Barcelona - Sevilla: ocho atajos para un solo doblete

Barcelona - Sevilla: ocho atajos para un solo doblete

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FC Barcelona y Sevilla se juegan este domingo firmar un doblete levantando la Copa del Rey. El himno inicial, el ambiente, un título de prestigio a partido único... por algo lo llaman el encuentro más bonito del año. A las 21.30 horas, cuando el árbitro pite, ambas aficiones aparcarán la polémica de las esteladas y el malestar por la elección de este horario un domingo para desgañitarse en las abarrotadas gradas del Vicente Calderón. El lunes será otro día.

Los precedentes de esta temporada apuntan a un duelo igualado y trepidante. A la inolvidable final de la Supercopa de Europa que acabó ganando el Barça por 5-4, le siguieron dos enfrentamientos de Liga que dejaron el mismo marcador en cada campo: 2-1 para el local y emoción hasta el final. ¿Cuáles son las claves que pueden desequilibrar la balanza?

Fantasmas fuera

No es lo mismo jugarse toda la temporada a un partido que pelear por ponerle la guinda. El balance de los dos equipos, uno campeón de Liga y otro de la Europa League por tercer año consecutivo, ya es brillante. El estado ánimo y la ausencia de miedos invitan a pensar en la mejor versión de ambos. El Barcelona ha espantado todas sus dudas tras aguantar el tipo respecto a Real Madrid y Atlético, ganando los últimos cinco partidos y manteniendo ese punto de ventaja que en abril parecía que iba a ser devorado. El Sevilla, por su parte, ha conseguido remontar una temporada muy difícil, lastrada en todo momento por su eliminación en la Champions y en la que no ha ganado un solo partido fuera de casa. La clave está en quién apriete con más fuerza la tecla de la motivación. Si la ausencia de presión psicológica se traduce en un partido abierto de ida y vuelta, sin duda el gran beneficiado será el Barcelona.

Cansancio

El Barcelona llega a su último partido de la temporada con una semana entera para prepararlo y con todos sus futbolistas disponibles. Es el escenario ideal después de celebrar la Liga conquistada en Granada. Pero para el Sevilla es diferente. Se jugaba la temporada en cuatro días. Tras la final de la Europa League ante el Liverpool aterrizó en Madrid con solo tres días para recuperar y preparar el encuentro. Las finales no son el mejor día para rotar y las piernas pueden empezar a pesar según avancen los minutos. Sin embargo, Emery tiene mucho más banquillo (fiable) que Luis Enrique.

La segunda línea

En duelos tan igualados, el factor sorpresa termina decidiendo. Barça y Sevilla son expertos en acompañar la jugada y en sumar jugadores en los metros finales. En la Supercopa se vio en los goles de Rafinha, Reyes y Konoplyanka, aunque el título lo acabase decidiendo el oportunismo de Pedro. Sin embargo, en Liga, las incorporaciones desde la segunda línea sí que han valido tres puntos. En la primera vuelta, Krohn-Dehli e Iborra desarbolaron a los de Luis Enrique rematando libres de marca, mientras que en el Camp Nou fue Gerard Piqué el que desatascó el partido llegando como un delantero más y aprovechando el pasillo dejado por Messi, que arrastró con él tres centrales. Atención a los que menos focos acaparan.

El gran danés

La ausencia de Krohn-Dehli, que estará ocho meses de baja por una fractura-arrancamiento del polo inferior de la rótula de su rodilla izquierda durante la ida de semifinales ante al Shaktar, ha sido un palo para Unai Emery en el tramo final de temporada. Además, aunque en el Sevilla no haya titulares fijos, el danés había sido uno de los principales quebraderos de cabeza para el Barça este año. Marcó el primero en el Pizjuán llegando desde atrás e inició la jugada con la que los sevillistas se adelantaron en el feudo blaugrana. El volante de Copenhague ha sido, junto a Coke, una prolongación en el campo del técnico vasco cuando ha jugado. No hay un recambio puro para su dinamismo y omnipresencia, pero sí soluciones, como se vio este miércoles en Basilea con la actuación estelar de Vitolo y Coke.

Balón parado: The show must go on

Espectáculo asegurado. Cada vez que haya una falta, prepara las palomitas... sobre todo si eres del Barça. Banega se las prometía muy felices cuando le coló un balón templado con rosca a Ter Stegen en la final de Tiflis, pero la venganza de Messi fue brutal. Sin piedad. Ese mismo día convirtió en gol no una, sino dos, una desde cada perfil, mientras que en Liga regaló a la hinchada culé uno de sus mejores lanzamientos de la temporada, al palo largo y por toda la escuadra de Sergio Rico. El argentino, que el pasado curso también abusó del Sevilla desde el borde del área, tiene cogida la medida a los de Nervión a balón parado. Emery tiene que hacer hincapié en no conceder lanzamientos directos si quiere tener opciones.

Luis Suárez

Es el jugador del momento, el delantero más en forma del fútbol mundial. Su hat-trick ante el Granada puso la guinda a una temporada espectacular, en la que ha tirado del equipo cuando más lo necesitaba. 40 goles en el campeonato nacional, más de uno de promedio por partido, le han valido para hacerse con el Pichichi con cinco tantos de ventaja sobre Cristiano Ronaldo. El Sevilla no es su víctima favorita, pero en la Supercopa ya le sufrieron con un gol y una asistencia.

¿Quién marca a ese tío?

Si el punto débil del Sevilla son los espacios y el balón parado, el del Barcelona son los desajustes defensivos. De ahí que sufra tanto con la llegada de hombres desde segunda línea. De la línea de cuatro de atrás, solo uno es un defensor puro. Salvo Piqué, ni Mascherano, ni Alves ni Alba tienen la mentalidad de un zaguero. Y cuando sale Mathieu... bueno, es Mathieu. Eso explica el agujero que Luis Enrique suele tener por ambas bandas y que el argentino sufra tanto con los balones a su espalda. La pegada que el equipo tiene arriba y el talento en medio campo lo suple casi todo, pero tiene verdaderos problemas para no perder la marca.

Suerte

Porque al final todo depende de que la pelotita quiera entrar... o no.