La importancia de los buenos modales
Cuando Alexandra Messervy dejó la Casa Real británica para montar su su propia empresa, The English Manner, nadie pensó que terminaría 14 años después presidiendo un conglomerado de 100 millones de dólares (91 millones de euros), que abarca desde el Reino Unido a China pasando por India, Emiratos Árabes Unidos, Australia, Nigeria y, por supuesto, Estados Unidos. De hecho, desde su creación en 2001, The English Manner no ha dejado de crecer y cada día la compañía exige más recursos y habilidades de gestión. Para Messervy su empresa está siendo "la experiencia más grande de su vida"; para sus pupilos –que no empleados–, la herramienta más eficaz para presentarse en los círculos de liderazgo más importantes del mundo.
Volviendo al caso de Alexandra Messevry, esta no solo ofrece servicios de educación y buenas maneras. A través de su empresa se pueden contratar a las niñeras más exclusivas del mundo y las empleadas del hogar más preparadas. Parte de este grupo de institutrices del siglo XXI llega hasta The English Manners proveniente del prestigioso Norland College, el mismo en el que estudió y se graduó la niñera de los hijos de los Duques de Cambridge, la palentina María Teresa Turrión.
Las cifras de esta empresa se quedan cortas cuando vemos la cantidad de dinero que mueve al año dentro de la industria las clases de decoración, educación y saber estar. Este apartado es un filón en el terreno del lujo con un crecimiento estimado del 3,5% anual en la última década. Se calcula que el sector supone unos 5.000 millones de dólares (4.600 millones de euros).
La palentina María Teresa Turrión, en el bautizo de la princesa Charlotte
La clave para entender el éxito y el creciente atractivo de estos servicios es el ritmo de la globalización económica que vive el mundo gracias a internet, a la reducción de los precios de las tarifas aéreas y al acceso universal a la telefonía móvil. "Estos han sido los constructores de una nueva economía que ha premiado la iniciativa empresarial, ya que reduce las barreras de entrada al tiempo que facilita el acceso a la información, de la inversión y a las tendencias del mercado", asegura Beatrice Rangel de Amla Consulting.
El resultado de todo ello ha sido que más de dos millones de hogares han dejado de ser de clase media para convertirse en millonarios en la última década. Y los millonarios quieren serlo y parecerlo. El total de hogares pertenecientes a este grupo es de 16,3 millones, lo que representa el 1,1% de toda la población mundial y unos activos conjuntos estimados de 152.000 millones de dólares (casi 140.000 millones de euros). El 25% de estos hogares son, básicamente, recién llegados en términos de riqueza y también de educación.
Y como además de ser rico, es necesario aparentarlo y rodearse de gente del mismo nivel de vida, es necesario tener la educación social adecuada. Empresas como la citada sirven de herramienta a los ricos para ingresar en las redes mundiales de los mas exclusivo.
Actualmente las economías asiáticas son las que cuentan con un número mayor de millonarios-emprendedores, superando incluso a países como Alemania y Francia. En China y en la India la demanda de este tipo de servicios es "abrumadora", asegura Rangel.
El espíritu emprendedor de la gente en estos mercados está dando sus frutos en términos de riqueza personal, de hecho, la tasa de rendimiento de estas empresas es de aproximadamente el 25% de la inversión, lo que es mucho mejor que la que ofrecen, por ejemplo, los servicios financieros. Las nannies de lujo, esas institutrices para los hijos de los nuevos millonarios, tampoco se quedan atrás en sus ingresos. Según publicaba la revista Mujer de Hoy, estas educadoras tienen un sueldo anual de unos 100.000 euros y viajan en los jets privados de las familias en las que trabajan. Se dedican exclusivamente a los niños, a su educación y a su aprendizaje.
Alexandra Messervy considera sus servicios como "una inversión a largo plazo". Porque, invirtiendo en modales, inviertes también en un mejor futuro tanto para ti como para tus hijos, según declaraba recientemente en The New York Times.
