Compostaje casero: cómo hacerlo y cómo utilizarlo

Compostaje casero: cómo hacerlo y cómo utilizarlo

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El director general de industria alimentaria del MAGRAMA, Fernando Burgaz, declaró el pasado 16 de junio en el congreso Alimentamos un futuro sostenible, dentro del salón Envifood Meeting Point, que en los hogares españoles cada semana se desperdician 24,5 millones de kilos de alimentos. Sin duda es una cifra que no se puede pasar por alto, más aún cuando desde la Asociación de Empresas de Gran Consumo, AECOC, señalaron que 2,9 millones de toneladas de alimentos se desperdician al año. Un 5% se pierde en la fase de distribución, mientras que el 56% se produce en los hogares y el canal horeca (acrónimo de hoteles, restaurantes y catering), del cual un 39% se produce en el punto del consumidor.

Este porcentaje está motivado principalmente por una incorrecta gestión en la conservación de alimentos, además de la confusión por parte del consumidor entre la fecha de caducidad y la fecha de consumo preferente. Según la Fundación para la Economía Circular, los biorresiduos son prácticamente el 37,5% de residuos municipales y, a pesar de ello, en España se siguen sin recoger separadamente ni reciclar (compostar) en cantidades suficientes. De hecho, tampoco se hace nada por la recogida de biorresiduos generados en los domicilios.

Cualquiera de nosotros puede pasar a la acción y formar parte del universo de la basura sostenible, repitiendo el famoso mantra de las 3R: reducir, reutilizar y reciclar. Hacer compost en casa es una de las formas más efectivas para combatir el cambio climático. Al reciclar los residuos domésticos se disminuye a la mitad nuestra huella de carbono y los gases de efecto invernadero.

El contenedor amarillo es sólo para depositar envases de plástico, latas y bricks; el azul, para papel y cartón; y el verde, para vidrio. Pero ¿qué hacer con los residuos orgánicos? Para que nuestro hogar sea una gran fábrica de reciclaje debería haber un cubo para el compost. Al hacer compostaje se aprovechan diversos residuos orgánicos como las frutas y sus pieles, las verduras, las cáscaras de huevo, el pan, las galletas, el café molido, los periódicos y así un largo etcétera.

¿Y cómo se hace? Es fácil. Sólo es necesario seguir estos pasos, así que ¡manos a la obra!

  • Marrones: Es la mezcla de hojas secas del jardín o del parque más cercano, ramas, serrín, trocitos de madera y periódicos triturados.
  • Verdes: Restos orgánicos, hierba y residuos vegetales.
  • Tierra: Sirve para dar cuerpo a las mezclas anteriores.
  • Agua: Siempre con precaución porque tanto el exceso de agua como la falta de la misma pueden dañar el proceso.

Para hacer compost no se necesita un jardín, pero se puede hacer de dos maneras, o en dos sitios.

En el jardín se puede cavar un agujero en un lugar seco con sombra y acceso a una fuente de agua. El tamaño dependerá de la cantidad de compost que se vaya a hacer.

Igualmente se puede hacer en un recipiente compostador, a la venta en centros especializados en jardinería que tienen una amplia oferta. El emplazamiento del recipiente debe ser preferiblemente en una zona abrigada y cálida y que esté cerca tanto del huerto como de la cocina, ya que se transportarán habitualmente restos desde esas zonas al compostador. También se puede poner en la terraza de la casa.

  • Llenado. Se coloca en el fondo del compostero una capa de serrín. Este impide la liberación de malos olores, la procreación de insectos y absorbe el exceso de humedad. También se pueden poner algunos puñados de estiércol para que sirvan de fermentos.A continuación se coloca una segunda capa con los desechos alimenticios, orgánicos, de los mencionados en la tabla inferior. Si éstos están muy secos, es recomendable agregar un poco de agua para mantener la humedad. Las siguientes capas se intercalan siempre con una de serrín. Antes de depositar la siguiente capa de desechos alimenticios, es recomendable revolver y humedecer las anteriores y siempre se rematará con una capa de serrín seco.También es recomendable intentar alternar capas de materiales secos con materiales húmedos. La hierba cortada, los restos de cosechas, las hojas secas y la paja también son muy útiles. Añadir alguna capa de compost viejo o de estiércol que actuará como levadura. Cuando se haya mezclado más de la mitad del recipiente habrá que remover bien y mezclar todos los materiales en descomposición. Se debe regar de vez en cuando, sobre todo si se nota que el compuesto está muy seco. Seguir llenando el compostador alternando capas, y continuar mezclando y aireando cuando lo necesite.

  • Cuidados del compost. Es muy importante tenerlo bien aireado. Al mover los materiales que están dentro, se evita que se produzcan putrefacciones y favorecemos a los microorganismos que están realizando el proceso de descomposición. Se recomienda mezclar los materiales nuevos con los antiguos, y de vez en cuando, voltear todo los materiales de la compostera. También hay que fijarse en que la humedad sea homogénea en todo el recipiente. Si falta humedad, se riega el compost hasta que se humedezca. En verano hay que poner la compostera a la sombra, y en invierno dejarla tapada (siempre con entradas de aire) para conservar el calor.

  • Final La naturaleza ya ha actuado y se llega al final. A partir de ahí se puede utilizar el compost para diferentes cosas dependiendo de su etapa de maduración. Compost Fresco: Después de estar de 2 a 3 meses en el compostador se obtiene un compost todavía con material sin descomponer. En esta etapa se puede usar como protección a los cambios de temperatura y de humedad en las plantas, en especial frente a las heladas. También sirve para mejora el suelo y evitar que aparezcan malezas. Compost Maduro: Estará de 5 a 6 meses en el compostador. Se distingue porque todos los materiales se han descompuesto, excepto algunos restos de materiales de difícil descomposición como cáscaras de huevo o ramas. Tiene un color oscuro, olor agradable y textura suelta y se usa como tierra para plantar o como abono.

  • Hay que controlar la exposición al Sol para mantener la humedad.
  • Si huele a amoniaco es porque hay demasiada mezcla verde y poca marrón. Agregar más hojas secas.
  • Si huele a podrido es porque hay demasiada humedad y poco oxígeno. Añadir materia.
  • Para evitar moscas y mosquitos de fruta se deben enterrar los restos de cocina.

Ahora ya se tiene un abono para tus plantas rico en nutrientes, que también puede actuar como bactericida y fungicida, porque no contiene ningún tipo de químico. Ya no es necesario comprar este producto porque se puede hacer fácilmente en casa. Este sistema es ideal como clase práctica para los niños y, lo más importante de todo, sirve para ayudar a reducir la cantidad de basura generada y contribuir con el reciclaje.

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