Golpe de Estado en Turquía

Golpe de Estado en Turquía

REUTERS

Turquía ha vivido este viernes por la noche el quinto golpe de Estado en la historia de su república con el levantamiento militar llevado a cabo por el Ejército contra el Gobierno de Erdogan.

Poco antes de las 22:00 horas (hora peninsular española) los militares sacaban los tanques a la calle y cortaban las vías de comunicación de las principales capitales del país, declarando la ley marcial e imponiendo un toque de queda en todo el país a través de un comunicado emitido en la televisión estatal en el que anunciaban el inicio de un "proceso constituyente" y la creación de un "consejo de paz".

Ante la sublevación militar, el presidente turco ha reaccionado telefoneando a las televisiones internacionales para aseverar que el golpe fracasaría y animar a la población a salir "a las plazas y a los aeropuertos".

Dicho y hecho. Centenares de personas han salido a las calles de las principales capitales turcas y se han enfrentado a los militares. Como en los puentes de Estambul o en el aeropuerto de esta misma ciudad, que ha sido ocupado por una multitud. Otros se han subido a los tanques en protesta por el golpe.

Esos han sido los momentos más tensos de la noche, con bombardeos sobre el Parlamento en Ankara y disparos en las calles de Estambul, donde ha habido al menos seis civiles muertos.

Con la reacción popular, las principales potencias internacionales han comenzado a dar su apoyo al gobierno de Erdogan. Barack Obama, presidente de EEUU, respaldaba la vigencia del Gobierno "democráticamente elegido" mientras que Rusia apostaba por "solucionar los problemas en el marco constitucional". Desde Alemania, un portavoz de la Cancillería pedía respetar "el orden democrático" en Turquía.

En esos momentos, el Gobierno anunciaba un contraataque para recuperar el poder, el Ejército comenzaba a perder posiciones y los vídeos con militares rindiéndose ante la Policía emergían en las redes sociales.

Pasaban las 1:30 horas, todo parecía indicar que el golpe de Estado iba a fracasar, sobre todo cuando el Servicio de Inteligencia de Turquía (MIT) daba por fracasada la intentona golpista y el Gobierno de Erdogán aseguraba que la situación estaba en gran medida bajo control.

Aun así, quedaban algunas bolsas de resistencia por parte de los militares rebeldes, sobre todo cerca del Parlamento turco en Ankara y en las sedes de algunos medios de comunicación que fueron tomados durante la madrugada.