18 sencillos trucos para ahorrar dinero en el supermercado

18 sencillos trucos para ahorrar dinero en el supermercado

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Llenar un carrito no es barato. Además, resulta muy fácil ir a por un par de cosas al supermercado y acabar con la cartera vacía. Pero como la alimentación es una necesidad, no hay muchas más alternativas, y comprar ingredientes frescos para cocinar en casa sigue siendo la vía más económica e inteligente.

Aun así, hay buenas noticias: existen algunas tácticas para evitar gastar más de lo necesario. Haz una compra inteligente siguiendo estos 18 trucos para ahorrar dinero:

1. Mantente alejado de los pasillos interiores.

Los supermercados están diseñados estratégicamente de manera que los ingredientes esenciales, como los productos lácteos y los agrícolas, están situados en los extremos de la tienda para obligar así a los consumidores a recorrer los pasillos y, en ocasiones, a llevarse productos que no necesitan. Intenta evitar los pasillos interiores y limítate a coger solo los productos que necesitas.

2. No tengas miedo de los cupones de descuento.

Los cupones pueden ayudarte a ahorrar cantidades considerables de dinero. Búscalos en las páginas web de los supermercados en los que suelas hacer la compra y estate pendiente de las ofertas que tengan en cada momento.

3. No te dejes embaucar por las marcas.

Puede que estés acostumbrado a comprar siempre los mismos cereales, pero las marcas blancas suelen ser más baratas. Lo normal es que utilicen productos de otras empresas con su propia etiqueta, y suelen ofrecerlos a un precio más económico. Échale un ojo a los ingredientes para asegurarte de que vas a comprar el mismo producto.

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4. Mira arriba y abajo: los productos más caros están colocados a la altura de los ojos.

Como tendemos a mirar los productos que se encuentran a la altura de la vista, en los supermercados se cuidan de colocar los más caros en los estantes que vemos primero. Cuando vayas a hacer la compra, busca productos más baratos en los estantes de arriba o de abajo.

5. Compra legumbres crudas.

Mucha gente opta por comprar legumbres cocidas porque le intimida la idea de cocinar con legumbres crudas o porque piensa que no va a tener tiempo para cocinarlas. No obstante, preparar un plato de legumbres es muy fácil y, aunque la diferencia de precio no es abismal, todo ahorro cuenta.

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6. No vayas a hacer la compra con hambre.

Muchos vamos al súper después del trabajo, antes de cenar, que es cuando empezamos a tener hambre. Si haces la compra con el gusanillo, adquirirás más productos de los necesarios. Intenta ir al supermercado el fin de semana cuando puedas comprar con el estómago lleno.

7. Aléjate de los productos precocinados.

No compres alimentos precocinados, ni aunque tengan un aspecto de lo más apetecible. Ya que estás en el supermercado, compra los ingredientes necesarios y prepara lo que quieras en casa por un precio mucho más reducido. Además, recién hecho sabrá mucho mejor.

8. Intenta comprar alimentos de temporada.

No será la primera ni la última vez que oigas este consejo: come productos de temporada. No solo sabrán infinitamente mejor, sino que te harán ahorrar bastante dinero. Los alimentos que no son de temporada vienen de lejos y el coste de ese transporte los acabas pagando tú.

9. No te lances a por especias exóticas.

Aunque está bien experimentar en la cocina, no siempre es la mejor decisión comprar las especias en el súper de siempre. Ir a comprar especias e ingredientes especiales a un mercado o una tienda internacional puede ahorrarte unos centimillos.

10. Piénsate lo de comprar agua embotellada.

La del agua embotellada es una industria millonaria. Una botella de medio litro cuesta una media de 30 céntimos y se supone que hay que beberse cuatro de ellas al día, lo que equivale a un gasto de 36 euros al mes que te puedes ahorrar si bebes agua del grifo.

11. Haz la lista de la compra.

Independientemente de que tengas una memoria de elefante, escribe una lista de la compra. Así no solo te asegurarás de que no se te olvida nada, sino que evitarás comprar cosas innecesarias.

12. Intenta no ir a hacer la compra con los niños.

Aunque a veces no queda más remedio, es preferible hacer la compra sin tener a los niños al lado, ya que a menudo piden que les compres productos que no hacen falta y no siempre es fácil decir que no.

13. No compres ensaladas preparadas.

Sí, es muy cómodo comprar una bolsa de lechuga limpia y cortada, pero también cuesta casi el triple. Si compras una lechuga y la lavas y la preparas en casa, se nota la diferencia en el sabor y en el bolsillo.

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14. La fruta precortada supone un gasto innecesario.

Si a un empleado le pagan por hacer un trabajo que tú también podrías hacer fácilmente en casa, como cortar un mango o una sandía, el que lo va a acabar pagando vas a ser tú.

15. No gastes dinero en hierbas aromáticas.

Crea tu propio jardín. Lo bueno es que es posible hacerlo pese a que el espacio sea pequeño. Las hierbas cuestan una pequeña fortuna en el supermercado. Es más rentable comprar una planta entera y tenerla en casa que pagar por unas cuantas hojas en el súper.

16. Ralla el queso en casa.

Igual que con las bolsas de ensalada, con el queso rallado también se paga un alto precio por la comodidad. ¡Rallar el queso en casa no cuesta nada! Resulta mucho más rentable comprar una cuña y un rallador barato y empezar a ahorrar dinero con este ingrediente.

17. Di no a los aliños.

¿Por qué comprar un aliño o una salsa ya preparada cuando se puede hacer en casa con ingredientes que normalmente están a mano? Además, estos productos suelen contener mucha sal.

18. Ahorra unos cuantos céntimos en patatas.

Desde la web Elizabeth Street recuerdan que es mucho más rentable comprar un saco de patatas que comprar un par de patatas sueltas. Muy importante: cuando vayas a hacer la compra, compara.

Este artículo fue publicado originalmente en la edición estadounidense de 'The Huffington Post' y ha sido traducido del inglés por Lara Eleno Romero.