Sé lo que cobrasteis la última semana (y no es dinero)

Sé lo que cobrasteis la última semana (y no es dinero)

AFP

Desde su irrupción en la elecciones europeas de 2014 hasta los 69 escaños conseguidos en las generales del pasado mes de diciembre, Podemos no ha dejado de ser noticia. Bajo la dirección de Pablo Iglesias, la formación 'morada' despertó la voluntad de cambio en los sectores más descontentos de la sociedad y logró, junto con su oponente Albert Rivera (Ciudadanos), poner contra las cuerdas a la vieja política, dibujando una realidad parlamentaria totalmente diferente a cualquiera de las conocidas en democracia en España.

Que Podemos supiera reponerse en las urnas al 'chavismo', la financiación venezolano-iraní, las amistades proetarras, las universidades o el recurrente 'vienen a quitarnos los ahorros y las casas' no ha gustado en las algunas altas esferas de lo que ellos llaman "la casta". Sólo eso explica que, de repente, Podemos esté metido con calzador en todos los fregados, y no precisamente por ciudadanos anónimos. Da igual que no tenga nada que ver. Simplemente aparece o, mejor dicho, se le hace aparecer. Repasemos alguno de los ejemplos más recientes:

Antes incluso de la cita electoral, y con unas encuestas varios escalones por debajo de la realidad, llegó 'su' primer acto violento. Rajoy paseaba por las calles de Pontevedra cuando un joven de 17 años le rompió las gafas de un puñetazo. El chaval es hijo de una prima de Viri, la mujer de Rajoy, y era conocido por "antifascista", independentista y por poner petardos en un internado. Poco importó que hubiese destrozado la casa de su abuela por 20 euros y que sus conocidos dijesen que estaba como "una chota", lo importante eran sus simpatías.

Que Podemos no 'cobrase' más en esta ocasión tampoco fue casual. Unos días antes, Pedro Sánchez había llamado indecente a Mariano Rajoy en el famoso cara a cara presidencial. Como demostró la cabeza de lista del PP por Segovia, Beatriz Escudero, el socialista, simplemente estaba mejor colocado para ser declarado culpable.

Sin embargo, no hace falta tirar tanto de hemeroteca ni remover archivos de hace... ¿Un mes? Basta con mirar lo que ha pasado en la última semana para contrastar ese fenómeno nervioso o sarpullido llamado Podemos.

El fantasma de Rita Maestre asaltando en ropa interior la capilla de la Universidad Complutense en 2011 se hizo fuerte el pasado domingo. Circulaba una imagen de un grupo de personas orinando en la Catedral de Buenos Aires en una protesta contra Mauricio Macri, pero el diputado del PP en el parlamento balear por Menorca Antoni Camps tenía una idea mejor: “Aquí vemos a algunos miembros de Podemos meando a las puertas de la Almudena. La barbarie nos quiere gobernar”, escribió. Se dejó llevar por la obsesión y la disculpa de poco servía.

Francisco Rivera Ordóñez decide imitar a Michael Jackson y torea una vaquilla con su bebé en brazos. Los medios se hacen eco, la sociedad se alarma y el torero responde que cómo está el país. La maravillosa minoría taurina se moviliza imitándole, los #PadresConCorazón le responden y la Fiscalía tiene tiempo para abrir y archivar el expediente. Excesivo revuelo y demasiadas vueltas de tuerca. Todo era mucho más sencillo. Un exsecretario de Estado de Comunicación y algún periodista lo tuvieron claro desde el principio. No había más debate.

Los socialistas José Luis Corcuera y Joaquín Leguina organizan una comida en un hotel de Madrid entre antiguos dirigentes del partido. La reunión tiene como objeto alcanzar una postura conjunta sobre los posibles pactos electorales y trasladársela a Pedro Sánchez en el Comité Federal de este sábado. Una reunión de amigos. Pero cuando la periodista de Telecinco Marta Nebot pregunta si es muy habitual que 60 miembros del PSOE se junten, el exministro enciende la mecha: "Nos ha dicho Pablo Iglesias que nos reunamos (...) Tengo la sensación de que no le gusta lo que yo digo, de que prefiere lo que dice Íñigo Errejón".

En resumen, Podemos está en todas las salsas menos en una, la que se sirve en la Mesa del Congreso. Allí, PP, PSOE y Ciudadanos se olvidaron de la tercera fuerza más votada y la mandaron al 'gallinero'. Ese día no tocaba.

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