Socialistas europeos, entra la indignación y la impotencia

Socialistas europeos, entra la indignación y la impotencia

Protesta de los socialistas europeospor elhuffingtonpost

¿Se puede reivindicar la solidaridad como el valor fundamental de la Unión Europea (UE) y estar a favor de un acuerdo con Turquía? ¿Es posible exigir el derrumbamiento de los “muros de Europa” y a la vez aceptar que refugiados sirios y de otros países sean devueltos desde Grecia a Turquía? Los socialistas europeos creen que es posible responder afirmativamente a ambas preguntas.

El difícil encaje entre la protesta y la responsabilidad de gobierno, entre la fidelidad a los principios y el grado pragmático necesario para ejercer el poder, fue evidente el miércoles por la tarde. Mientras en la Plaza Jean Rey de Bruselas, en el distrito de las instituciones comunitarias, la familia socialista salía de sus despachos para manifestarse contra “los muros de Europa” y entonaba el Imagine de John Lennon, a escasos doscientos metros, Frans Timmermans, laborista holandés y vicepresidente primero de la Comisión Europea, vendía las bondades del acuerdo con Turquía ante los corresponsales europeos: “No estamos dando la espalda a los refugiados porque tendrán protección internacional en la UE o en Turquía”.

En una semana soleada en la que empieza a asomar la primavera bruselense, los socialistas convocaron la manifestación –lo hacen en contadísimas ocasiones– conscientes de que puede parecer contradictorio manifestarse y mostrar indignación frente a una Unión Europea que ellos mismos gobiernan. Además de las varias carteras clave que dirigen en la Comisión, el ejecutivo comunitario, en el todopoderoso Consejo Europeo se sientan los líderes de Francia, Italia, Suecia, Portugal y otros países gobernados por socialdemócratas.

“Yo personalmente tengo un problema con esta manifestación. Hemos protestado antes de la cumbre europea, donde participan líderes socialistas, por lo que tengo la sensación de que estamos protestando contra nosotros mismos. Es como si pretendiéramos tener dos almas”, reconoce a El Huffington Post una asesora de uno de los líderes que tomó la palabra en la manifestación.

Tras una performance en la que varios activistas ataviados de rojo derrumbaron un muro, Gianni Pittella, presidente del grupo parlamentario socialista en la Eurocámara, afirmó: “Creemos que el acuerdo con Turquía constituye un paso positivo. Sin embargo, los derechos humanos como la libertad de prensa y los derechos de las minorías no son negociables y no los comprometeremos”. El presidente del Parlamento Europeo, el socialista Martin Schulz, presente en la manifestación, asentía. Ha sido uno de los principales defensores del acuerdo con Turquía.

LÍNEAS ROJAS

Preguntado por las líneas rojas que la familia socialista ha marcado para apoyar este acuerdo, el presidente del Partido Socialista Europeo, Sergei Stanishev, ha afirmado a El Huffington Post, tras reunirse con la plana mayor de líderes socialdemócratas europeos: “Debe ser claro para el gobierno turco que nuestra cooperación en materia de refugiados no sirva de excusa o luz verde para violar los derechos humanos, el Estado de derecho… Como país candidato para entrar en la UE debe tener claro que debe respetar estos principios”.

¿Pero no es una contradicción manifestarse contra los muros de Europa y a la vez defender el acuerdo con Turquía? Stanishev cree que no:

“Lo primero. Hay un riesgo de que los populistas se beneficien, porque dicen que para proteger a los ciudadanos de las inseguridades de un mundo global –refugiados, inmigrantes, cualquier otra amenaza potencial– necesitamos construir un muro alrededor de Hungría o cualquier otro país… Deberíamos recordar que la UE se creó para superar las fronteras. Por otro lado, seamos claros: si no hay fronteras, no hay Estado. Sí, los refugiados que vienen a nuestras fronteras deben ser ayudados de una manera digna y humana, pero no cualquiera puede entrar en un país, como si no fuera un Estado… Si no damos a los ciudadanos garantías de que nuestras fronteras exteriores están funcionando no tendremos credibilidad en nuestro esfuerzo humanitario y nuestra voluntad de ayudar a los refugiados. Sobre Turquía: creo que ha habido un mensaje muy claro hoy [en relación a la reunión con los líderes socialdemócratas] no tenemos intención de 'extraditar' a personas que necesitan ayuda, que cumplan con los requisitos de refugiados. Todas las obligaciones internacionales tienen que ser respetadas por la UE. No puede ser que cualquier persona que llegue sea extraditada. Eso es inaceptable para nosotros. Debe haber un mecanismo claro”.

Pero según este acuerdo, un refugiado sirio, iraquí, afgano..., con derecho a pedir asilo, podría ser enviado desde Grecia de vuelta a Turquía. Algo que el presidente del Partido Socialista Europeo niega: “No creo que esa sea la interpretación correcta. Por eso hoy hemos insistido en que necesitamos claridad legal y jurisdiccional porque nosotros como socialistas realmente estamos comprometidos con los derechos humanos, son nuestros valores y no vamos a comprometerlos por intereses cortoplacistas”.

Otras voces socialistas se han mostrado muy críticas con el acuerdo con Turquía. En un artículo publicado en El País, la europarlamentaria Elena Valenciano, presidenta de la subcomisión de Derechos Humanos, afirma: “Sería de dudosa legalidad, de dudosa eficacia y dudosa moralidad, y acarrearía perversas consecuencias sobre personas con derecho a reclamar nuestra protección”.

A falta de conocer algunos detalles del texto que los líderes europeos y el primer ministro turco tratan de cerrar en la cumbre que se celebra este jueves y viernes en Bruselas, lo que se da por seguro es que el sistema permitirá enviar de vuelta a Turquía a los migrantes en situación irregular (incluyendo a los refugiados sirios y de otras nacionalidades) que hayan llegado a las costas de Grecia. A cambio Turquía –además de avanzar en sus negociaciones de adhesión a la UE- recibirá fondos europeos y cambiará su legislación para dar garantías de que otorgará una protección acorde al derecho internacional a los refugiados.