Carlos Iglesias despide a su amigo Ángel de Andrés

Carlos Iglesias despide a su amigo Ángel de Andrés

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La serie televisiva Manos a la obra "unió y presentó" en 1998 al actor Carlos Iglesias con quien se convertiría en su "gran amigo", su "compañero" Ángel de Andrés, una persona "maravillosa" con la que tenía un proyecto teatral que los volvería a unir.

Iglesias, que ha sido uno de los primeros amigos en enterarse el fallecimiento de Ángel de Andrés, ha contado a Efe que fue el hijo del actor madrileño quien encontró a su padre muerto "sin dolor ninguno sentado en la butaca preferida de su casa".

Sin "esperar" la muerte de su amigo, Iglesias lo ha calificado como una persona "generosa en el trabajo y en el trato", pero sobre todo "compañero" con el que había viajado, se había reído y había llorado por "algunas desgracias vividas" durante su años de amistad.

Amigos desde que la pequeña pantalla los unió en Manos a la obra (1998-2001), donde Iglesias daba vida a Benito y De Andrés a Manolo, una pareja de chapuzas.

"Antes no nos conocíamos -ha recordado-. Él era ya un autor más conocido que yo y al principio, nada más conocerle me dije ¿con este artistazo voy a trabajar? Después se hizo muy cercano y muy cálido y daba gusto trabajar con él porque no imponía su criterio".

Nada más conocerle me dije, ¿con este artistazo voy a trabajar? Después se hizo muy cercano y muy cálido y daba gusto trabajar con él porque no imponía su criterio

Iglesias ha apuntado también que había empezado a escribir una obra de teatro para protagonizarla los dos: "Le hacía mucha ilusión que estuviéramos juntos y me estaba esforzando en escribirla. Le llamaba y le consultaba, no sabíamos si finalmente la haríamos, pero estábamos en ello".

Respecto a su aspecto "bonachón", su compañero de oficio ha dicho que su "gordo" era lo que su cara "transmitía".

"Era amable, bondadoso, muy buen conversador, una persona muy culta que no dejaba de leer, siempre me hablaba de obras de teatros para ver si podíamos comprar los derechos. Tenía ilusión en el futuro que podíamos tener, porque tenía futuro", ha lamentado.

El actor y director la ha dedicado también una sentida carta de despedida publicada en el diario El Mundo, en la que habla de su "eterno compañero" y la "bondad de los gorditos".