Los siete deportes no Olímpicos más curiosos del mundo

Los siete deportes no Olímpicos más curiosos del mundo

Valentyn Ogirenko / Reuters

El turismo deportivo es una tendencia al alza en España. Un 69% de los españoles tiene previsto realizar al menos un viaje relacionado con el deporte este año, y para un 12% la posibilidad de realizar actividades deportivas es un elemento imprescindible a la hora de elegir destino de vacaciones.

Faltan sólo unos días para que arranquen los Juegos Olímpicos de Río, y durante algo más de dos semanas el mundo entero hablará de deporte. Pero no hace falta cruzar el Atlántico para disfrutar de unas vacaciones deportivas, ni tampoco todos los deportes son Olímpicos.

El año está lleno de competiciones y algunas de ellas son tan curiosas como desconocidas. Por eso, el portal de viajes lastminute.com ha elaborado una lista con siete de los eventos deportivos más llamativos del mundo en los que no hay medallas, y se cumple literalmente aquello de “lo importante es participar”.

CARRERA DE CAMAS

¿Se puede ganar una carrera sin salir de la cama? En Knaresborough (Reino Unido), sí. Este pueblo de poco más de 15,000 habitantes situado en el norte de Inglaterra celebra desde hace 50 años una de las carreras más delirantes del mundo: la Great Knaresborough Bed Race.

Los participantes compiten en equipos de siete personas, una de ellas dentro de una cama. Cada equipo lleva su propia cama y ésta debe cumplir dos condiciones: tener cuatro ruedas y flotar en el agua. El recorrido es de tres kilómetros y en su parte final los participantes deben atravesar un río.

Esta competición tiene su lado filantrópico, todo lo recaudado se destina a fines solidarios. La carrera se ha vuelto tan popular que en Estados Unidos, Alemania y Nueva Zelanda ya tiene sus réplicas.

PLANCHADO EXTREMO

Planchar una camisa no es sólo un arte, sino también un deporte de riesgo. Y si no, que se lo digan a las miles de personas que ya practican el Extreme Ironing. La actividad consiste en planchar (con tabla incluida) en lugares remotos, y cuanto más arriesgados, mejor. Si buscamos imágenes de este deporte, veremos gente planchando en la cima de una montaña, bajo el agua, en mitad de un circuito de Fórmula 1 o incluso lanzándose en paracaídas.

La invención de este deporte se atribuye a Phil Shaw, un trabajador de una fábrica textil de Inglaterra y amante de la escalada que a finales de los 90, y harto de planchar en una nave industrial, decidió combinar las dos actividades y convertirlas en deporte.

En 1999, Shaw se embarcó en un viaje alrededor del mundo para promocionar la actividad. Con los años, la iniciativa ha ido consiguiendo cada vez más adeptos, y con el tiempo, la universidad de De Montfort lo ha reconocido como deporte oficial de sus campus, creando incluso una asociación: el DMU Extreme Ironing Club.

JUGANDO AL ESCONDITE

Este juego infantil ya tiene su propia campaña para convertirse en deporte olímpico. En 2013, el profesor Yasuo Hazaki de la Nippon Sport Science University elaboró una propuesta para elevar el juego a la categoría de competición oficial, e incluso creó un comité específico: el Hide-and-Seek Promotion Committee of Japan.

Hazaki redactó unas normas muy concretas, especificando número de participantes, tiempos de competición e incluso el tamaño del espacio para esconderse. No sabemos si llegaremos a verlo en unos Juegos Olímpicos o no, pero candidatos para participar seguro que tendría, ¡y de todas las edades!

PIRÁMIDES DE VASOS

El Stacking (“apilar”, en inglés) nació en California, EEUU, en los años 80. Consiste en montar y desmontar pirámides de 12 vasos de plástico. Se puede practicar individualmente, por parejas o en equipos de relevos. Los vasos están especialmente diseñados para este deporte, y el objetivo es apilarlos en el menor tiempo posible.

Es una disciplina que cuenta con miles de seguidores en todo el mundo, incluyendo España. Desde 2012 existe en nuestro país la Asociación Española de Stacking, que promueve la expansión y desarrollo de este deporte organizando torneos, cursos, formación y coordinando actividades extraescolares. Este año se ha celebrado la tercera edición de su campeonato abierto internacional.

MUNDIAL DE BESOS

Posiblemente una de las competiciones más románticas del mundo, el Campeonato Mundial de Besos se celebra cada año en el parque Acquafan de Riccione, al norte de Italia.

Cientos de personas se enfrentan en diferentes pruebas en las que lo más importante es besarse, mientras se practican actividades deportivas como el baloncesto o el buceo. En esta última, los participantes deben aguantar todo lo posible bajo el agua, y por supuesto sin separar sus labios.

BATALLA DE ALMOHADAS

La batalla de almohadas, a la que muchos habrán jugado en cuanto sus padres se despistaban, ha salido de las casas para alcanzar niveles de competición. Cada 2 de abril se celebra el Día Internacional de la Batalla de Almohadas. Miles de personas se reúnen en espacios públicos para dar almohadazos a diestro y siniestro.

El fenómeno ha traspasado ya las barreras continentales, extendiéndose por más de 100 ciudades alrededor del mundo, desde Ámsterdam a Japón, pasando por Nueva York o Barcelona. La competición dura oficialmente tres horas. Cada participante debe llevar su propia almohada y, cuando termina la batalla, aquéllas que no se han roto se donan a los albergues y asociaciones benéficas. Una descarga de adrenalina sin temor a regaños.

LANZAMIENTO DE FARDO

El País Vasco tiene algunas de las competiciones deportivas más curiosas, por su exigencia física y su belleza. Algunas son muy conocidas, como la tala de troncos (aizkora proba), tirar de la cuerda (soka-tira) o el levantamiento de piedras (harri-jasotzea). Pero hay muchas más, y aunque no tengan tanta difusión mediática, son igualmente espectaculares.

Una de las más llamativas y además internacionales (también se practica en Escocia) es el lanzamiento de fardo. Los participantes deben lanzar un saco lleno de paja por encima de una barra horizontal, siempre situada a mayor altura que sus cabezas. Para lanzar el fardo se utiliza una horca, y cada lanzador tiene tres oportunidades para que el saco supere la barrera sin siquiera rozarla.

La barra se va elevando hasta que se elimina a todos los atletas menos a uno. El peso del fardo varía entre los 12 y 13 kilos, por lo que además de hábil con el lanzamiento, hay que ser muy fuerte para participar.