Reino Unido y Europa: una historia de amor-odio con Winston Churchill como nexo

Reino Unido y Europa: una historia de amor-odio con Winston Churchill como nexo

REUTERS

“Estamos con Europa, pero no en ella. Estamos vinculados, pero no comprometidos”. La frase pertenece a un artículo publicado en 1930 en el Saturday Evening Post por Winston Chruchill. Quién le iba a decir que, años después, sería cientos de veces citada por los políticos británicos que están tanto a favor como en contra del 'Brexit'.

Sus palabras son aprovechadas por dos bandos que abogan bien por la salida, bien por la permanencia de Reino Unido en la UE, una batalla que terminará el próximo 23 de junio de manera definitiva, cuando los británicos respondan en referéndum a: “¿Debe Reino Unido permanecer como miembro de la Unión Europea o debe abandonar la Unión Europea?”.

“Es interesante ver cómo cada uno se lleva las palabras de Churchill a su propio campo… Lo que está claro es que a él lo que le desagradarían serían los componentes xenófobos que en ocasiones adquiere todo esto. Creo que hubiese percibido que, pasados los años del Imperio, el futuro de Gran Bretaña estaba con Europa", asegura Belén Becerril, subdirectora del Instituto de Estudios Europeos y autora de Europa Unida, dieciocho discursos y una carta.

Becerril recopila en esta obra la radiografía del exprimer ministro británico, para quien el que el proyecto europeo era vital. Es más, en palabras de uno de sus biógrafos, Martin Gilbert, Europa “era uno de los tres asuntos que dominarían su pensamiento”. De ahí que a lo largo de su dilatada vida política, se planteara alguna de las preguntas que a día de hoy se siguen analizando sobre el papel de Reino Unido, así como la naturaleza misma del proyecto Europeo. No es de extrañar que se consideren sus pensamientos como actuales o que en plena sede del Parlamento Europeo en Estrasburgo exista una imagen casi a tamaño real de él.

Churchill es considerado, en definitiva, uno de los ‘padres fundadores’ de la UE. De hecho, tal y como se recoge en la web del Parlamento Europeo, fue uno de los primeros en proponer la creación de unos “Estados Unidos de Europa”. “Tras la experiencia de la Segunda Guerra Mundial, estaba convencido de que solamente una Europa unida podía garantizar la paz. Su objetivo era eliminar de una vez por todas las lacras europeas del nacionalismo y el belicismo".

La contribución de Churchill fue crucial en el despertar de la integración europea

Además, la subdirectora del Instituto de Estudios Europeos recuerda un factor clave: "Su contribución fue crucial en el despertar de la integración europea y, muy en particular, en el establecimiento del Consejo de Europa, que promovió desde sus primeros pasos". De ahí que sea contundente: “Churchill jamás habría cometido el error de convocar un referéndum, tenía muy clara la soberanía del Parlamento”. Sin embargo, el primer ministro británico actual, David Cameron, convirtió la consulta en su propuesta estrella de cara a las elecciones. La estrategia política le salió bien: revalidó el cargo en mayo del año pasado con mayoría absoluta y, tras ello, se dedicó a reformar las relaciones con la UE.

POSTURAS ENFRENTADAS

La clave de lo que está pasando en la actualidad reside en preguntarse cómo ha llegado Europa al punto de que uno de sus 28 considere que estar fuera de de los 28 pueda ser una opción mejor. Para ello hay que ser conscientes de que el sentimiento europeo de los británicos nunca ha sido pleno, como prueba la figura del propio Churchill. El ex primer ministro británico sólo abogaba por “la fusión total de soberanías” en las circunstancias excepcionales de la guerra y defendía férreamente “los Estados Unidos de Europa”. Es decir, ese "estar con Europa, pero no en ella".

Así lo dejó claro en sus famosos discursos pronunciados 1945 y 1946. “No veo ninguna razón por la que, bajo la tutela de una organización mundial, no deberían finalmente surgir”, defendió entonces.

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Churchill defendía que Europa avanzase hacia una federación y que Gran Bretaña se asociara a ella, sin convertirse en un miembro ordinario. Y esto es precisamente lo que ambos bandos, los que están a favor de la salida de Reino Unido de la UE y los que defienden su permanencia están usando a su antojo. Pero, ¿cómo exactamente?

Del lado de los que defienden el 'sí' a la salida de Reino Unido de la UE está el exalcalde de Londres Boris Johnson, que para defender su postura ha convertido en su bandera las palabras de Churchill. De hecho, ha publicado un libro llamado El factor Churchill, en el que expone los poderosos argumentos de éste en favor de una unión más estrecha de los europeos. En unas declaraciones al Telegraph, Johnson causó un gran revuelo al acusar a la UE de seguir los pasos de Adolf Hitler y de Napoleón Bonaparte en su intento de crear un “superestado panaeuropeo” y, para rematar su exposición, sentenció que estaba “seguro” de que Churchill votaría ‘sí’ al ‘Brexit’.

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David Cameron hace campaña por el 'no' a la salida de Reino Unido

Frente a Johnson está Cameron, que hace campaña por el ‘no’, la opción que el primer ministro británico cree fervientemente que Churchill votaría. Para probarlo, Cameron se sirve de la Declaración de la Unión, aprobada por el gabinete presidido por Chrurchill en 1940, en la que se defiende que Francia y Gran Bretaña no sean ya “dos naciones, sino una Unión Franco-Británica” y en el discurso de Zúrich de 1946 -en plena posguerra- en el que aboga por "reconstruir la familia europea comenzando por una asociación entre Francia y Alemania” para evitar que Rusia se haga con el control del continente.

Lo que busca Cameron es demostrar que a Reino Unido le interesa la asociación con la UE para no quedarse aislado. Así, además, se garantizará la paz en el continente.

Pero los del primer ministro británico y del exalcalde de Londres son los únicos casos en los que se ha usado a Churchill para respaldar tanto el 'sí' como el 'no'.

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La frase la devolvió a la actualidad el eurodiputado -y euroescéptico- Nigel Farage, también a favor de la salida de la UE, para demostrar que el político no quería tener nada que ver con Europa. Sin embargo, Churchill gritó esta frase al por entonces presidente francés Charles De Gaulle en un momento de máxima tensión: estaban en vísperas del desembarco de Normandía, y le quería dejar claro al líder francés que apoyaba la estrategia del entonces presidente de Estados Unidos, Roosevelt.

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Este nuevo fragmento, extraído de otro de sus discursos (23 de julio de 1951), es otro de los que se sirve Johnson para argumentar que Churchill estaría a favor del 'no'. Sin embargo, tal y como se complementa en el libro Europa Unida, quizá esta negativa de participar "plenamente", que es precisamente por lo que aboga Cameron, esté vinculado a los "vínculos transnacionales de Gran Bretaña y no con la negación de una posible cesión de soberanía". De hecho, en la Cámara de los Comunes, Churchill añadió: "La soberanía nacional no es inviolable".

Estas citas demuestran cómo la figura de Churchill sirve para ilustrar esa relación entre Reino Unido y Europa, siempre cuestionada y en la que las posturas enfrentadas siempre han estado presentes. Ahora queda por saber qué quieren los británicos para su futuro, duda que se resolverá el próximo 23 de junio.