Los expertos analizan las lecciones de vida de Baloo en 'El libro de la selva'

Los expertos analizan las lecciones de vida de Baloo en 'El libro de la selva'

¿A quién no le gustaría ser "un oso dichoso" o un "oso feliz"? La idea de pasar los días comiendo miel, rascándose con los árboles y diciendo "¡compadre, esto sí que es vida!" —como hace Baloo en El libro de la selva, que volvió a la gran pantalla el pasado 15 de abril— suena bien, pero ¿es ésta la verdadera receta de la felicidad?

Las ciencias sociales han evaluado lo que supondría el asesoramiento de un coach como Baloo basándose en lo que enseña a Mowgli con la canción Busca lo más vital.

"Busca lo más vital no más, lo que es necesidad no más".

Para Baloo, todo lo necesario "mamá naturaleza te lo da". Pero nosotros, que vivimos en sociedad, ¿podríamos contentarnos con un poco de miel y fruta fresca?

En 2014, Geoffrey Miller, especialista en psicología evolutiva, se interesó por el contenido de nuestros bolsos y bolsillos, donde guardamos lo que nos parece necesario. Después de recorrer las redes sociales en busca del hashtag #edc [everyday carry, que en inglés significa "lo que llevas encima todos los días"], descubrió que la mayoría de las personas, casi todas occidentales, solían llevar estos cinco objetos: las llaves del coche o un abono de transporte público, las llaves de casa, una tarjeta de crédito, el documento de identidad y un smartphone.

Geoffrey Miller comparó este neceser con los objetos que Ötzi, un Homo Sapiens que vivió en los Alpes hace aproximadamente 5300 años, llevaba encima: ropa, herramientas, armas y antorchas. Nuestro antepasado era cazador, soldado, explorador y viajaba con lo mínimo, prácticamente como nosotros. Y no, no son objetos superfluos; reúnen "todo el conocimiento, el poder y el orgullo de nuestra especie en un bolsillo", concluye el profesor Miller. Eso haría reír mucho a Baloo.

"Nunca del trabajo hay que abusar".

Ha quedado científicamente probado que trabajar en exceso puede tener graves consecuencias para la salud mental, física y el bienestar general, provocando trastornos de sueño, depresión, aumento del riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares, etcétera. No obstante, la solución que propone Baloo —véase, trabajar menos o no trabajar— no es la mejor.

Existen numerosos estudios acerca de la relación entre el tiempo invertido en el trabajo y la satisfacción con la vida. Es difícil sacar una conclusión general de estas investigaciones, ya que sus resultados pueden variar, pero hay un elemento que destaca: las personas que trabajan más están ligeramente menos satisfechas con su vida en comparación con el resto.

Sin embargo, la reducción del tiempo de trabajo no siempre es la respuesta. "Si a la reducción de horas de trabajo le acompaña estrés durante esas horas o una disminución de los ingresos, el efecto general puede ser nulo o incluso negativo", asegura Mickaël Mangot, profesor de la ESSEC (Escuela Superior de las Ciencias Económicas y Comerciales) y asesor de economía del comportamiento y economía de la felicidad, en una entrevista para la revista francesa Challenges.

Por otra parte, si se siguiera la lógica de Baloo, todos los desempleados serían felices y gozarían de buena salud. De acuerdo con un estudio de 2007, eso está muy lejos de cumplirse: en Francia, el hecho de estar en el paro "mata" cuatro veces más que los accidentes de tráfico. El aumento de las conductas de riesgo y la vulnerabilidad social son los elementos que más afectan a estas personas.

"Pues ya verás que no te hace falta y aún sin él tú sigues viviendo".

Es difícil decir si el dinero da o no la felicidad. Sobre este tema, hay estudios de todo tipo, pero de momento no se ha conseguido resolver la cuestión.

Baloo tenía razón en algo: las personas que quieren tener más son menos felices que aquellos que se contentan con lo que tienen. En 2014, un grupo de investigadores de Texas (Estados Unidos) dio a conocer las conclusiones de un estudio titulado ¿Por qué las personas materialistas son menos felices?

Según esta investigación, una persona materialista no va a conseguir la felicidad a base de amasar bienes. De hecho, de acuerdo con James Roberts, uno de los autores del estudio, las personas materialistas mueven constantemente su "punto de referencia de felicidad": cada vez lo sitúan en un punto más alto y nunca lo alcanzan.

Así que, si quieres ser feliz, concéntrate en lo que ya tienes y agradécelo. Puede que la gratitud sea el quid de la cuestión.

La clave de la canción no está en la letra.

La edición francesa del HuffPost ha entrevistado a Jon Favreau, director del remake de El libro de la selva, quien asegura haber intentado aplicar algunas de las lecciones que aparecen en la canción Busca lo más vital. "Creo que existe un beneficio espiritual si se sopesan las cosas importantes de la vida y si se aprecian las cosas más simples", explica con seriedad. Para él, en cambio, el alma de la canción se encuentra en "su capacidad de crear unión". En la película original, esta canción simboliza el principio de la amistad entre Baloo, Mowgli y Bagheera.

No es fácil dilucidar si el dinero, las posesiones o el trabajo dan la felicidad, pero está claro que los amigos ayudan mucho. Las personas con muchos amigos tienen la tensión más baja, son menos propensas a sufrir estrés, sus defensas son más fuertes y viven más tiempo. Tener amigos ayuda a desarrollar unos buenos hábitos, a aliviar la depresión y a superar enfermedades. Además, produce satisfacción, placer y felicidad.

"No disponer de una red de apoyo es un factor de mortalidad más potente que la obesidad o que la vida sedentaria", indica Julianne Holt-Lunstad, profesora de psicología y jefa de proyecto de la Universidad Brigham Young de Utah (Estados Unidos), sobre la relación entre la amistad y la longevidad. "Los estudios muestran que, con una red sólida de relaciones sociales, aumenta un 50% las probabilidades de tener una vida más larga", añade la especialista.

Parece que en la selva o en cualquier lugar, la clave de la felicidad reside en los amigos. En eso Baloo tenía razón.

Este artículo fue publicado originalmente en la edición francesa de 'The Huffington Post' y ha sido traducido del francés por Irene de Andrés Armenteros.