La moda verde es arte: H&M crea una colección inspirada en el Museo de Artes Decorativas

La moda verde es arte: H&M crea una colección inspirada en el Museo de Artes Decorativas

PARÍS.- En un mundo en el que todo está inventado, y más cuando se trata de moda, donde todo parece una repetición y una mera copia de lo que ya se vio cinco, 15, 30 años atrás, la inspiración resulta difícil de encontrar. Desde la música hasta el cine pasando por los distintos países (¿cuánta ropa inspirada en España, sus toreros y sus volantes se ha visto en las pasarelas del mundo?) o diferentes comidas, parece que todo está inventado. Que no hay nada más que rascar.

Entonces, ¿de dónde sacar ideas? La firma sueca de moda H&M parece haber tenido un golpe de inspiración. Y no es para menos, porque ha logrado que le abra sus puertas el Museo de Artes Decorativas de París, una institución del arte y la cultura francesa con unos archivos en los que se pueden encontrar hasta 150.000 objetos y obras de arte que van desde la moda y el textil hasta las porcelanas y los objetos cotidianos o las pinturas de Dominique Ingres.

Para lograr el más difícil todavía, ésta no es una colección del todo normal: es sostenible y es exclusiva. No está realizada con tejidos al uso, sino con algodones orgánicos, botellas de plástico recicladas y tejidos a base de cáñamo. Esta ropa forma parte de la Conscious Collection, una línea de H&M realizada a base materiales orgánicos y reciclados, y en concreto esta pequeña selección de prendas (lo que se viene a llamar colección cápsula) de su gama Exclusive, con precios más elevados a los habituales de la firma y que solamente estará disponible en una serie de tiendas limitadas (en España en seis) a partir del 7 de abril.

Hay vestidos a base de fibra de cáñamo, camisas de algodón orgánico, bolsos con botellas PET, gafas de sol de bolsas de plástico, pendientes de 'denim'…

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Una de las salas del Museo de Artes Decorativas con algunas de las prendas de la Conscious Exclusive Collection; bajo ellas, los materiales con los que han sido fabricados: el vestido a base de fibra de cáñamo, la camisa con algodón orgánico, el bolso con botellas PET, las gafas de sol con bolsas de plástico, los pendientes con 'denim'… [Pincha para ampliar la foto]

Para darle más gracia si cabe al asunto, H&M ha tratado de devolverle el favor al Museo de Artes Decorativas de la capital francesa. Por ello ha presentado esa colección en una instalación efímera de apenas cinco salas en esa misma galería, donde apenas un centenar de invitados de todo el mundo (entre ellos El Huffington Post) ha podido conocer a fondo las piezas y cómo ha sido su proceso de creación.

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BUCEANDO EN LOS ARCHIVOS

Gustave Moreau tuvo la culpa. Cuenta Ann Sofie Johansson, asesora creativa de la firma sueca (para la que lleva trabajando desde 1987) y la voz cantante en cuanto a diseño en esta línea, que todo empezó gracias a una exposición del célebre pintor francés. Parte del equipo de diseño de la casa sueca (formado por más de 250 personas) visitó una muestra dedicada al creador, y que a partir de ahí empezaron a pensar en cómo plasmar en las prendas esas influencias museísticas y todo el "simbolismo cautivador, sus colores, sus pasteles", como dice Johansson [en la foto siguiente, a la izquierda, junto a Julia Restoin-Roitfeld, artista y modelo, imagen de la colección].

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A esa influencia del romanticismo de Moreau se unió que uno de los directores creativos de la firma actuó como comisario para el Museo de Artes Decorativas. El motivo: que en abril esta galería acogerá una exposición sobre la evolución de la moda durante los últimos 300 años, exposición en la que H&M va a estar presente como historia viva de la moda (la empresa sueca cumplirá en 2017 sus primeros 70 años de vida) y que además va a esponsorizar. Con esa vinculación, el equipo de diseño logró que los inmensos archivos se abrieran para ellos y estuvieron investigando allí durante casi dos días.

"¡Habríamos estado en los archivos una semana!", ríe mientras explica las faldas, los vestidos y sus inspiraciones Kathrin Deutsch, una de las cinco personas que han formado parte del equipo de diseño de esta colección formada por 26 prendas y media docena de accesorios. "Hay mucho trabajo detrás, todo está muy cuidado y es algo que se ve. Es el sentimiento que queríamos transmitir, el de un trabajo bien hecho", explica. Así, se pueden apreciar tejidos como jacquards, tules y encajes muy limpios y bien rematados, estampados inspirados en obras de Botticelli y prendas inspiradas en el siglo XVII, como chaquetas de montar "pero con un twist para que sean actuales, claro", recalca Deutsch.

