El PSOE descarga la presión sobre los nacionalistas para la investidura

El PSOE descarga la presión sobre los nacionalistas para la investidura

EFE

Desde la misma noche del 26 de junio el PSOE ha sentido detrás de su nuca la presión para dejar que gobierne Mariano Rajoy. Unas semanas muy intensas, con un fuerte debate interno, en las que el secretario general, Pedro Sánchez, ha tenido que repetir en varias ocasiones que votará en contra de la investidura del candidato del PP.

Una queja habitual entre los dirigentes del PSOE durante estos días ha sido que la presión debería tenerla el PP y no los socialistas. “Todo esto tenía que estar en la puerta de la calle Génova”, decía un importante cargo socialista en voz baja al ver todas las cámaras y periodistas que se concentraban en Ferraz durante el pasado Comité Federal.

La consigna oficial de Ferraz durante estas días ha sido: ‘no’ a la investidura de Rajoy, que debe buscar a sus aliados en el espectro de centro-derecha. En este sentido, los socialistas señalan a Ciudadanos, PNV, CDC y Coalición Canaria. Mientras, Sánchez ha buscado un perfil bajo y ha desaparecido del centro mediático.

EL BLOQUE DE DERECHAS

La suma de las derechas parecía una cosa muy difícil, pero la composición de la Mesa del Congreso ha demostrado que se puede formar un bloque entre estos partidos. PP y Ciudadanos llegaron a un acuerdo el lunes por el que ha logrado la Presidencia la popular Ana Pastor. Los naranjas, que no tenían derecho a puestos por su resultado electoral, han obtenido la Vicepresidencia Primera para Ignacio Prendes y una de las secretarías para Patricia Reyes.

Entre los dos grupos sumaban 169 escaños (137 del PP y 32 de Ciudadanos). La vida da sorpresas y, de repente, en la votación de los vicepresidentes los candidatos populares y naranjas recibieron 179 papeletas a favor. ¿De dónde salían los otros diez? El PSOE y Podemos lo tienen claro, llegaron desde CDC y PNV. Estas dos formaciones lo han negado, pero las cuentas no salen sin ellos al descartarse que fueran de ERC y Bildu.

En el PSOE entienden, por lo tanto, que Rajoy tiene margen para lograr los votos de la derecha y no tener que contar con el PSOE para su investidura. El popular necesitaría mayoría absoluta para ser investido en primera ronda -176 de los 350 diputados-. En caso de no lograrla, le valdría una mayoría simple en una segunda votación 48 horas después -más síes que noes-. El popular podría lograrlo en primera vuelta si suma a los 32 diputados de Podemos, a los 8 de CDC y los 5 de PNV.

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Esto descarga la presión sobre los socialistas como única vía para que haya Gobierno. “Lo de ayer nos ha dado la razón. Si el PP tiene voluntad, se arreglará con PNV y el Partid Demòcrata Català -antigua CDC-, apretando a Ciudadanos para que vote a favor”, comenta a El Huffington Post una persona de confianza de Sánchez.

SI el PP tiene voluntad, se arreglará con PNV, CDC y Ciudadanos

En este punto, dice que lo que pasó en el Congreso demuestra el “ridículo espantoso en el que ha quedado Podemos y sus números para un Gobierno de izquierdas contando con los nacionalistas”. Se refiere así al intento de los de Pablo Iglesias de que la presidencia fuera para su diputado Xavier Doménech gracias al voto de los nacionalistas e independentistas para pasar a primera ronda y luego forzar al PSOE a decantarse por él frente a Pastor.

Esa jugada no le salió a los morados. Y la razón principalmente fue el movimiento que se produjo a última hora el lunes: Francesc Homs (CDC) se presentaba a Presidir el Congreso. Los soberanistas catalanes sabían que aquel paso adelante no llegaría a ningún puerto, pero sí bloqueaba la opción Domènech.

Otro dirigente con el que conversa habitualmente Sánchez comenta: “No vamos a votar al PP porque es incoherente con nosotros mismos. Esa presión ha sido injusta, malintencionada por parte del PP. Lo que tenía que haber hecho el PP desde el primer momento era ponerse a trabajar y a hablar con todos los grupos de derechas, incluidos con los que ahora ha acordado la Mesa con nocturnidad”. “No es que nos quite la presión, es que la presión no debía haber existido nunca porque ellos tienen mayoría”, lamenta.

La presión ha sido injusta, malintencionada por parte del PP

“Nos hubiera gustado que Patxi López fuera el presidente del Congreso, pero se ha demostrado que no hay alternativa con una mayoría forjada por el PP y Ciudadanos apalabrando la abstención de los nacionalistas”, comenta la fuente.

A algunos socialistas ya les “sorprendió” el movimiento a última hora de Homs. Hay que tener en cuenta que los populares y los independentistas han protagonizado un choque de trenes durante la legislatura por el proceso soberanista. Pero, tras el 26-J, se ha producido un acercamiento tras años distantes. Rajoy se reunión en secreto en La Moncloa con el portavoz de CDC en el Congreso, Francesc Homs, la semana pasada.

Los socialistas ven detrás de estos giros la necesidad de CDC de flexibilidad por parte de la Mesa para lograr grupo propio en el Congreso, ya que no cumplen todos los requisitos para ello. “A la vista está que lo van a tener en el Congreso y también el PNV en el Senado”, vaticinan fuentes del PSOE. “Lo que más rabia da”, dicen desde el círculo más cercano a Sánchez, “es que dicen que se va romper España cuando nosotros hablamos con los nacionalistas. No sucede nada cuando lo hacen otros”.

Diputados del PSOE tienen la intuición de que lo que pasó con la Mesa este martes “es el primer paso” de un acuerdo para la investidura. “Parece dentro de un plan más global, sería lo lógico”, comentan.

Los socialistas intentan sacudirse la presión, quieren que la derecha se entiendan y evitar su peor pesadilla: facilitar directamente que Rajoy siga en La Moncloa.