"Sí o No"

"Sí o No"

16.34 horas del martes 1 de marzo. Pedro Sánchez sube a la tribuna de oradores del Congreso recién cumplidos los 44 años para dar el discurso más importante de su vida. Su objetivo y su sueño es convertirse en el primer presidente del Gobierno de España que no ganó las elecciones.

Y con esta idea ha saltado a la inestable pista del Congreso de los Diputados en la primera jornada de investidura. El mensaje ha sido claro: “mestizaje ideológico” para llegar a La Moncloa. Es decir, conseguir que esta semana Podemos abandone su rechazo y permita un Gobierno sustentado por el PSOE y Ciudadanos. Del PP no quiere ni oír hablar.

Antes de llegar al Palacio de la Carrera de San Jerónimo Sánchez solo contaba con 130 diputados a favor… y sale con los mismos apoyos tras su discurso de investidura. Este respaldo es insuficiente para la primera votación que tendrá lugar este miércoles -se requieren al menos 176 parlamentarios para tener mayoría absoluta-. El objetivo es lograr ganar in extremis en la segunda votación, el viernes por la noche, cuando basta con mayoría simple (más síes que noes).

Su discurso de más de una hora y media ha perseguido especialmente atraer a los de Pablo Iglesias. Su planteamiento es el siguiente: solo con los ‘naranjas’ no puede gobernar pero tampoco hay “mayoría suficiente en este Parlamento para sumar un Gobierno de izquierdas”. Esta opción, ha remarcado, es una “falsa esperanza”. Por lo tanto, la solución pasa por la unión de las “fuerzas del cambio”, que representan a “dieciochos millones de españoles”.

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EL ANHELO DE LA “PRÓXIMA SEMANA”

Un Ejecutivo del “bien común”, basado en el “diálogo y el acuerdo”, podría trabajar ya desde la “próxima semana”. Esta coletilla temporal la ha repetido en varias ocasiones durante su discurso en la Cámara Baja en un claro intento de presionar principalmente a la izquierda.

En su estrategia, Sánchez ha puesto especialmente el foco al final de su intervención en los propios diputados. Repetir elecciones sería un “fracaso”, ha advertido, a la vez que ha aseverado: “A partir de ahora, en el debate soy uno más de los 350 aquí presentes”. Y en su intento por atraer a los morados y al resto de grupos de izquierdas ha planteado la disyuntiva: “Tendremos que responder sencillamente sí o no. En ese momento, sabremos dónde realmente está cada uno”.

Sánchez ha dado por hecho que no conseguirá los votos este miércoles y ha reconocido que con Ciudadanos será imposible lograr La Moncloa. El líder socialista, no obstante, ha querido agradecer a Albert Rivera y los diputados naranjas su “compromiso, valentía y coraje” por el pacto alcanzado. “Llevan razón los que dicen que el acuerdo del PSOE y Ciudadanos no es suficiente en escaños. Es evidente. Pero el acuerdo es el indispensable principio de la solución. Para ir a cualquier parte, hay que levantarse y dar un primer paso”, ha subrayado.

Estas palabras han provocado una de las imágenes de la primera jornada de la investidura. Pablo Iglesias, Íñigo Errejón e Irene Montero han aplaudido de manera irónica las palabras de agradecimiento de Sánchez a Rivera.

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Errejón e Iglesias

OBJETIVO: PODEMOS

Sánchez ha intentado conquistar a los morados para empezar la próxima semana a gobernar con temas de especial sensibilidad para ellos como la regeneración democrática y contra la corrupción, además del ingreso mínimo y de planes sociales. “Hasta la peor medida del acuerdo con Ciudadanos es mejor que cualquiera de Rajoy”, ha espetado desde la tribuna y luciendo una corbata roja, en honor al color del PSOE.

Pero sus palabras no han surtido efecto. Podemos mantiene su rechazo a aceptar un pacto con Ciudadanos y no ha entrado en el juego de la “mezcla” de los nuevos tiempos que quiere materializar Sánchez. Como la alta cocina, ha dicho a modo de metáfora el dirigente del PSOE. El ‘número dos’ de los morados, Íñigo Errejón, ha afirmado en una comparecencia posterior ante la prensa que el candidato socialista no ha estado a la altura en su intento por contentar a todos.

