Por qué fue tan efectiva la campaña del PP

Por qué fue tan efectiva la campaña del PP

FLICKR / PP

Días de resaca electoral, de búsqueda de alianzas, de matemáticas con escaños. Pero también en los cuarteles generales de los partidos, en los departamentos de estudios de las universidades, en consultoras y en los grupos de politólogos se desmenuzan con tranquilidad los datos del 26-J, se analizan exhaustivamente lo que se hizo bien y en qué patinaron los partidos.

Y hay un análisis coincidente: la campaña del Partido Popular fue la más efectiva. Los paseos por pueblos, los eslóganes, las frases del miedo, las fotos en el campo , los anuncios de Shackleton y el diseño de los viajes por proxvincias se han materializado en 137 diputados -catorce más que el 20 de diciembre-.

¿Por qué ha sido la fórmula vencedora? Para el presidente de la Asociación de Comunicación Política, David Redoli, se puede decir a “toro pasado” que ha habido dos factores “claros” por los que ha funcionado la campaña. Uno es que se ha centrado en los potenciales electores, no en toda la población: “La campaña estuvo perfectamente diseñada para el votante tradicional”.

Redoli recuerda que “el grueso de votantes del PP tiene más de cincuenta años”. Por lo tanto, se jugó con la imagen de Rajoy “como hombre tranquilo, que pasea en pantalón corto, pero no haciendo running ni tirándose de un aerogenerador”. “No han hecho experimentos con gaseosa, fueron directamente a por ese votante tradicional. Eso estuvo muy bien hecho”, añade.

Han hecho un proceso de segmentación de votantes muy bueno

En ese sentido, indica que en el PP han aplicado una de las tendencias de comunicación política, la “fragmentación”. Es decir, identificar clarísimamente a sectores de la población que te pueden votar y enfocarte en ellos. En este campo, comenta Redoli, ha sido decisiva la contratación por parte de la calle Génova del equipo de Jim Messina, asesor y estratega de las campañas de Barack Obama. Este grupo hace un excelente manejo de los datos para luego aplicarlos en la línea de la campaña. “Les ha orientado muy bien en lo de la fragmentación, a buscar los colectivos y centrarse en ellos. Ha sido un proceso de segmentación muy bueno”, añade Redoli.

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Rajoy, en Almería

El otro “factor”, continúa el presidente de la Asociación de Comunicación Política, ha sido el “fenómeno emocional del miedo”. “El PP tuvo la suerte de que se produjera el Brexit 48 horas antes de las elección. Esto generó mucha incertidumbre, el miedo induce al conservadurismo, los votantes no arriesgan y mucha gente que dudaba en votar a Ciudadanos se pasó al Partido Popular”.

Arriesgar lo mínimo ha sido un acierto

Acto seguido, comenta que otro de los grandes aciertos de la campaña fue precisamente “arriesgar lo mínimo” con “un solo debate a cuatro, apariciones muy calculadas, todo muy medido”. Además, “han conseguido que parezca que lo de la corrupción no va con Rajoy”. “Lograron un cinturón sanitario en torno al candidato y lo han comunicado muy bien”, sostiene.

Redoli subraya que esta estrategia del PP evidencia que cuando las campañas están bien hechas “consiguen los objetivos en votos”. “Frente a los que dicen que estos quince días no mueven votos y que son una liturgia, me río. Al final importan y mucho. Afecta a un quince o un veinte por ciento de electores, pero al final son los que deciden las elecciones”, apostilla.

"LA CAMPAÑA HA FUNCIONADO FANTÁSTICAMENTE"

“Ha sido una campaña inteligente, con un buen planteamiento, conservadora. Ha funcionado fantásticamente”, resume Jorge Galindo, investigador del Departamento de Sociología de la Universidad de Ginebra y fundador del colectivo Politikon.

¿Los grandes aciertos? “El eslogan de A favor era muy bueno. Corto, conciso, al grano, podía sonar muy bien entre la gente mayor, pero también entre la gente joven conservadora. Los anuncios también han estado muy bien hechos, con un target muy calculado”, contesta.

El eslogan 'A favor' era muy bueno

En este punto, Galindo explica que también ha respondido al modelo de campaña de un partido que está en el Gobierno y con una economía “que va para arriba”. E incide: “Es muy difícil competir contra una campaña de un partido que está en el Ejecutivo cuando la economía está creciendo y hay además riesgos externos. Aglutina a todo el voto conservador”.

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Báñez, Rajoy, Morenoy y Bendodo, en Málaga

Para el experto en comunicación política Toni Aira, el secreto de una buena campaña es movilizar a tu electorado e intentar desmovilizar al máximo al de tus contrincantes. La estrategia del PP, dice, ha sido “buena, de perfil bajo, centrada en el líder”.

“Mariano Rajoy hizo una campaña muy presidencial, como de jefe del Ejecutivo inevitable”, comenta, a la vez que señala que ha funcionado esa identificación del líder del PP con “el ciudadano cansado de esta situación complicada e inestable”. “Se presentó como el candidato que tiene que ir a estas elecciones cuando le da pereza, le pasaba a la mayoría de la gente”, ahonda.

Durante estos días hubo muchas risas, memes y chistes en las redes sociales sobre los actos rurales de Rajoy. Pero, cuenta Aira, eso significa que está siendo “efectiva” porque demuestra que está en el “centro” de la atención -”había cosas en el PSOE que podían haber provocado risa, pero tuvieron poco eco”-. Atención: esto también “puede movilizar a gente ante esas caricaturas”.

Rajoy, Jorge Moragas, Pedro Arriola y Fernando Martínez-Maillo pueden estar contentos. Su campaña acertó. Ahora toca otra, la de intentar la investidura.

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