Trabajar con los niños a un paso

Trabajar con los niños a un paso

JENNIFER TAPIAS

Sandra Butragueño trabajaba en el departamento financiero de una empresa francesa cuando a los 28 años fue madre. Era el año 2002. De aquella época recuerda "trabajar hasta las mil", y la consiguiente "angustia, locura y estar todo el día corriendo". La historia de cientos de miles de madres y padres que hacen malabares para llegar a todo, en el trabajo y en casa. En un viaje de negocios su pareja estuvo en una empresa que tenía una guardería y se les encendió la bombilla. Decidieron importar la idea y vendérsela a grandes empresas. No fue fácil. Las compañías eran reticentes al principio. Una gran constructora les escuchó con interés, pero al final decidió montar un gimnasio con el presupuesto y el espacio que tenían disponible.

La imagen de Diego, el bebé de Carolina Bescansa, en la sesión de apertura del Congreso ha generado un intenso debate sobre la conciliación. Se ha dicho y escrito de todo sobre el gesto de la diputada de Podemos, muy a favor y muy en contra, pero si algo es indudable es que ha conseguido que se hable de la crianza de los niños y cómo se compagina eso con la vida profesional. Una de las fórmulas que facilitan el equilibrio es la que proponía Butragueño después de vivir las dificultades "en carne propia". 14 años después de que aquellos primeros noes, su empresa Kidsco gestiona 53 escuelas infantiles (de cero a tres años) y 29 ludotecas que dan servicio a más de 3.300 familias de niños de hasta 12 años. Su especialidad es implantarlas en centros de trabajo, tanto públicos como privados.

Los padres que tienen esa posibilidad están encantados. El Banco Santander tiene en su Ciudad financiera instalaciones para hacer la vida de sus empleados más fácil, saludable y entretenida. Campo de golf, bosque, club deportivo con piscina climatizada, pistas de pádel, de tenis, hasta de voley playa. Cafeterías y restaurantes gratuitos, centro médico, peluquería, óptica, zapatero, transporte gratis hasta tres puntos de Madrid. Una lista casi abrumadora de posibilidades, pero el servicio que más valora el empleado desde su creación en 2004 es su Escuela infantil, según la empresa. "El 98% de los usuarios manifiestan que están satisfechos o muy satisfechos", asegura.

"Dejas allí a tú bebé, que es lo que más quieres, y te da confianza", cuenta David Ocampos, de 37 años, que trabaja en el departamento de Inmuebles del banco y tiene dos hijas. La mayor, de cuatro años, estuvo en la escuela, y la Ana, la pequeña "terrorista" de año y medio le ha seguido los pasos. "Tenerles al lado te da seguridad y confianza". Están a un paso, en caso de emergencia. Su pequeña, por ejemplo, se rompió el labio y él pudo ir rápidamente con ella y una profesora a que se lo cosiesen en un centro médico cercano con el que el banco tiene un convenio. Él, que lleva 19 años trabajando en el Santander, ha visto cómo poco a poco se ha ido implantando la flexibilidad, con horarios con los que se puede jugar y con la posibilidad de teletrabajar cuando un hijo enferma o tiene que ir a casa el fontanero.

Otra ventaja, según su compañera Cristina Tarazona, de 33 años, es que se acaban los agobios por los desplazamientos y los retrasos, tanto para llegar al trabajo por la mañana, como para recoger a los niños al terminar la jornada. Ella tiene mellizos, Carlos y Andrea, de un año, y están también en la escuela infantil, que con capacidad para 500 niños es la mayor privada de Europa. "Que se subvencione una parte lo hace totalmente asequible para cualquiera", cuenta ella. Los trabajadores abonan 212 euros mensuales y el banco asume el 50% del coste del servicio, además de los gastos derivados del mantenimiento y la mejora de la instalación.

