Sus fans no quieren despertar del sueño del reencuentro.
