Las jugadoras se rebelan contra el sexismo en los videojuegos: "El clásico es mandarnos a fregar"

Las jugadoras se rebelan contra el sexismo en los videojuegos: "El clásico es mandarnos a fregar"

"He experimentado sexismo en los videojuegos de muchas formas. Desde gente que en mi infancia me consideraba marimacho por jugar, pasando por jugadores online que me exigían fotos en ropa interior para llegar a un trato hasta aquellos que dan por sentado que llevas dos días jugando... Y luego está el producto en sí, que reproduce estereotipos sexistas tanto en sus tramas como en sus personajes: damiselas que necesitan ser rescatadas y cuerpos femeninos hipersexualizados".

Es el testimonio de Laura Luna, que tiene 31 años y lleva jugando desde los 6. La suya no es una opinión única: internet está lleno de vídeos y reflexiones sobre el sexismo en el mundo de los videojuegos, un sector en el que cada vez hay más mujeres.

Un 47% de los gamers o jugadores de España son en realidad jugadoras, y la mayoría asegura que han experimentado algún tipo de sexismo, tanto en el trato que les dan como en el contenido de los propios juegos. Lo han sufrido algunas tan famosas como Luna Dangelis, una youtuber con más de 900.000 suscriptores a su canal. "Me han insultado simplemente por ser mujer y jugar a videojuegos sin importar el físico, la personalidad o el contenido del vídeo", explica a El Huffington Post.

La opinión de Luna Dangelis predomina entre las mujeres del sector. De hecho, de todas las gamers y desarrolladoras con las que ha hablado El Huffington Post sólo una de las que piensa diferente ha querido dar la cara. Se trata de Ladyboss, con más de 350.000 suscriptores en su canal de YouTube, para la que los casos de sexismo son "una minoría".

"Cuando hay sexismo, la culpa es de la educación, no de los videojuegos", explica. Cuando empezó a hacer críticas de estos productos culturales, los jugadores le decía cosas como "ojalá a mi novia le gustasen". "Desde que estoy en Youtube sí lo he sufrido alguna vez por parte de usuarios de mente retrógrada; curiosamente, muchos son niños de menos de 15 años", apunta.

POR Y PARA HOMBRES

"El mundo de los videojuegos se ha masculinizado desde su origen en los 70", explica Jose M. Vela, sociólogo y educador experto en género y videojuegos. Señala que, en el mundo de la tecnología, hay áreas en las que la presencia femenina es muy escasa y las pocas mujeres que hay trabajan en la imagen, no en el diseño.

"No es que los videojuegos sean intrínsecamente sexistas, lo son porque son hijos de una sociedad que lo es. En este caso se aprecia más porque todavía es un mundo masculino", sostiene Marina Amores, autora del documental de denuncia Mujeres+Videojuegos.

Para Vela, la mayoría de los videojuegos están pensados para atraer la atención de los varones, no de las mujeres. "Reproducen estereotipos de género: en muchos casos se presenta al hombre como el salvador o protector de la doncella", detalla.

LIGERAS DE ROPA Y MÁS DÉBILES

El propio diseño de los personajes femeninos favorece y refuerza esos estereotipos. "Están las que enseñan mucha carne o las que tienen pechos inmensos cuyo movimiento se exagera", opina la youtuber Luna Dangelis, que considera que lo peor se ve cuando se comparan sus armaduras, "casi ropa interior", con las de los personajes varones.

Amores denuncia que los personajes femeninos son pocos y, sobre todo, que su calidad suele ser inferior. "Suelen ser personajes mucho más planos, pasivos y muchas veces se limitan a ser un reclamo sexual", considera.

He hecho una imagen sobre las razas de los videojuegos de fantasía.

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La youtuber Ladyboss opina lo contrario: insiste que en 26 años jugando a todo tipo de géneros, estos personajes hipersexualizados y poco interesantes han sido una minoría. "He leído artículos en los que hablan de esto y creo que los autores no han debido jugar a demasiados títulos", considera.

El sexismo alcanza también al colectivo LGTBI. Jorge González es el presidente de Gaymer.es, una asociación de jugadores homosexuales que acaba de publicar una revista homónima. Se queja de que los personajes no heterosexuales siempre aparecen "en situaciones cómicas o bizarras" y protesta por la falta de variedad en las relaciones de los personajes.

