"Ayer me negué a que me tocaran y con un palo me reventaron el cráneo"

"Ayer me negué a que me tocaran y con un palo me reventaron el cráneo"

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"Peor que la muerte, fue la humillación que vino después. Desde el momento que tuvieron mi cuerpo inerte nadie se preguntó donde estaba el hijo de puta que acabó con mis sueños, mis esperanzas, mi vida". Es sólo una parte de la carta, pero ya refleja cómo de estremecedora resulta.

"Ayer me mataron" está escrito en primera persona, aunque desgraciadamente no por sus protagonistas. Marina Menegazzo y María José Coni, dos turistas argentinas, fueron asesinadas en Montañita (Ecuador) a finales de febrero. Pese a lo cruel de su final, la estudiante de Ciencias de la Comunicación Guadalupe Acosta, de Paraguay, no ha querido que sean unas muertes sin más, sino que ha querido concienciar, a través de esta carta abierta, a ponerse en el lugar de las jóvenes y a levantar la voz contra el machismo y la violencia a las mujeres.

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Ayer me mataron.Me negué a que me tocaran y con un palo me reventaron el cráneo. Me metieron una cuchillada y dejaron...

Acosta ha puesto letra a lo que es una denuncia que, pese a que en las redes está clara, no todo el mundo defiende por igual. Marina y María José eran dos, pero viajaban solas y eso fue lo que las mató. Al menos ese fue el argumento que se plasmó en varios medios, que explicaron así su trágico final.

Las mochileras asesinadas en Ecuador, para los medios masivos de comunicación, "viajaban solas". Eran dos mujeres,...

Según la versión de los asesinos, ya detenidos, las dos jóvenes se quedaron sin dinero e hicieron autostop, así fue como se toparon con sus agresores. Pero los amigos de las jóvenes desmienten esa posibilidad y la familia de ambas denuncian las incongruencias de la investigación.

Los padres de Marina Menegazzo han asegurado a la prensa que su hija y su amiga "no irían a casa de nadie que no conocieran", una versión muy distinta a la de la supuesta declaración de uno de los agresores que asegura que las jóvenes fueron voluntariamente a su casa porque no tenían dinero para pagar un hotel.