"La manta de la vida" para Siria

"La manta de la vida" para Siria

Empieza el invierno y los refugiados siguen llegando a Europa. Familias enteras viajan kilómetros a pie bajo la lluvia y con mal tiempo. Este jueves, al menos siete de ellos han muerto en otro dramático naufragio en Lesbos (Grecia), a las puertas de una Unión Europea que sigue dividida entre aquellos que les reciben con los brazos abiertos y los que piden que se les expulse. Mientras los líderes de los países miembros se intentaban poner de acuerdo sobre cómo afrontar esta crisis migratoria, se han puesto en marcha varias iniciativas ciudadanas en solidaridad con aquellos que huyen de la guerra. Pero, ¿qué pasa con los que siguen en Siria y llevan cuatro años sufriendo las consecuencias de un conflicto armado? Esta es la pregunta que dio lugar a La manta de la vida, una iniciativa de ayuda al pueblo sirio que nació de una conversación entre amigas en Madrid.

La Asociación de Ayuda al Pueblo Sirio (AAPS) en Madrid está hasta arriba. En la puerta de la calle Marroquina 108 se amontonan muchísimas cajas de cartón que han sido enviadas de todas partes de España. Cada una de ellas contiene una o varias mantas tejidas a mano, exclusivamente para las familias que luchan por sobrevivir en el conflicto de Siria. En las etiquetas de las cajas, dos frases: "La manta de la vida. Estamos con vosotros".

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Etiquetas en las cajas

LA IDEA

Dentro del local hay mucho ajetreo. En unas horas llegará una furgoneta que se llevará todo el envío a Valencia, de donde saldrán varios contenedores hacia Siria. Los voluntarios entran y salen cargados. Entre ellos está Marta Blanco, una de las personas que ha hecho posible todo esto. "Con la llegada de refugiados me pregunté qué pasaba con aquellos que seguían en Siria", cuenta, "vi que la AAPS colgaba carteles pidiendo la donación de mantas y pensé que si toda la gente de mi alrededor tejía una, podríamos hacer mucho más que si tejía yo sola". Fue así como ella y sus amigas, Clara y Lucía, comenzaron a organizarse. Pero nunca pensaron que su idea llegaría tan lejos.

A través de una página de Facebook que en principio iba dirigida a sus contactos cercanos, crearon una red de tejedores por toda España. Ahora son alrededor de 4.400 personas que han tejido 3.500 mantas. Al ver la cantidad de gente dispuesta a ayudar, se organizaron con 50 coordinadoras en distintas partes de España. "Han sido ellas las que se han encargado de hacer quedadas, de enviar las cajas a la sede en Madrid y del montaje de las mantas", señala Marta.

Mientras ella habla, en el local de la AAPS los voluntarios miden las mantas antes de meterlas en las cajas. Se hace para facilitar el trabajo de la ONG que las recibe en Siria y así poder repartirlas equitativamente, ya que hay mantas para bebés y para adultos. En hacer estas últimas se tarda entre un mes y un mes y medio. Los que no tienen tiempo para hacer una manta entera hacen un cuadrado de 50x50 cm que acabará siendo parte de una manta colectiva. La misma Marta venía montando una en el metro. "Además de en España, se han unido tejedoras en América Latina, California o Florida. También han organizado quedadas en Amsterdam y han llegado envíos desde Islandia o Finlandia", señala la joven, añadiendo que la difusión ha sido muy inesperada.

La comunidad costarricense descubre que hay una hermosa comunidad tejedora en su país !!!!! En sólo 10 días, han juntado...

¿Cómo mandar todos estos paquetes sin que salga carísimo el transporte? La Fundación de la empresa de paquetería SEUR, se ha ofrecido a colaborar y realizar todos estos envíos de manera gratuita. "Estamos muy agradecidos por ello, ya que nos llegan de toda España, incluidas las islas", explica Marta.

LA ASOCIACIÓN

Amer Hijazi es el presidente de la AAPS, que lleva cuatro años mandando ayuda sanitaria a Siria. Amer cuenta que fue Marta la que se puso en contacto con él para colaborar y que le ha llamado la atención la difusión que ha tenido la iniciativa, "ha habido hasta una niña de 11 años que ha traído una manta y gente que ha pasado las vacaciones tejiendo. Detrás de cada manta, hay una historia".

La asociación que preside se centra en mandar tres cosas básicas: mantas, leche infantil y productos de higiene personal femenina. "Es lo más esencial", asevera Amer, que cada semana recibe en su local a refugiados que retiran lo que necesitan. "Con lo que mandamos se han construido ya dos hospitales en una zona de Siria", dice orgulloso, "buscamos las zonas más castigadas donde otras organizaciones no pueden llegar". "Hemos enseñado la iniciativa a los médicos de Siria y se les saltaban las lágrimas. Creían que ya no existía la humanidad". Amer aprovecha para expresar su agradecimiento: "Doy las gracias por cada día, por cada minuto, por cada punto de la manta... Y espero que esto cambie pronto y podamos ayudar a los refugiados de otra manera".

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La puerta de la AAPS

LOS VOLUNTARIOS

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Maria Ángeles

Maria Ángeles trabaja en un hospital y los viernes, cuando tiene tiempo, intenta ayudar en la asociación. Es una de las voluntarias que lleva desde primera hora de la tarde empaquetando. "Conocí el proyecto de la manta de la vida y lo llevé al hospital. Ahora está medio hospital tejiendo",cuenta sonriente. "Tengo hijos, veo la tele y veo que no se está haciendo nada. No hay soluciones. Me motiva la cantidad de gente que hay colaborando", concluye.

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Carmen

Carmen estudia un máster de Relaciones Internacionales. Tiene 23 años y también ha pasado la tarde de viernes ayudando en el local de Amer. "Es la primera vez que vengo, pero con todo el tema de Siria hay una concienciación popular bastante fuerte. Cualquier cosa que me proponen de este tipo, estaré aquí para ayudar. Somos un montón de gente, no paran de llegar cajas, es un poco caótico", explica. Tiene su propia opinión sobre la crisis migratoria: "Creo que la gente ayuda porque piensa que les podría pasar a ellos. Como es una situación de violencia, de guerra civil, de que te ves obligado a salir de tu país por motivos políticos, tiene una repercusión mucho mayor en la conciencia de la gente".

Gracias a todos ellos y a las miles de personas que han puesto su granito de arena o, en este caso, su cuadrado de tela, más de 3000 sirios dormirán calientes en unos días. Pero no es suficiente. El conflicto de Siria ha superado los 250.000 muertos en su quinto año y los sirios no son los únicos que se ven obligados a dejar todo para salir de su país. Iniciativas como esta son necesarias pero, desgraciadamente, la ayuda a largo plazo no llega.

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