LOS VIDEOJUEGOS MÁS SEXISTAS

Este diseño hipersexualizado se da en algunos de los juegos más populares de la industria, como el Mortal Kombat, el World of Warcraft o el Grand Theft Auto (GTA), el segundo más vendido de la historia, que permite pegar a prostitutas y recibir una recompensa por ello. "El maltrato es un problema social. Si por ejemplo se pegase a muchos taxistas negros y eso se representase en un videojuego, habría muchas protestas y posiblemente se retiraría", cree Vela.

Las jugadoras entrevistadas se resisten a calificar de "sexista" ningún juego en su totalidad, pero la documentalista Amores cree que "los juegos japoneses son para dar de comer aparte". Entre ellos, destaca "la saga Dead or Alive (DoA), que sólo tiene éxito porque sus personajes son mujeres en bikini".

Sólo Ladyboss califica de "sexista" un juego aunque defiende que debe ser así, teniendo en cuenta su temática. "GTA es una saga machista, violenta, racista... Es la vida criminal, donde este tipo de cosas son totalmente normales. Una historia dura. Para mí es grandísimo, siempre que sepas que es un videojuego", apunta.

La crítica de videojuegos también defiende los de lucha (DoA, Mortal Kombat) porque, aunque usan como reclamo a chicas "con curvas, pechos descomunales y ligeritas de ropa", éstas pegan igual que los personajes masculinos.

Para detectar ese nivel de violencia, los videojuegos cuentan con el indicador PEGI, que fija la violencia que contiene aunque no valora la sexualización. "Yo abogo porque también se incluya el sexismo. Ya que hay videojuegos sexistas, que lo digan y sepamos qué están aprendiendo nuestros jóvenes", reclama el sociólogo Vela. Sólo detecta una chispa de optimismo: "Aunque los héroes sean varones, son personajes masculinos que maneja una mujer".

PEQUEÑOS AVANCES

"La experiencia nos ha enseñado que es más efectivo ensalzar los buenos ejemplos", explica González, presidente de Gaymer.es. "Nos encantan los videojuegos indie como ROM: Read Only Memories, porque desarrollan discursos más interesantes que las grandes distribuidoras. Entre los ejemplos más conocidos está la desarrolladora Bioware, responsables de la saga Mass Effect y Dragon Age", considera.

Otros videojuegos que tratan a sus personajes femeninos igual que a los masculinos y no como un reclamo sexual, destacados por las gamers, son Life is Strange ("de lo mejor que he jugado últimamente y trata el tema de la homosexualidad como pocos lo han hecho", dice Amores), la nueva Lara Croft, Crypt of NecroDancer, el Telltale de The Walking Dead, The Last of Us o Beyond: Two Souls.

"VETE A FREGAR"

El sexismo no se limita sólo al contenido, sino que traspasa la pantalla hasta las jugadoras. "Todavía se tiene esa visión de que la mujer, si juega, es para llamar la atención o bien porque su novio juega... Y se les tiene que dar mal", critica Amores. En el trato hacia la mujer jugadora abundan las actitudes paternalistas y el rechazo, asegura la documentalista, que recuerda "la incredulidad del público al verme cubrir un evento de videojuegos, bromeando en voz alta que debía estar perdida".

Isabel Cano dirige True Gamer Girls (las auténticas jugadoras), una revista digital que pretende ser una contestación a otra de papel, Gamer Girls, una especie de Playboy dirigida a fans de videojuegos. Según explica, la intención es mostrar que las jugadoras no son una fantasía masculina: son fans de los videojuegos que juegan igual que ellos: con sudadera, cómodos, con una cerveza a mano y en mesas poco glamurosas.

"Todavía se tiene esa visión de que la mujer, si juega, es para llamar la atención o bien porque su novio juega... Y se les tiene que dar mal", critica Amores.

Cano asegura que ve sexismo casi a diario. "Cuando te dedicas a ello, te toca sufrirlo hasta en tus redes sociales. Ponen en duda tu trabajo diciendo que obtienes logros por el físico y no por tus méritos", denuncia.