La empresa se ha lanzado a los vestidos de novia: ha notado una gran demanda en el mercado

Lo cierto es que estas 26 prendas tienen unas calidades superiores y un acabado mucho más cuidado de lo que es habitual encontrar en este tipo de tiendas. Algo que también se refleja en los precios, que van desde los 20 euros de unas gafas o de unos pendientes (creados a base de denim prensado en un material que se asemeja al mármol) a los 40 de una camisa, los 80, 120 y hasta 180 de faldas y pantalones y los entre 300 y 500 de los vestidos de novia. Porque sí, esta empresa de moda asequible o pronto moda se ha lanzado a la confección nupcial, aunque por ahora solamente creando tres vestidos, ya que ha notado una gran demanda por parte de su público habitual. "Estamos muy orgullosos de ellos", cuenta Johansson mientras los contempla colgados en su habitación de hotel en París, al sol de las Tuillerías. "Hay mucho trabajo artesanal tras el producto, queríamos que fueran prendas ricas, cuidadas, pero también sostenibles".

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"Yo misma me casé con un vestido de H&M hace cinco años", explica entre las risas y la incredulidad de los asistentes, mostrando un modelo blanco muy corto, Anna Gedda, jefa de sostenibilidad y miembro del consejo ejecutivo de H&M. Ella es la cabeza visible del equipo que ha logrado que estas prendas no solamente sean bonitas, sino que su característica principal sea la de ser sostenibles. Para ello su equipo ha desarrollado unos tejidos (no siempre fáciles de dar forma) que han ido adaptando a las ideas que querían plasmar sobre ellos: colores, brocados, estampados, decoraciones a base de piedras (como vidrios reciclados) o cortes complejos.

SOSTENIBLE, MUY LEJOS DE FEO

Anna Gedda (una enciclopedia andante en cuanto a desarrollo sostenible referido a moda) y su equipo tratan de resaltar un concepto que la empresa destaca en su colección Conscious —tanto en la clásica, presente todo el año en las tiendas, como muy especialmente en esta Exclusive—: que la moda sostenible no tiene porqué ser, ni mucho menos, fea, basta o simple. Que se pueden crear prendas de gran belleza y que el público ansíe añadiéndole el plus de sostenibilidad; de hecho, esta colección exclusiva es un vehículo para ponerlo en escena, gracias a sus brocados, tejidos y elegantes acabados.

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Como explica la propia Gedda [en la foto], "la moda sostenible no la hemos inventando nosotros". Lo que sí están intentando ser uno de los líderes de esta industria cada vez más preocupada por un Medio Ambiente seriamente dañado y unos recursos naturales escasos.

¿Influye esa sostenibilidad en los precios? El equipo afirma que no: "Tenemos una relación directa con los proveedores [de materiales orgánicos], hablamos con ellos y llegamos a acuerdos. Si compramos volúmenes cada vez más altos, los materiales salen más baratos". Entonces, ¿es bueno apostar por lo verde, lo eco, lo bio… para el negocio? "Por supuesto que es bueno, pero no sólo es eso: es algo obligatorio", afirma tajante Gedda, que cree que las compañías de moda deberían unirse para liderar el cambio. "Hoy en día hay muchas empresas que siguen sin hablar de sostenibilidad, y eso es increíble. Hay que plantearse qué pasará en los próximos 50 años, dónde estaremos, qué pasará con las industrias textiles de nuestros países proveedores. Todo ello es importante para el negocio del futuro. Las compañías que no piensen en ello no estarán aquí dentro de 20 años".

Las compañías que no piensen en sostenibilidad no estarán aquí dentro de 20 años.

Para la experta, "cada vez hay más debate y más creatividad al respecto, hay una transformación gradual". Aunque eso no significa que todo sea mejorable. "Es difícil hacer las cosas bien, y no siempre es posible hacerlo perfecto ni que las marcas de moda lo hagan siempre bien", explica Gedda, que pone como ejemplos desde el proceso de reconversión de los textiles en otros nuevos hasta el modo en el que el algodón reciclado necesita ser tratado (tiene que estar combinado con otro para que el tejido sea resistente, ya sea con uno de tipo orgánico o con el llamado better cotton, un algodón cultivado con mejores condiciones sociales).

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Algunas prendas de la colección [Pincha para ampliar la foto]

La sostenibilidad se une a la moda. La inspiración busca nuevos contextos, nuevas formas. "La moda es como una espiral, miramos atrás y adelante y otra vez atrás", explica Johansson, la asesora creativa de la firma. "Es posible hacer moda con tejidos que antes no creíamos, y es moda, sea con materiales convencionales u orgánicos. De hecho, lo convencional también puede ser ambicioso: queremos que todo nuestro algodón sea sostenible en 2020", cuenta.

Ella misma resume su mensaje con la mirada puesta en los vestidos de novia: "La ropa bonita siempre gusta". Y si encima dura, le añade un plus a la faceta sostenible, argumenta. Porque quizá dentro de 20 años alguien se case con ese vestido. Moda apetecible, sostenibilidad y, encima, nostalgia. ¿Alguien da más?

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