Una campaña para traer a España a Mudafar y Ahmed, dos niños refugiados enfermos

Una campaña para traer a España a Mudafar y Ahmed, dos niños refugiados enfermos

La historia de Osman, el niño refugiado que llegó a España para ser tratado de su parálisis cerebral, tuvo un final feliz, pero hay muchos más Osmanatrapados a las puertas de Europa. Es el caso de Ahmed y Mudafar, dos niños kurdos de Irak de ocho y diez años que viven en el campamento de refugiados de Katsikas (Grecia) y que sufren una hepatopatía crónica con cirrosis avanzada, una enfermedad congénita que afecta al hígado y que requiere cuidados especializados.

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Ahmed, de 8 años, necesita un tratamiento urgente para la hepatopatía que sufre.

Los voluntarios de la ONG Aire y de la ONG Médicos del Mundo que trabajan en el campo y los doctores del Complexo Hospitalario Universitario de A Coruña que han estudiado el caso son tajantes: “Si Mudafar y Ahmed no reciben tratamiento pronto, morirán. Y este tratamiento no pueden recibirlo en el campo de refugiados, donde viven en condiciones muy precarias, a merced de la lluvia y el calor extremo”.

Los niños llegaron a Grecia con sus padres, Mohammed y Midia, después de un largo viaje que los llevó por Teherán, Esmirna, Estambul y, finalmente, Katsikas. En todas estas ciudades tuvieron que pasar por el hospital a causa de la enfermedad de los niños, pero cualquier cosa era mejor de las bombas que lanzaba el ISIS en Erbil, capital del Kurdistán iraquí, donde la familia vivía. Así lo cuenta el propio Mohammed a María Peñalosa, una de las voluntarias que trabaja en el campamento:

“El ISIS había tomado la zona, así que cogimos a los niños y decidimos viajar a Europa en busca de un futuro mejor con el apoyo económico de nuestra familia. Volamos a Estambul y de allí cogimos un autobús a Esmirna, al lado del mar. Al llegar allí, Mudafar se empezó a encontrar muy mal, así que le llevamos al hospital, pero no pudimos ingresarle porque era muy caro. Volvimos a Estambul, pero también allí era muy caro. Estábamos muy muy preocupados porque Mudafar estaba al borde de la muerte y no podíamos hacer nada. Al contárselo, un amigo de Erbil nos dijo que volviésemos a Irak a tratar a Mudafar y, aunque no tenía mucho dinero, se las arregló para pagárnoslo todo, la vuelta a Irak y el hospital allí. Una vez que se recuperó, volvimos a Turquía, de nuevo volamos a Estambul, donde nos dirigimos a una oficina en la que se compraban los billetes para cruzar a Grecia. Cada uno de los adultos pagamos 1100 euros, que se quedaron las mafias. Algunos estábamos muy contentos, porque pensábamos que nos llevaban a Europa, otros creían que a la frontera con Macedonia para continuar. Pero no, aparecimos en Katsikas”.

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La familia, en la tienda donde vive. | XOSÉ ABAD

Una vez en el campamento, “Ahmed empezó a sentirse mucho peor y Midia lo llevó al hospital”, cuenta el padre. “El médico les dijo que estaba muy grave, que podía morirse en cualquier momento, y que deberían trasladarle a otro hospital donde pudiesen tratarle mejor, pero no les llevaron a ninguna parte”.

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Los niños, en el campamento de refugiados.

“En medio de toda esta tensión, Midia, que estaba embarazada de cuatro meses, tuvo un aborto, así que Mudafar y yo nos trasladamos al hospital para poder cuidar de nuestra familia. Pasamos allí 18 días. Ahora estamos muy tristes porque hemos perdido un hijo y no podemos hacer nada para salvar a nuestros otros dos hijos, que cada vez están más cerca de morir también”, se lamenta.

Por este motivo se ha iniciado bajo el hashtag #NiUnMinutoMas una petición en Change.org —que ya lleva más de 140.000 firmas— para pedir al Gobierno que conceda a esta familia asilo humanitario, para que, como el pequeño Osman, Mudafar y Ahmed puedan recibir el tratamiento que necesitan.

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Ahora, los niños y sus padres han querido dar las gracias por esta campaña: