El egipcio que se olvidó del espíritu olímpico

El egipcio que se olvidó del espíritu olímpico

En los Juegos Olímpicos de la Antigüedad se paraban las guerras entre los griegos. En la actualidad la Carta Olímpica pretende que la competición sea un punto de encuentro de culturas y una vía pacífica para acercar a los distintos pueblos. De todo eso se olvidó el judoca egipcio Islam El Shehaby que tras perder su combate contra el israelí Or Sasson.

Una vez certificada la derrota, El Shehaby no sólo no hizo el saludo protocolario de su deporte sino que rechazó la mano de su rival cuando se acercó a felicitarle. Pese al revuelo que se montó tras su acción el judoca egipcio aseguró que no infringió ninguna regla.

"Darle la mano a tu rival no es una regla escrita en judo. Es algo que haces entre amigos y él no lo es", le comentó El Shehaby a El Espíritu del Judo; "no tengo ningún problema con los judíos o con nadie de otra religión o creencias distintas. Pero por razones personales no me puedes pedir que le de la mano a nadie de ese Estado (Israel), especialmente en enfrente de todo el mundo".

El Comité Olímpico Internacional abrió una comisión disciplinaria tras el incidente y afirmó que "el espíritu olímpico debería tender puentes, nunca levantar muros". El que no se vio afectado por el incidente fue Sansson, que se llevó el bronce en la categoría de más de 100 kilos.