La clave de los maquillajes correctores: qué color oculta qué

La clave de los maquillajes correctores: qué color oculta qué

PIXABAY

El corrector no se limita a los tonos nude. De hecho, es más bien todo lo contrario: cada imperfección se esconde mejor tras un tono distinto (desde el verde al lila pasando por el azul o el amarillo). Pero, ¿qué color usar en cada caso?

La explicación la tiene la teoría del color, esa que dicta que debemos buscar el opuesto al que queremos neutralizar. Más o menos como muestra el círculo cromático.

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Y si dicho esto no te ha quedado del todo claro, he aquí el manual definitivo para el buen uso de los correctores de colores:

VERDE. Es el tono encargado de esconder las rojeces e imperfecciones derivadas del acné, irritaciones, capilares rotos, quemaduras solares y otros problemas cutáneos. Su papel es disimularlos y calmar el cutis.

AMARILLO. Es el corrector perfecto para disimular la cara de cansancio en el trabajo porque camufla las imperfecciones moradas, es decir, las ojeras. Útil, ¿verdad? Además ilumina rostros apagados y le da un suave brillo a las pieles rosadas.

BLANCO. Más que para corregir, su función se restringe a iluminar, para dar volumen. Por eso, tal y como aconseja Elena Merino, retail trainer de Kiko Milano, se debe aplicar "sobre el rictus, en el arco de la ceja y en la parte alta del pómulo".

ROSA. Es el color opuesto al verde por lo que se convierte en el aliado perfecto si lo que se busca es matizar alguna venita o capilar de dicho tono; también ayuda en la lucha contra hematomas y ojeras.

NARANJA. Al igual que el rosa, es el que se debe usar para ocultar venas y hematomas pero, en este caso, cuando estas tiendan a un tono más azulado o cuando te encuentres con imperfecciones más marcadas.

LILA. Es el corrector más recurrente en los países asiáticos y Medio Oriente porque suaviza los tonos de piel amarillentos. Si el amarillo tiende a verdoso, el morado deberá ser más claro y si el amarillo es muy vivo o tiende a naranja será mejor un tono más oscuro.

AZUL. Son menos comunes ya que ocultan defectos naranjas. Recurrirás a ellos a final de verano, cuando tras largas horas de sol necesites igualar el tono de las pieles más oscuras.