“Toca decidirse”, ha remarcado el diputado. Podemos sigue con su intención de que el PSOE abandone a los naranjas y pacte un Gobierno en el que habría miembros de varios partidos. “Más de lo mismo”, ha dicho asimismo Iglesias mientras abandonaba el Congreso. En el PSOE esperan que Podemos retroceda al no querer ver la imagen en la television de ellos votando lo mismo que el Partido Popular.

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Sánchez, López y Hernando

EL PESO DE LA CALCULADORA

Sánchez ha criticado duramente la política de los populares durante estos cuatro años -un ejercicio del poder de manera “absolutista”- y ha dejado claro que no quiere llegar a La Moncloa con ningún tipo de apoyo desde la calle Génova. “Tenemos solo dos alternativas, o no hacer nada y dejar al señor Rajoy y su Gobierno en funciones durante los próximos meses o apostar por un cambio nacido del diálogo y el acuerdo”, ha subrayado el aspirante a la Presidencia.

Estas palabras eran recibidas por el presidente en funciones con resoplidos mientras en su cuenta oficial en Twitter insistía en que votará ‘no’ a Sánchez. También se escuchaban abucheos desde la grada de los conservadores, mientras los socialistas intentaban contrarrestar con aplausos. El presidente en funciones mostraba a ratos indiferencia. En sus miradas se ha vuelto a notar que no se soportan, que no les apetece ni verse. ¡¿Cómo casa esto con la previsible propuesta de este miércoles de Rajoy de gran coalición al PSOE?!

Rajoy espera que Sánchez caiga este viernes por el propio peso de las calculadoras. El líder del PSOE se resiste todavía y habla de “complicada aritmética”, pero cree no es un “puzle irresoluble”. La vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, ha vaticinado desde los pasillos de la Cámara Baja que todo seguirá igual la semana que viene, en tanto que su compañero de partido Rafael Hernando criticaba desde el Escritorio la “petulancia” del candidato: “La culminación de un fraude”.

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Sáenz de Santamaría y Rajoy

El rechazo al discurso de Sánchez ha sido una constante entre el resto de grupos -sólo Juan Carlos Girauta (Ciudadanos) ha hablado bien del socialista en las ruedas de prensa posteriores-. Los partidos soberanistas -ERC y Democràcia i Llibertat- han mostrado su negativa a sus propuestas territoriales y Aitor Esteban (PNV) ha despejado las dudas y ha dicho que estará con el ‘no’ en la votación. Ana Oramas (CC), que en principio podía haber formado parte del bloque PSOE-Ciudadanos, se abstendrá finalmente. Ni un voto más ha conseguido esta tarde.

Sánchez no ha logrado, visto lo visto, que cale la idea de que el PSOE es la “piedra angular del actual sistema político español”. “Cualquier solución de Gobierno pasa inevitablemente por nuestra participación directa”, ha recalcado ante sus señorías. El discurso “fresco” y “dinámico” que auguraban en Moncloa no ha despertado ni una pasión entre la hipotética oposición.

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Girauta y Rivera

En su largo discurso, Sánchez no ha dado un golpe de efecto -como tanto le gustaban a José Luis Rodríguez Zapatero- y ha desgranado las 66 páginas del acuerdo con Ciudadanos: reforma de la Constitución, eliminación de los aforamientos, plan de empleo… Eso sí, se ha saltado el párrafo que tenía escrito sobre la supresión de las “viejas” diputaciones por consejos de alcalde. Un despiste o, más bien, un intento de no calentar internamente a su partido, que no ha recibido muy bien en sus estructuras provinciales la propuesta.

El siguiente paso será este miércoles, cuando toca el turno de los representantes de los grupos parlamentarios -de mayor a menor-. El primer ‘cara a cara’ será con Rajoy a partir de las 9.00 horas. Se calcula que la votación será ya de noche. Entonces los diputados de viva voz dirán su opción, ese “sí o no” invocado por Sánchez. El ‘no’ va ganando.