LAS VENTAJAS Y LOS INCONVENIENTES DE TENER LA GUARDERÍA AL LADO

Para David y Cristina todo son ventajas. El precio, la confianza y la tranquilidad de tener a los niños al lado, con servicio de pediatría incluido, la calidad del modelo educativo, que está abierta todo el año, incluido el verano y otros periodos vacacionales, y para los niños más mayores, hay campamentos de verano y actividades los días festivos en los que su padres tienen que trabajar. "No hay nada negativo", dice seguro David: "Les dejas por la mañana, como en cualquier guardería, pero está cerca y con disponibilidad horaria. Ningún inconveniente", insiste.

¿Se distraen los niños y los padres al estar tan cerca? "Es una escuela de puertas abiertas, pero en determinadas franjas horarias (de 9:30 a 16:45 horas), los padres no pueden visitar a sus hijos, salvo excepciones, ya que su presencia puede interferir en la rutina educativa", explica el banco. Quienes sí pueden bajar a cualquier hora son las madres que están amamantando a sus bebés, que cuentan con una sala de lactancia.

Para las empresas la inversión también es rentable. En Kidsco, la de Butragueño y dos socios, señalan algunas, como un descenso del absentismo, sobre todo de las mujeres, que siguen siendo las que más se ocupan de los niños cuando enferman, por ejemplo. Menos estrés, menos rotación de empleados y en consecuencia menos gastos en formación de nuevos trabajadores. Más lealtad de los asalariados, que tienen la moral más alta y están más motivados, lo que impulsa la productividad.

OTROS PIONEROS

La del Santander es la más grande, pero no es la única. El BBVA, Mercadona, Casa Tarradellas, y Airbus, por ejemplo, también tienen. Y el Congreso de los Diputados, el Ministerio de Defensa, cuarteles del Ejército, y un largo etcétera de centros de trabajo públicos.

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En Alhama de Murcia ElPozo construyó un centro de educación infantil para los hijos de sus trabajadores hace ya 10 años. Para las familias de los empleados ha sido un gran avance, según la compañía, "a nivel económico y organizativo". Lourdes Legaz, del departamento de Costes, y su marido Benito Márquez, de Comercial, llevan allí a su hija Ángela, que ya ha cumplido tres años.

"Está en frente. Dejo a la niña en la guardería y cruzo", explica Legaz. "Estamos supercontentos. Aparte de que el personal y el trato son muy buenos, se adapta perfectamente a nuestro horario y la niña se queda en la gloria". El precio está en parte también cubierto por la empresa, y los padres pagan 90 euros al mes, o 180 con comida. Para los hijos más mayores también hay ayudas, como cheques para los libros y la posibilidad de tener jornada reducida hasta los 12 años.

RECURSOS COMPARTIDOS

Los centros infantiles no son cosa solo de grandes empresas. Como dicen los belgas, la unión hace la fuerza. En Barcelona, la empresa Simphonie gestiona tres escuelas emplazadas en áreas donde hay una acumulación de empresas, como son la Zona de Actividades Logísticas (ZAL) del Port de Barcelona y Mercabarna. ZAL y el mercado de Barcelona impulsaron la construcción de los centros bien cediendo el solar y el edificio o facilitando su alquiler.

"Es un espacio libre donde pueden entrar y salir cuando quieren, con un horario adaptado, y en el cuentan con una sala de lactancia con un sofá y música relajante", explica Sara Pérez, responsable de Simphonie. También tienen actividades para los niños más mayores, como campamentos urbanos, excursiones, colonias. La aportación de las empresas y los empleados varía: unas lo pagan todo y otras aportan cheques guardería que cubren un porcentaje de la cuota mensual.

Si un grupo de padres y madres que trabajan en una empresa se unen, ¿podrían montar su propia escuela? "La ubicación es básica", en opinión de Pérez, que recomienda pensar en un lugar con una gran afluencia de gente y hacer un buen estudio de mercado, además de tener muy clara la filosofía y el modelo educativo, que en su caso es el de escuela libre.

Sandra Butragueño coincide en que es importante el lugar y el número de niños. "Es complicado montarlo por su cuenta". Para las empresas pequeñas el desembolso es demasiado grande, y hay legislación muy estricta que considerar. Pero tiene muy claro que si se juntan unas cuantas que convivan en espacios como parques empresariales y compartan los esfuerzos, sus empleados y sus cuentas de resultados se lo agradecerán.