El Madrid celebra la Undécima con aficionados y autoridades

El Madrid celebra la Undécima con aficionados y autoridades

AFP

La fiesta de la celebración de la undécima Champions del Real Madrid, este domingo, ha empezado en el Ayuntamiento de la ciudad. La alcaldesa de Madrid Manuela Carmena ha sido la encargada de recibir a los jugadores blancos en el Palacio de Cibeles. Uno por uno ha ido besando a los madridistas que entraban en el consistorio con caras de cansancio. Una vez dentro, la alcaldesa dijo en su discurso que estaba encantada de recibir a los jugadores y que son un ejemplo para la ciudad; como detalle, Carmena le regaló a cada uno de los jugadores unos gemelos con el skyline de la ciudad: "Quiero que llevéis estos gemelos tocando vuestra piel", les dijo entusiasmada la alcaldesa.

Después de Manuela Carmena tomó la palabra Florentino Pérez, que tuvo el detalle de recordar a los miembros de la peña madridista asesinados por el ISIS en Irak. Ya se han producido dos ataques contra peñas madridistas, uno el 13 de mayo y otro justo el día de la final de Milán. Tras el presidente habló el capitán Sergio Ramos, con claros síntomas de afonía -los jugadores blancos llegaron a las siete de la mañana a la glorieta de Cibeles procedentes de Milán– y agradeció a la alcaldesa el cariño con el que los ha recibido.

Al acabar el acto, el presidente del Real Madrid le entregó a la alcaldesa una camiseta firmada por todos los jugadores del equipo. Después de la foto protocolaria algunos de los futbolistas han salido al balcón del Ayuntamiento a saludar a los miles de aficionados que se concentraban en los alrededores de la calle Alcalá.

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COMUNIDAD DE MADRID

La siguiente parada era la Comunidad de Madrid, la Presidenta de la Comunidad, Cristina Cifuentes, recibió de amarillo a los jugadores blancos a la entrada de la Real Casa de Correos, en la Puerta del Sol. El acto comenzó con un minuto de silencio por el atentado que se cometió el día de la final de la Champions en Baquba (Irak) en el que murieron cuatro personas.

Una vez terminado el minuto de silencio se proyectó un vídeo con los mejores momentos de la final. Cifuentes, al contrario que Carmena, sí se puso la camiseta blanca que le regaló el Presidente. Sergio Ramos, con menos voz que en el Ayuntamiento, volvió a agradecer a los aficionados el apoyo recibido durante la temporada.

Cristina Cifuentes, declarada madridista, mostró su alegría al recibir a los jugadores blancos en la sede de la Comunidad y también quiso rendir tributo a los asesinados en la peña madridista de Irak. Ni la Presidenta de la Comunidad ni la Alcaldesa de Madrid quisieron olvidarse del Atlético de Madrid, subcampeón de Copa y tuvo un cariñoso recuerdo para Juanfran, jugador que falló el penalti decisivo.

Los jugadores madridistas salieron al balcón de la sede de la Comunidad y saludaron a los miles de aficionados que abarrotaban la Puerta del Sol mientras sonaba de fondo We are the champions de Queen. Desde el balcón de autoridades los propios jugadores fotografiaban al mar de personas que esperaban en la plaza.

Sergio Ramos, ya sin voz, agradeció por tercera vez a los madridistas el apoyo. El público pidió a gritos que hablase Zidane, que se despidió con un "Hala Madrid, hombre". Cristiano Ronaldo, con bastante mejor voz que Zidane y Ramos hizo su popular grito de guerra.

Antes de firmar en el libro de oro de la Comunidad de Madrid, Álvaro Arbeloa, que no seguirá en el club la próxima temporada, entonó el cántico: "¡Madrid, campeón, hay uno solo. Yo te quiero, yo te adoro, estás en mi corazón".

BROCHE DE ORO

La última parada del Real Madrid fue el estadio Santiago Bernabéu, que lució una de sus mejores galas con un lleno que puso el broche de oro a las celebraciones.

Uno a uno, los jugadores fueron apareciendo a través de una pantalla de aguas. Los más aclamados fueron Cristiano Ronaldo, que fue presentado por el locutor como "el mejor jugador del mundo", y Sergio Ramos, que salió el último al césped con su inseparable Copa de Europa.

Ese fue el momento justo en el que por la megafonía del estadio comenzó a sonar el We are the Champions de Queen y los fuegos artificiales provocaron que el Santiago Bernabéu se convirtiera en un espectáculo de luz y color que iluminó el cielo madrileño.