12 brasileños dan su opinión sobre los Juegos Olímpicos
Brasil está a punto de celebrar el evento más importante de su historia, pero sus ciudadanos no están todo lo emocionados que podrían. Según una reciente encuesta realizada por Datafolha, aproximadamente dos de cada tres brasileños opinan que los Juegos Olímpicos de 2016 van a perjudicar a Brasil más de lo que le van a beneficiar.
El camino hacia las Olimpiadas —que comenzarán en Río de Janeiro el viernes 5 de agosto— se ha visto entorpecido por una importante agitación política y económica. El brote del virus Zika y una crisis política que acabó con el juicio político a Dilma Rousseff han dado forma al preocupante panorama que rodea a los preparativos para los Juegos Olímpicos.
Además, un escándalo de corrupción relacionado con la empresa petrolera estatal Petrobras y la caída del precio del petróleo han vaciado las cuentas del país hasta tal punto que el gobernador Francisco Dornelles declaró la bancarrota de la ciudad olímpica el pasado mes de junio.
A muchos brasileños les cuesta aceptar la enorme inversión de dinero para los Juegos Olímpicos (como los 11.000 millones para infraestructura y la sede olímpica) teniendo en cuenta la importante recesión y las dificultades económicas. Dos de los vagones de la nueva red de metro de Río de Janeiro aparecieron con grafitis en los que podían leerse mensajes como: "Transporte de lujo. Hospitales en ruinas. ¿Qué clase de país es este?".
La edición brasileña del HuffPost entrevistó a varios ciudadanos y les preguntó por sus inquietudes y expectativas con respecto a los siguientes Juegos Olímpicos:
Danillo, experto en marketing"Me indigna el hecho de que estén gastando dinero para los Juegos Olímpicos cuando nuestro sistema sanitario y nuestro sistema educativo están en condiciones tan precarias".
Gilmar Melo Jr., profesor y vendedor"Tenemos que reforzar los sectores cultural y educativo antes de construir las bases de los Juegos Olímpicos. Considero que es un proyecto ridículo. Lo odio, lo aborrezco. Creo que todo acabará mal… esper...
Márcia, enfermera"Hipocresía. Están pasando muchas cosas en Brasil. El aumento del precio de las judías, el asesinato de un animal protegido durante un evento de la antorcha olímpica en Brasil, la falta de medicinas en los hospitales públi...
Vitor Tonioli, auxiliar administrativo"Río de Janeiro ha sido incapaz de hacer lo necesario para que las cosas funcionen en condiciones… Por ejemplo, cuando leí la noticia de que las delegaciones extranjeras tienen que gastarse su dinero par...
Vitória, ama de casa, y su hija Coraci"Es muy complicado. No es que esté en contra de los Juegos Olímpicos, estoy en contra de que se celebren en el contexto actual de Brasil. No creo que debamos organizarlos".
Nina, estudiante de instituto"No me posiciono mucho con respecto a los Juegos, pero creo que no estamos preparados para recibir a toda la gente que va a venir a verlos, especialmente con la crisis política que estamos sufriendo ahora mismo… E...
Ana Lúcia Junqueira, profesora"Espero que todo salga bien. Me da un poco de vergüenza el hecho de que no esté lista toda la infraestructura. Me da vergüenza la postura del alcalde de Río, Eduardo Paes, que no ha sido capaz de reconocer sus ...
Luciana Melo, periodista"Creo que tenemos otras prioridades. Brasil está en una fiesta de excitación. No quiero ofender a los partidos políticos del gobierno, soy funcionaria, pero seguiré criticando este evento. No lo apruebo, igual que no ...
Isaac, asistente de oficina"No creo que sea algo positivo, teniendo en cuenta el hecho de que el país está en tan malas condiciones. No deberíamos albergar uno de los mayores acontecimientos mundiales con Ia casa desordenada, ¿no? Todo el mu...
Giovani, profesional de marketing digital"Los Juegos Olímpicos tienen aspectos positivos y negativos. Entre los positivos, están las promesas de rentabilidad económica para el país. El lado negativo es que, como en la Copa del Mundo, probabl...
Este artículo fue publicado originalmente en la edición estadounidense de 'The Huffington Post' y ha sido traducido del inglés por Irene de Andrés Armenteros y Marina Velasco Serrano.
