Culebrón catalán

Culebrón catalán

AP

La elección del nuevo president de la Generalitat remató anoche un fin de semana en el que Mas renunció a ser investido. Los diarios intentan explicar esta mañana lo sucedido...



"Este culebrón culmina la actual temporada con un final espectacular. No como Borgen, civilizado y sutil, sino como Juego de Tronos, con sangre a raudales, ejecuciones rituales y venganzas". Es la conclusión del director adjunto de El País, Lluis Bassets, en un análisis con título de astracanada: "Un cadáver molt honorable", porque "el 9N ha sido una matanza ritual, con sacrificios a la vanidad y al orgullo de Artur Mas".

La salida del president ha sido "una sorpresa mayúscula para los dirigentes de Convergència", asegura la subdirectora de La Vanguardia, Maria Dolores García, quien explica "el plan b de Mas". Fraguado al principio de la semana pasada por consejo de David Madí, para evitar unas elecciones que dejarían en muy mal lugar a Convergència, y que sólo conocían Raul Romeva, de Junts pel Sí, y David Fernández, de la CUP.

En primera instancia, no figura el nombre de Puigdemont sino el de Neus Munté. Al final, Mas sitúa a Junqueras como vicepresidente económico y, por tanto, como el que deberá ralentizar el ritmo del "procés" y él, en un segundo plano, recompone Convergència y "no descarta regresar como el francés Sarkozy".

La figura de Puigdemont es vista esta mañana como continuista pero más legitimada que la de Mas para "acelerar", como señala El Periódico en su titular de primera, un proceso soberanista...

"Nuevo presidente, mismo viaje a la nada", titula su editorial El Mundo, mientras que La Vanguardia insiste en que Puigdemont persiste "en un error que se ha puesto de manifiesto en las últimas semanas, como es la velocidad con que se pretende implementar un proceso plagado de todo tipo de obstáculos, incluidos los legales". 

El Correo considera que asistimos a un "falso choque" entre legitimidades porque "la legitimidad política que reclaman los separatistas no es superior a la que pueden esgrimir la mitad más uno de los catalanes contrarios a separarse de España".

Desde Madrid, la elección de anoche supone, como reclaman La Razón y Cinco Días en sendos editoriales, "un gobierno estable" y "fuerte". Es decir, una gran coalición con el apoyo más o menos explícito del PSOE. De momento, en una entrevista en El País, Patxi López, candidato a presidir el Congreso, asegura que "no vamos a pactar ningún avance hacia la independencia con nadie".

Esta mañana, hay otras voces que reclaman, no sólo un nuevo gobierno, sino un pacto que vaya más allá... 

Juan Luis Cebrián, presidente de El País, escribe una amplia tribuna que, con un título prestado de Jonathan Swift, "El arte de la mentira política", demanda un acuerdo entre las cuatro grandes formaciones para llevar a cabo una reforma constitucional que dé respuesta a tres retos fundamentales: la integración de Cataluña en España, la sostenibilidad del incipiente crecimiento económico y la implementación de políticas sociales concretas.

Para ello, reclama a la izquierda contribuir desde la oposición; a Ciudadanos, formar parte de un gobierno estable con el PP, y a Mariano Rajoy que se retire para hacer posible este pacto que, a juicio de Cebrián, debe ser propiciado por Felipe VI.

El rey, cuya hermana se sienta en el banquillo al inicio del juicio de caso Noós, que se sigue con cierto morbo por la prensa mundial, aunque esta mañana, los titulares se los lleva Cataluña...



El New York Times constata que "el nuevo líder de Cataluña quiere continuar el camino secesionista". Financial Times asegura que "los proindependentistas intentan crear un estado sin Estado". Le Figaro considera que "Cataluña forma su gobierno de combate", y el Süddeutsche resume: "Los separatistas permanecen en el poder en Cataluña".



En Europa, además, dos dirigentes son protagonistas de dos noticias...



La primera, en Financial Times, se refiere a Merkel. La canciller renuncia a su presencia en el Foro de Davos por las tensiones que han generado los abusos sexuales en Colonia en su política respecto a los refugiados.

La segunda ocupa toda la portada del diario Libération y es una petición para que haya primarias en la izquierda de cara a las presidenciales del año que viene. Es decir, personalidades como el economista Thomas Piketty o el legendario Daniel Cohn-Bendit le mueven la silla a Hollande.

Y el tuit de esta mañana es una protesta en vivo y en directo...



La llevada a cabo por el grupo Squeeze ante David Cameron durante su entrevista de ayer en la BBC. El grupo británico, nos cuenta el Guardian, aprovechó que estaba en vivo y en directo para cambiar la letra del estribillo de la canción y protestar contra la destrucción del Estado de bienestar. Cameron, flemático, aplaudió al final.