"El clásico es mandar a la jugadora 'a fregar' o 'a la cocina', llamarla puta o meterse con su físico. También hay quien exige 'fototetas' o acosa. Y luego están los paternalistas, que dan por sentado que son novatas y necesitan instrucción", detalla la gamer Laura Luna.

Luna Dangelis aporta más ejemplos: "Tu lugar es la cocina', 'deberían prohibir jugar a las mujeres'... Si juegas bien dicen que seguro que no estás jugando tú y, si has triunfado en el mundillo, siempre será por hacer 'favores' o enseñar carne".

El acoso es peor cuando se trata de un juego competitivo, ya que se presupone que las jugadoras van a ser un lastre. "Tanto es así, que algunas desarrolladoras como Nival con su Prime World benefician (con recompensas, equipo y descargas exclusivas) a los equipos que acepten chicas en sus filas", detalla González, de Gaymer.es.

TRATO DE FAVOR

Pero hay otra cara, más difícil de detectar, que denuncia la directora de True Gamer Girls. "Existe un trato de favor hacia la mujer por ser poco habitual en el sector. En muchas ocasiones, hace más aliados o recibe regalos sólo por ser chica. Esto también perjudica la igualdad. Sólo disfrutamos de una afición, no es nada especial", pide Cano.

Según estudios citados por el presidente de Gaymer.es, muchos de los jugadores varones heterosexuales más competitivos han pasado a utilizar avatares femeninos para aprovecharse de los favores, regalos y ventajas ofrecidos por otros usuarios.

Cano sostiene que por todo eso, muchas chicas se ponen un nombre de género neutro y juegan con avatares masculinos: para que las dejen en paz. Basta leer el artículo Una semana jugando 'online' siendo mujer para darse cuenta de que muchas jugadoras tienen la misma impresión.

Muchas chicas se ponen un nombre de género neutro y juegan con avatares masculinos para que las dejen en paz.

PELEAR POR LA IGUALDAD CONCIENCIANDO

¿Y cómo se pueden cambiar las cosas? Las youtubers Ladyboss y Luna Dangelis creen que la industria debería apostar por más protagonistas femeninas y sacar juegos para chicas, respectivamente. "Pero no uno adorable y rosa", aclara la segunda.

Amores, que prepara una secuela de su documental titulada Hombres+Videojuegos, defiende que no hay una fórmula mágica: "Hay que concienciar, educar y denunciar. Si la gente no ve que hay un problema, es imposible combatirlo. Pero no se puede hacer exclusivamente en los videojuegos, hay que hacerlo en todos los frentes culturales".

Desde Gaymer.es, recomiendan visibilizar los incidentes sexistas "a través de los canales ortodoxos, los propios protocolos de denuncia del juego" y complementar con redes sociales, foros, etc. "Queremos hacer ver que no sólo somos muchos, sino que tenemos mucho que decir", explica Jorge.

EL GAMERGATE

EEUU lleva debatiendo sobre este tema desde que estallo el Gamergate en 2014. Los seguidores de este movimiento, los gamergaters, empezaron cuestionando en foros online la ética del periodismo especializado en videojuegos y la corrección política, pero perdieron credibilidad cuando empezaron a aparecer amenazas de muerte o violación en sus foros contra famosas feministas.

Las víctimas aseguran que los ataques saltaron de Internet a la vida real y algunos han llegado a amenazar con tiroteos en universidades.

"Quiero dejarlo bien claro: estoy muerta de miedo por las amenazas de muerte que he recibido. Estoy aterrorizada ante la caza de brujas y la tendencia a culpar a las víctimas del #gamergate", sostiene la desarrolladora Brianna Wu.

Los gamergaters defienden que los servicios de seguridad no han podido comprobar que existan esas amenazas y que sus autores son trolls que no forman parte de la causa; en cambio, ellos sí se consideran objeto de ataques y ninguneo por parte de la industria y los medios.

El sector sigue dividido al respecto, con partidarios en ambos bandos, aunque el apoyo mediático y político ha caído en su mayor parte del lado de las feministas y colectivos que han denunciado el sexismo.